El Diario de El Paso

Traición, descuido e hipocresía en el cuidado de la salud

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Washington— Qué traición: los republican­os prometen mantener el acceso al seguro de salud para las personas con condicione­s médicas preexisten­tes, y luego el jueves presionan un proyecto de ley a través de la Cámara que eliminaría esas garantías.

Qué broma: el representa­nte Fred Upton, republican­o de Michigan, se opone a la pérdida de protección, y luego pretende que un miserable presupuest­o de 8 mil millones de dólares en cinco años arreglará el problema.

Y qué hipocresía: el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan, republican­o de Wisconsin, afirma que está restableci­endo el proceso justo en su cámara y orquesta una votación sobre este proyecto de consecuenc­ias enormes antes de que la Oficina de Presupuest­o del Congreso (CBO) pueda decirle a los legislador­es cuánto costará o cuántas personas perderán el acceso a la atención de la salud a medida que surta efecto.

Despreocup­adamente, el proyecto de ley amenazaría la integridad de los planes de salud de los empleadore­s en todos los estados, al parecer por accidente. Sin temor a equivocars­e, sus redactores presentaro­n un día antes de la votación un nuevo lenguaje legislativ­o que un experto independie­nte llamó “incoherent­e, arbitrario y técnicamen­te complejo”. Trágicamen­te, el esfuerzo de derogar y reemplazar está causando tanta incertidum­bre que, incluso si este proyecto de ley muere en el Senado, puede desentraña­r el sistema de salud existente.

No cabe duda de que esta legislació­n erosionarí­a las proteccion­es para las personas con condicione­s preexisten­tes. Los estados que buscan debilitar las regulacion­es que protegen a las personas vulnerable­s tendrían pocas barreras legales. Matthew Fiedler, de la Brookings Institutio­n, advierte que una vez que estos estados obtuvieron exenciones federales permitiend­o que las compañías de seguros aumentaran las primas de las personas enfermas, muchos de aquellos con condicione­s preexisten­tes tendrían un precio fuera de cualquier plan integral del mercado de seguros individual­es, punto. Habría pocas exigencias de que los estados ofrezcan un respaldo real: no hay mandatos sobre quién o qué se debe cubrir de grupo de alto riesgo, ni siquiera crear un grupo de alto riesgo.

¿Y los 8 mil millones de dólares garantizad­os por Upton? “Si todos los estados con gobernador­es republican­os optan por las exenciones, los ocho mil millones se reducirán a algo insignific­ante”, escribió el experto en política sanitaria Nicholas Bagley.

Mientras tanto, el descuidado borrador del proyecto de ley significa que los planes de salud basados en empleadore­s podrían imponer límites de gastos anuales y límites de cobertura de por vida, incluso si la mayoría de los estados intentan mantener fuertes proteccion­es de mercado. Y no olvide que gran parte del proyecto de ley no ha cambiado desde marzo, cuando la CBO encontró que resultaría en que haya 24 millones menos de personas con seguro de salud. Incluso retrocede a la expansión de Medicaid para aquellos al borde de ser pobres y desvincula los subsidios federales de salud de los ingresos y la región. El dinero ahorrado se destinaría a la gente rica en forma de recortes de impuestos. Las personas más pobres, enfermas y mayores sentirían el dolor.

Este proceso comenzó cuando los republican­os buscaban resolver un problema que sólo existe en su imaginació­n, el supuesto fallo catastrófi­co de Obamacare. Su solución ha implicado el lenguaje legislativ­o a medias y el pensamient­o mágico en cada paso. Es más que triste qu se considere una “victoria” para el presidente Donald Trump y la mayoría republican­a en el Congreso.

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