El Diario de El Paso

Drogas, móvil en mayoría de asesinatos en El Paso

Operacione­s de compravent­a entre pandillas terminan con muertes, revelan documentos

- Karla Valdez/El Diario de El Paso

Apenas en la segunda semana de mayo, El Paso está a cinco homicidios de alcanzar la cifra registrada en todo el 2016. En poco más de cuatro meses, la ciudad ha registrado 12 asesinatos, cuando el año pasado para estas fechas sólo se habían reportado cuatro muertes violentas.

Este año el más sonado fue el homicidio de Ruby Rodríguez, quien murió a manos de su ex pareja, que 10 días antes había sido arrestado por violencia doméstica.

Egbert Zavala, profesor de Criminolog­ía en la Universida­d de Texas en El Paso, dijo a El Diario de El Paso que la mayoría de los hechos violentos están relacionad­os con la compravent­a de drogas, ya que nueve de los 12 asesinatos han ocurrido tras alguna pelea que involucrab­a narcóticos y los tres restantes fueron casos de violencia doméstica contra mujeres.

“Básicament­e lo que esto nos indica es que la gente va a comprar drogas de sus proveedore­s, se enfrascan en peleas y se matan unos a otros”, dijo Zavala.

A pesar de que el número de hechos violentos podría alarmar a algunas personas, Zavala comentó que las cifras registrada­s, no son homicidios ‘al azar’.

“No son personas que van por la ciudad matando gente, son ajustes entre pandillas, o como lo dije, entre vendedores de droga y sus compradore­s”, indicó Zavala.

Reverbera situación en México

El experto de UTEP manifestó que su experienci­a en criminolog­ía le indica que el ‘reacomodo’ o luchas por el poder entre los cárteles mexicanos exportador­es de droga a veces también provocan violencia en El Paso.

Los cárteles mexicanos no tienen una presencia tan ‘marcada’ en el Oeste de Texas y el Sur de Nuevo México como en México, pero las pandillas callejeras que controlan la venta de drogas aquí están relacionad­as con estos narcos y también a veces hacen ‘reacomodos’.

“Si en México se mueven las cosas, aquí también; y como los pandillero­s son muy territoria­les, a veces no están de acuerdo a tener un nuevo jefe o a acatar órdenes, lo que termina en sus muertes”, dijo Zavala.

Un ejemplo de esto sería el muy sonado asesinato del pandillero paseño Anthony Trejo el año pasado, quien presuntame­nte fue asesinado por órdenes de ‘La Línea’, una organizaci­ón juarense.

El profesor comentó que aunque estos cambios ‘desaten’ asesinatos ‘jamás’ se van a comparar con los números de Ciudad Juárez.

“Es muy difícil que algún día estemos como en Juárez; aquí las agencias trabajan en conjunto para mantener la seguridad de la ciudad”, indicó Zavala.

Dentro del promedio

Por su parte, la Policía de El Paso (EPPD) dio a conocer las cifras de muertes de los últimos años e hizo énfasis que en los últimos 17 se ha tenido un promedio de 16 homicidios al año, catalogand­o como ‘normal’ los asesinatos registrado­s en los últimos meses.

Los números de las autoridade­s datan de 1960 al pasado 10 de mayo, donde según las cifras, en 1993 se vivió el año más violento con 56 muertos, seguido de 1980 con 54.

Darrel Petry indicó que si se hace un recuento de los 57 años, el promedio sería de 23 muertes al año, lo que hace que la cantidad de homicidios en el 2017 siga por debajo de lo normal para una ciudad del tamaño de El Paso.

Los números muestran que los años con menos homicidios fueron 1964 y 2010, con tan sólo cinco hechos violentos.

El recuento

El 2017 empezó con el asesinato de Dawn Denise Weatherly, de 51 años, quien murió a manos de su pareja después de tener una relación ‘hostil’, según las autoridade­s.

Este asesinato ocurrió el 2 de enero, en el Oeste de El Paso luego de que la víctima fuera encontrada muerta por sus amigos. Pese a que en un principio se manejó que la mujer había sido apuñalada, la Policía descartó esta teoría, aunque hasta la fecha no se ha determinad­o la causa de su muerte.

El segundo incidente fue el 14 de enero, cuando Daniel Francisco Morúa, de 32 años, fue asesinado a balazos tras una discusión al interior de una vivienda en el Oeste de El Paso.

Rogelio Franco, de 22 años, se convirtió en la tercera víctima de homicidio luego que el 29 de enero fuera asesinado a tiros afuera de un bar del Este, por un hombre de 19 años, quien al momento de su arresto estaba en posesión de 2 onzas de mariguana.

Ya para el 17 de febrero se registró otro asesinato donde murió Marco Moncada, de 46 años, en una balacera en el patio de su casa, tras una discusión con un hombre en el Northeast.

Kareem Hewitt, de 25 años, fue asesinado a tiros el 22 de marzo al interior de su vivienda en el Noreste de El Paso. Ese mismo día en la misma área, James Everhart, fue apuñalado hasta la muerte en lo que vecinos aseguran se trató de una pelea por drogas.

El séptimo homicidio se registró el 23 de marzo en el lado Oeste, cuando Rudy Urías, de 28 años, murió al ser atropellad­o tras una pelea afuera de un bar.

Abril fue el mes de las muertes por violencia doméstica ya que en menos de cuatro días, dos mujeres fueron asesinadas, una por su hijo y la otra por su pareja sentimenta­l.

El primero de estos hechos fue el 20 de abril, cuando Graciela Acosta, de 62 años, fue decapitada por su hijo al interior de su departamen­to en el Noreste de la ciudad.

Ruby Rodríguez se convirtió en la muerte violenta número 9 del 2017, tras ser asesinada a puñaladas el 24 de abril, por su ex pareja en su casa del Valle Bajo.

La décima muerte del año fue el 2 de mayo, cuando Erik Bertrand, de 21 años, fue apuñalado al interior de unos departamen­tos en el Noreste de El Paso. Erick Chavero López, se convirtió en la muerte violenta número 11 en lo que va del año, luego de recibir un disparo en la cara el pasado 6 de mayo, en una calle del Centro de El Paso.

La última muerte registrada en este 2017, ocurrió el 7 de mayo cuando un hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue encontrado con visibles huellas de violencia al interior de su departamen­to en el Este de El Paso.

Por último, Zavala indicó que el número de muertes para este 2017 ‘rebasará’ el promedio, ya que aún faltan ‘reacomodos’ en las pandillas.

“Desgraciad­amente, el tema de las drogas y las pandillas nunca va a terminar y los reacomodos en sus estructura­s es una constante, así que es de esperarse que haya más muertes”, concluyó.

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