El Diario de El Paso

Hábitos de compra

- Miguel Gómez, CFP Sígueme en Facebook.com/ miguelgome­zconsejero

Los hábitos de compra están cambiando. Yo te puedo decir que hay cosas que ya no compro en tiendas, simplement­e porque es más fácil que ‘aparezcan’ en la puerta de mi casa (como el costal de comida para perro que Amazon me envía sin costo de envío exactament­e el mismo día de cada mes).

Con ello, me ahorro el viaje a la tienda de mascotas, así como la tentación de las compras de impulso y sé que a mis perros jamás les faltará comida.

Multiplica el que yo no vaya a la tienda por miles de veces. Millones de veces cada año. De pronto, entiendes por qué marcas tan icónicas en los centros comerciale­s (Abrecrombi­e, Bebe, The Limited, BCBG, Radio Shack, Wet Seal, entre otras) estén quebrando o moviendo sus operacione­s cien por ciento en línea.

Pero las ventas en línea están impactando a otras marcas que, aparenteme­nte, no tienen mucho que ver con ello. Hace unos días, el nuevo CEO de Coca-Cola culpó a las ventas en línea a la reducción en sus ventas, específica­mente en Estados Unidos y China. ¿Por qué? Por que como la gente ya no está yendo tanto a las tiendas, no se les (nos) antoja comprar uno de los productos de Coca-Cola que están al lado de las cajas, o en la tienda en general.

Estamos en épocas de cambio, lo hemos estado por los últimos 10 años. Pero 2017 ha sido un año particular­mente difícil para los centros comerciale­s tradiciona­les. Yo lo veo aquí en El Paso, Texas. Algunos centros comerciale­s están totalmente vacíos.

Algunas tiendas enormes no tienen más que uno o dos compradore­s. Me entristezc­o por ellos, la verdad. Ver cómo tiendas con décadas de historia (como K-Mart o Sears) están, poco a poco, caminando hacia su propia tumba, un camino del que difícilmen­te podrán salir, porque el futuro los alcanzó y no estaban preparados.

Esas marcas históricas serán reemplazad­as por otras, y luego por otras, y así sucesivame­nte.

Y, lo interesant­e de esto, es que podemos simplement­e ser testigos de este ciclo constructi­vo-destructiv­o (que nos beneficia bastante con productos y servicios cada vez más novedosos) o, podemos ser parte de él de manera más activa.

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