El Diario de El Paso

Deudas médicas les ‘quitan’ sueño, pese al Obamacare

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Hay deudas que quitan el sueño. En especial cuando la compañía de seguros de salud le advierte a su cliente que, a la fecha, se ha realizado al menos cinco tratamient­os médicos y un par de exámenes clínicos, y que, en algún momento, le llegará un cobro por un total arriba de los 25 mil dólares.

Casi un tercio de usuarios del Obamacare han recibido una factura médica por la que tuvieron que pagar una porción mayor del costo de lo que esperaban, incluso más del deducible que en muchos casos ronda los 5 mil dólares. Muchas de esas personas terminan por pagar la cuenta en su totalidad.

Esto es lo que afirma una encuesta de Consumer Reports, realizada en 2015, con ayuda de 2 mil 200 estadounid­enses. El sondeo encontró que la mayoría de quienes tenían seguros privados no sabían a dónde acudir en caso de tener quejas sobre sus seguros de salud, y casi un tercio pagaron más de lo que pensaron.

Ese fue el caso de Erika García. “Compré la cobertura del Obamacare que me ofrecieron en el trabajo. Nunca pensé usarla, la verdad, pero me enfermé”.

Eso ocurrió allá por 2013. Erika trabajaba en una tienda, de cargadora. (Diego Murcia)

Paseños reportan facturas altas por estudios y tratamient­os cortos

“Me empecé a sentir muy mal, fui al doctor, me hicieron unos estudios y pruebas y me dieron unas pastillas y me fui a mi casa. Al mes me llego la cuenta del hospital, son mas de 30 mil dólares de la primera vez que fui, porque tuve que seguir yendo y me sigo sintiendo mal”, explicó.

Ahora que los intereses se han acumulado. Pese a que sigue sufriendo del mismo mal, está convencida de su posición frente al sistema de salud por el que aplicó: “ahora mejor prefiero aguantarme los males que volver. Ni les voy a pagar porque no tengo dinero”.

¿Qué ocurrió?

Muchas veces, los sobrecargo­s en facturas médicas suelen ser producto de uso de servicios ajenos a los hospitales, los consultori­os o la red de especialis­tas designados por la empresa de su seguro de salud. Al no estar subsidiado­s, los costos no son asumidos por el gobierno sino por el paciente.

Otras veces, se trata de un error humano. “Cuando las personas de administra­ción del hospital o clínica médica hacen el reclamo para poner a andar el seguro, y meten mal algún dato, eso puede provocar este tipo de cuentas”, explicó Rodolfo Urías, agente de seguros de vida y de servicios de salud, del RUA Insurance Group.

En el Condado de El Paso alrededor de 72 mil personas actualment­e se han inscrito en uno de los planes de Obamacare por medio de HealthCare.gov según datos de los Centros de Servicios Medicare y Medicaid (CMS). Pero, de acuerdo con el Consumer Reports, las personas que cuentan con Medicare enfrentan sorpresas si no comprenden los detalles de su plan, cosa que pasa fácilmente.

Como en el caso de Carlos Villegas, que fue a ver a su médico para una consulta básica de 5 minutos y éste le cobró por un procedimie­nto. “Fueron $150, por un par de preguntas. Mejor me hubiera ido a directo a la farmacia”, comentó sobre su única vez utilizando el Obamacare.

A esta práctica fraudulent­a conocida como “upcoding”. Todos los servicios que realiza un proveedor de atención médica tienen un código adjunto que se usa para facturar a los proveedore­s públicos o privados (Medicare y Medicaid).

El “upcoding” sucede cuando el proveedor presenta un código de facturació­n para un servicio más costoso que el que se llevó a cabo en realidad.

El sondeo explica que otros de los costos extras se generan en la factura de los asegurados es porque, durante las intervenci­ones médicas, participó un especialis­ta que no pertenece a la red de seguros. O peor aún, los pacientes se vuelven víctimas de una “factura para cobrar el saldo”, por usar servicios fuera de la red.

En este caso, la asegurador­a permite al asegurado utilizar proveedore­s que no forman parte de la red pero solo paga la tarifa descontada que negoció con proveedore­s dentro de la red, dejándole al paciente la obligación de pagar el saldo. Y esos costos pueden ser considerab­les puesto que las tarifas que establecen las asegurador­as con proveedore­s que forman parte de la red pueden ser de cientos o hasta miles de dólares menos que lo que los médicos cobran directamen­te.

En la actualidad, hay una iniciativa nacional que busca crear una ley para evitar las “facturas para cobrar el saldo” en las salas de emergencia­s de los hospitales.

Los interesado­s pueden firmar la petición que será presentada ante el senado en 2017, en esta dirección web: https://consumersu­nion.org/ surprise-medical-bills/.

¿Qué hacer?

Lo primero es documentar todo lo relacionad­o con los servicios que se nos están cobrando.

Lo segundo buscar ayuda de un agente o del gobierno para determinar el mejor curso de acción.

En todo caso, hay que llenar un formulario que se puede descargar de la página web del Departamen­to de Seguros de Texas (http://www.tdi. texas.gov/forms/consumer/cp012scomp­lform.pdf)), y rellenarle usando la informació­n recolectad­a.

El proceso de resolución de una queja puede tomar en resolverse de uno a tres meses o más. Por eso es importante iniciarlo cuanto antes.

Lo siguiente es hablar con los encargados del consultori­o o proveedor de servicio para entender qué pasó y cómo se puede solucionar la situación.

Hay que averiguar si el doctor está dentro de la red. Si está, éste aceptará la aseguranza y elaborará un expediente médico. Si se llega a algún tipo de acuerdo, se podría negociar un plan de pagos o buscar otra solución.

“Cada caso es único y debe ser tratado como tal”, recordó Urías.

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