Trump se retracta –por ahora– sobre salida del NAFTA
El presidente Donald Trump anunció que después de todo seguirá adelante con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, NAFTA por sus siglas en inglés, después de dar un dramático espectáculo sobre un arriesgado enfoque diplomático.
Sin embargo, el camino que seguirá NAFTA no está despejado.
Washington, la Ciudad de México y Ottawa, estuvieron muy ocupados con las especulaciones de este miércoles, de que Trump pudiera iniciar el proceso para abandonar el pacto comercial que fue firmado hace 23 años, después que de que el político reportó que la Casa Blanca estaba considerando un retiro inminente.
A través de llamadas telefónicas que hizo la noche del miércoles, Trump le aseguró al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y al presidente mexicano Peña Nieto que no se retiraría del pacto.
Sin embargo, no antes de que los reportes de un posible retiro provocaran ansiedad en Ottawa y la Ciudad de México, provocando que el peso se desplomara.
La Casa Blanca no apaciguó los reportes de este miércoles y únicamente dijo que no comentaría sobre rumores.
Trump aclaró la cuestión este jueves durante las declaraciones que hizo desde la Oficina Oval al presidente argentino Mauricio Macri.
“Yo iba a dar por terminado NAFTA en dos o tres días más”, pero dijo que México le pidió que lo renegociaran. “Decidí hacer eso en lugar de dar por terminado NAFTA, que podría ser un enorme impacto para el sistema, lo vamos a renegociar”, agregó.
Sin embargo, no descartó eliminar NAFTA en el futuro. “Por ahora, no puedo hacer un trato justo, y si no puedo hacer un trato justo para Estados Unidos, lo cual significaría hacerlo también para nuestros trabajadores y empresas, voy a dar por terminado NAFTA. Aunque le vamos a dar una buena oportunidad a la renegociación”, dijo.
Expertos en comercio aseguran que derogar NAFTA, que vincula las economías de Estados Unidos, Canadá y México, podría afectarlas a las tres.
Treinta y ocho Estados de este país dependen de Canadá y México, ya que son sus mercados extranjeros más importantes.
El comercio estadounidense con Canadá y México es de casi 1.2 trillones de dólares al año, casi el doble del comercio de Estados Unidos con China.
El drama de este miércoles podría ser una artimaña de negociación. Sin embargo, algunos observadores sugirieron que esta medida estaba destinada no sólo a una audiencia extranjera –Ottawa y la Ciudad de México–- sino a una doméstica: el Congreso.
Canadá y México han estado preparándose durante semanas para empezar las negociaciones para actualizar el NAFTA. Estados Unidos es el que no ha podido empezar las pláticas, ya que no ha nombrado a un representante comercial.
De acuerdo con la ley de Estados Unidos, el representante comercial de ese país debe notificarle formalmente al Congreso que la administración empezará la renegociación, iniciando el conteo de un período de 90 días antes de que puedan empezar las pláticas.
Sin embargo, la confirmación del nominado de Trump, Robert Lighthizer, ha estado detenida durante meses en medio del desacuerdo sobre una dispensa que los demócratas del Senado dicen que él necesita debido a que trabajó anteriormente para gobiernos extranjeros.
El Comité de Finanzas del Senado confirmó el martes a Lighthizer, junto con la dispensa. Ahora está esperando la confirmación del pleno del Senado.
La maniobra de Trump podría haber sido una manera de presionar al Senado para que se moviera rápidamente y lo confirmara.
Durante su campaña presidencial, Trump convirtió a NAFTA en una especie de golpeteo político, catalogándolo en ocasiones como el “peor acuerdo comercial en la historia del mundo”, “un desastre total” y “catastrófico”.
Suavizó su postura después de ingresar a la Oficina Oval, aunque su ampulosa retórica y repetidos giros de política sobre NAFTA podrán haber crispado las relaciones de Washington con Ottawa y la Ciudad de México.
Si Estados Unidos quisiera retirarse de NAFTA, tendría que notificárselo formalmente a sus vecinos con seis meses de anticipación.
Después de la derogación, Canadá y México podrían imponer tarifas más altas a las importaciones de Estados Unidos, lo cual podría poner a este país en desventaja, tomando en cuenta las reglas comerciales de la Organización Mundial de Comercio.
Cada país negocia su propio techo de tarifas con la Organización Mundial de Comercio.
El techo de Estados Unidos es mucho más bajo que el de México, lo cual significa que si Trump se sale de NAFTA, México podría aplicar tarifas más altas a Estados Unidos que Estados Unidos a México.