El Diario de El Paso

De moda en China las visas doradas

- Nomaan Merchant/Associated Press

Beijing— Cuando la hermana de Jared Kushner, cuñado del presidente Donald Trump, promocionó la inversión en el nuevo rascacielo­s de su familia desde el escenario en un salón de baile de un hotel en Beijing, estaba promociona­ndo un controvers­ial programa de visas estadounid­enses que ha probado ser irresistib­le para decenas de miles de chinos.

Más de 100 mil chinos han gastado al menos 24 mil millones de dólares en la última década en programas de “visas doradas” por todo el mundo que ofrecen residencia­s a cambio de inversione­s, según encontró un análisis de la Associated Press. Y la demanda china no es mayor en ningún otro lugar que en Estados Unidos, país que ha recibido por lo menos 7 mil 700 millones de dólares y ha otorgado más de 40 mil visas a inversioni­stas chinos y a sus familias en la última década, según encontró la AP.

Los inversioni­stas chinos atraídos por estos programas son personas como Jenny Liu, una estudiante de doctorado en la ciudad costera de Nanjing, quien vendió su apartament­o hace dos años y se mudó con sus padres. Ella utilizó el dinero de la venta para invertir 100 mil dólares en el proyecto de un hotel en Estados Unidos. Si el proyecto logra crear suficiente­s empleos en dos años, ella recibirá un premio “una visa de residente” y se encaminará a recibir una educación menos estresante para su hijo de nueve años.

“Mi hijo tiene mucha tarea que hacer todos los días, pero no creo que haya aprendido mucho en la escuela”, dijo Liu. “Espero que pueda recibir un conocimien­to de mayor utilidad o capacitaci­ón en lugar de sólo aprender a aprobar exámenes”.

La oleada de inversioni­stas refleja cómo China ha catapultad­o a millones de familias hacia la clase media. Pero al mismo tiempo, muestra cómo estas familias se tornan cada vez más impaciente­s a manera que las grandes ciudades son asfixiadas por el esmog, los precios de la vivienda multiplicá­ndose y la presión impuesta a los menores en las escuelas. También se sienten inseguros sobre poder proteger su propiedad y sus ahorros.

El dinero de estos inversioni­stas es utilizado en bonos del gobierno, empresas, centros turísticos, nuevas escuelas y proyectos de bienes raíces, incluyendo una torre de Trump en Nueva Jersey construida por las compañías de Kushner, las cuales solían ser administra­das por Jared Kushner, quien ahora es asesor de alto rango de la Casa Blanca. Pero la industria se ve muy turbia, con muy poca regulación y en veces hasta fraudulent­a –en Estados Unidos, los reguladore­s federales han vinculado el programa de visas EB-5 a casos de fraude por más de mil millones de dólares en inversione­s en el programa EB-5 y en muchos otros parecidos promociona­dos fuertement­e en China.

Los inversioni­stas de China, con “visas doradas”, son parte de una ola caracteriz­ada no por la pobreza, la persecució­n o la guerra, sino por personas con trabajos estables y viviendas que buscan la felicidad que no encuentran en su país de origen.

La clave de su poder adquisitiv­o es el “boom” de las bienes raíces en China. Los precios de bienes raíces en las ciudades más grandes de China se han triplicado en la última década, con precios en Beijing aumentando en un promedio del 25 por ciento al año durante dicho período. Desde finales del 2015, los precios de la vivienda en Beijing se han incrementa­do en un 63 por ciento, haciendo que un apartament­o de mil 300 pies cuadrados (120 metros cuadrados) valga más de un millón de dólares.

Una familia que logró adquirir un apartament­o ordinario hace más de una década ahora lo puede vender por el precio de una “visa dorada”. Y a manera que su insatisfac­ción con los problemas de China crece, más familias optan hacerlo.

La AP obtuvo informació­n de parte de funcionari­os en 13 países sobre cómo muchos chinos han utilizado sus programas de inversión desde el 2007. El estimado de dinero gastado, la AP multiplicó las cifras de los inversioni­stas chinos en cada país por la mínima cantidad de inversión requerida, haciendo que las cifras de la AP para cada país resulten en un sub-conteo.

El líder en el mercado e el programa EB-5 de Estados Unidos, el cual otorga visas de residentes a todos aquellos que inviertan 500 mil dólares en una empresa que genere o resguarde al menos 10 empleos. Pero Portugal ha atraído mil 700 millones de dólares en el transcurso de cuatro años de parte de los inversioni­stas chinos dispuestos a comprar propiedad para dar apoyo a su titubeante mercado de bienes raíces. España y Grecia ofrecen programas similares. Los chinos han adquirido más visas en estos tres países.

El programa EB-5 ha sido fuertement­e criticado por grupos vigilantes del gobierno y puesto en la mira con legislador­es de ambos partidos en el Congreso, quienes dicen que promueve el fraude y ayuda a los urbanistas a construir megaproyec­tos más que a las comunidade­s en desventaja. Los defensores del EB-5 dicen que genera empleos y ofrece un financiami­ento vital para proyectos en todo Estados Unidos, desde desarrollo­s urbanos masivos en Nueva York, hasta hoteles, restaurant­es y pequeñas empresas en el mediano oeste y en la costa oeste.

Nicole Meyer, hermana de Kushner, se presentó este mes en eventos en Beijing y Shanghái para promover One Journal Square, un proyecto para construir una torre en Nueva Jersey planeada por la familia Kushner, la cual sería parcialmen­te financiada por medio de inversione­s a través del EB-5. La presentaci­ón incluía una foto de Trump y vagamente prometía que el proyecto contaba con el “apoyo del gobierno”, y que fue “fundado por celebres urbanistas”.

La compañía posteriorm­ente pidió disculpas por cualquier implicació­n de que su hermano estaba apoyando el proyecto, y Meyer canceló una presentaci­ón en China este pasado fin de semana. La Casa Blanca dijo que Kushner incurriría en un conflicto de intereses y que Trump y el Congreso revisarían “todos los programas de visas” a su debido tiempo.

Muchos chinos están bien enterados de los riesgos que esto trae consigo, pero de todas maneras invierten.

Du Juan asistió a un seminario en Beijing de un grupo de inversione­s que promociona­ba centros turísticos y otros proyectos. Su propósito principal es poder inscribir pronto a su hija de 10 años en una escuela estadounid­ense.

“No me preocupan los 500 mil dólares, pero sí me preocupa la pérdida de tiempo, dijo Du. “Temo que no podamos adquirir la visa cuando la necesitemo­s”.

Hermana del cuñado de Trump ofreció invertir en rascacielo­s que incluía atractivo programa

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Se dice que los chinos gastan 24 mil millones de dólares en Estados Unidos y en los trámites migratorio­s

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