Empieza a llenar la tina
Un baño de tina podría tener un par de beneficios para la salud similares a los producidos por el ejercicio, de acuerdo con un estudio reciente.
Una investigación publicada en la revista Temperature encontró que una hora de remojo en agua caliente produce una respuesta similar antiinflamatoria y en los niveles de azúcar en la sangre como 60 minutos de actividad física moderada.
DIABETES Y METABOLISMO
Los investigadores dicen que esto implica que el "calentamiento pasivo" (un medio para aumentar la temperatura corporal) podría ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre, lo que podría ser prometedor para aquellos con diabetes u otros problemas de salud relacionados con el metabolismo.
RESPUESTA ANTIINFLAMATORIA
Pasar tiempo en agua caliente también ayudó con la inflamación, de acuerdo con los resultados del estudio. Los bañistas experimentaron una respuesta antiinflamatoria en el cuerpo similar a lo que sucede después de que las personas hacen ejercicio, lo que podría ser una buena noticia para aquellos que tienen enfermedades crónicas (como la diabetes tipo 2) que están asociadas con la inflamación. Otros estudios han demostrado que puede disminuir la presión arterial, algo que también encontró el de Faulkner.
JACUZZI O SAUNA
"Parece que las actividades que aumentan las proteínas de choque térmico pueden ayudar a mejorar el control de azúcar en la sangre y ofrecer una alternativa al ejercicio", escribió Steve Faulkner, autor del estudio de la Universidad de Loughborough. "Estas actividades, como remojarse en un jacuzzi o tomar un sauna, pueden tener beneficios para la salud de las personas que no pueden hacer ejercicio regularmente". Un equipo del Centro Nacional de Medicina del Deporte y Ejercicio del Reino Unido examinó la salud metabólica de 14 hombres delgados y con sobrepeso (una función que ayuda a regular el azúcar en la sangre). Los participantes fueron asignados a una sesión de una hora de ciclismo o una sesión de una hora en un baño de 40 grados. Los científicos descubrieron que ambos grupos eran más capaces de controlar sus niveles de azúcar en la sangre en las 24 horas siguientes a las actividades. Y los que tomaron el baño estaban tal vez aún mejor: sus niveles máximos de azúcar en la sangre después de comer, seguido de su baño eran aproximadamente 10 por ciento más bajos que el pico de los niveles de azúcar en la sangre de los que se ejercitaron.