Houston, la ciudad con mayor diversidad en EU
Houston, Texas– Los titulares del equipo de futbol soccer de la preparatoria Margaret Long Wisdom son originarios de Centroamérica, México, África y puntos intermedios. En la banca se oye español, kinyarwanda, swahili y a menudo inglés. Pero su idioma verdaderamente unificador –el futbol– es universal.
La preparatoria se ubica en el surponiente de Houston, ciudad cuyo asombroso crecimiento y alto nivel de inmigración la han convertido en una de las zonas metropolitanas importantes de mayor diversidad racial y étnica del país, rebasando en el 2010 a Nueva York.
“Resulta muy sorprendente ver un lugar como este en el Sur, que uno considera racista y xenofóbico”, dijo Michael Negussie, estudiante de tercer año de la preparatoria nacido en Etiopía. “Aquí no se aplican los estereotipos texanos”.
Claro que en ciertos sentidos sí están presentes. Houston –con alcalde afroamericano demócrata y una poderosa población proinmigrante– podría haberse convertido en uno de los frentes de batalla texanos por la “política santuario” municipal, con la cual se prohíbe a la policía hacer preguntas sobre el estado inmigratorio de alguna persona que no haya sido arrestada.
“Lo que yo he manifestado es que obedeceremos las leyes federales y estatales siempre y cuando esas leyes sean consistentes con la Suprema Corte de Estados Unidos”, dijo en marzo Turner en entrevista, “y consistentes con la Constitución de Estados Unidos”.
La historia en torno a la manera en que esta ciudad pasó de ser una población de trabajadores de la industria petrolera y empleados de oficina a una centrifugadora política mayor de la reforma inmigratoria, dicen analistas demográficos, es ni más ni menos que la historia de la ciudad estadounidense del futuro.
Houston tuvo auge a mediados del Siglo XX, gracias a la bonanza petrolera, mientras que la mayoría de quienes vinieron para hacerse ricos eran blancos. En los años 70 empezaron a llegar grandes número de refugiados vietnamitas y, luego del colapso petrolero de 1982, siguió un flujo de latinos motivados por la vivienda barata y las oportunidades de empleo. Mientras tanto, los blancos empezaron a abandonar gradualmente la ciudad.
El auge multiétnico ha ocurrido en lo profundo de un estado que con frecuencia ha dado la impresión de considerar al conservadurismo, y la identidad texana, como elemento religioso.
El presente año los líderes republicanos estatales han contribuido a encabezar la lucha no sólo sobre las ciudades santuario, sino para defender la orden del presidente Trump relativa a la seguridad fronteriza y las detenciones inmigratorias.
Pero expertos demográficos consideran que la zona metropolitana de Houston, hogar de la tercera mayor población de inmigrantes indocumentados a nivel nacional –después de Nueva York y Los Ángeles– es un indicio del aspecto que las ciudades estadounidenses tendrán durante los próximos decenios conforme lo blancos aprendan a vivir como minoría en el territorio nacional.
Los cálculos censales han arrojado luz sobre Estados Unidos en el 2050, “y es el Houston actual”, dijo Stephen Klineberg, profesor de sociología en la Universidad Rice.
“Según numerosos parámetros, la birracial ciudad sureña dominada por hombres blancos a lo largo de toda su historia se ha convertido en la región metropolitana mayor con más diversidad étnica del país”, señaló Klineberg. “¿Quién hubiera dicho que Houston resultaría ser la vanguardia de lo que está ocurriendo en todo Estados Unidos?”
En 1970, aproximadamente el 62 por ciento de la población de Houston era blanca. Pera el 2010, dicha proporción había bajado al 25.6 por ciento. Durante ese mismo lapso, la población hispana creció del 10.6 a cerca del 44 por ciento.
Desde hace largo tiempo han formado los recién llegados parte de la historia de Houston, ciudad de migrantes procedentes de Estados Unidos que luego se volvió ciudad de inmigrantes –y de sus hijos. Entre el 2000 y el 2013, la población inmigrante de la zona metropolitana de Houston creció casi al doble del índice nacional.
Pero no toda la cambiante población local, ni siquiera la mayoría, es consecuencia de los recién llegados. Hoy en día, la mayoría del crecimiento hispano se debe a los hijos de los inmigrantes que llegaron hace dos o tres décadas.