Su oficina de empleo se encuentra al ‘aire libre’
Le llaman la “oficina de empleo” al aire libre, y es un lugar en donde cada día hay una tarea diferente, un nuevo jefe y el pago se recibe al final de la jornada.
Se trata de la esquina de las calles Oregon y Third Street, donde desde hace ya varias décadas las personas sin un trabajo fijo van a ofrecer su mano de obra a quien llegue a solicitarlo en ese momento.
“Ya tengo 25 años viniendo a esta esquina, y bendito Dios, de aquí he sacado adelante a mi familia”, afirma el jornalero Jesús Antonio.
Residente de la colonia Guadalajara Izquierda en Ciudad Juárez, Jesús Antonio no le “hace el feo” a ninguna labor.
“Me cruzo temprano porque los migras platican mucho y provocan lentitud en la fila y yo tengo que estar aquí a las siete de la mañana”, dijo el padre de familia.
Jesús Antonio es uno de alrededor de 50 trabajadores que saben “de todo” y se ganan la vida mayormente en hogares de particulares.
“Yo le apuesto a la construcción. Igual reparo e instalo techos, pongo cemento, jardinería y limpieza”, manifestó Luis Abraham Murrieta, quien tiene ya 10 años frecuentando la esquina.
El padre de dos hijos tiene una tarifa establecida de entre 80 a 120 dólares por día de labores.
“Cuando son contratos chicos de instalar hojas de sheetrock, pintura o cemento cobramos 80, si es trabajar el roofing son 120 al día”, explicó.
El corte de zacate, limpieza de patios, pintura, plomería, reparación de techos, construcción de banquetas y bardas, instaladores de alfombras y hasta descargas de mercancía de las cajas de tracto camiones, son entre otras las labores que ofrecen a diario estos hombres que se juntan en el Segundo Barrio.
“A veces nos toca (trabajo) a unos, y a veces a otros pero la mayoría de los días nos contratan”, dijo Murrieta, quien vive en un albergue.
Algunos no los quieren
De acuerdo a los jornaleros, en esa zona existen tres puntos donde se instala la gente para ser contratada, todos sobre la calle Oregón, entre Paisano y Cuarta.
“Hoy el día esta lento y es por el aire”, indicó Manuel Jiménez, un plomero.
“Aquí estamos y esperamos como hasta las tres de la tarde. Si no hubo nada, nos vamos a PBcasa”, expresó el vecino del Eastside.
Los jornaleros afirman no hacer mal a nadie y prestar un servicio para el cual existe demanda. Sin embargo, hay vecinos que los critican por dar una mala imagen.
“A veces algunos son muy groseros con las muchachas que pasan y les faltan al respecto y eso no está bien”, dijo Evangelina, una ama de casa que vive cerca de donde se congregan los jornaleros.
Los trabajadores también son el blanco frecuente de agentes de la Patrulla Fronteriza que exigen prueba de autorización para trabajar en Estados Unidos.
“Si vienen en la bicicleta y nos chequean pero les mostramos nuestra mica y se van”, dijo uno de los obreros.
Los jornaleros afirman que su semana laboral la definen ellos. Algunos se apuestan en la esquina todos los días, otros un par de días por semana.
“Llueva, nieve, haga aire o calor siempre estará alguien esperando un trabajo”, dice uno de ellos. (Jaime Torres/El Diario de El Paso)