Buscan proteger ocelotes
Harlingen, Texas— Las plantas originarias del Valle del Río Grande son tenaces.
El periódico The Valley Morning Star reportó que cada una parece tener algún tipo de espina o piel dura diseñada para que sea difícil comerla, para rechazar a los insectos o impedir que sean colonizadas por parásitos.
Sin embargo, hasta nuestra flora que es resistente a la sequía podría necesitar ayuda. Un programa del Refugio Nacional para la Vida Silvestre Atascosa está intentando hacer eso. ¿El objetivo? Acelerar la total restauración de los matorrales espinosos en la mitad del tiempo, en lugar de 25 ó 30 años.
“A esos tres protectores les llamamos –tubos de árbol o protectores de árboles– hacen dos cosas importantes para ayudar a que las plantas sobrevivan”, comentó Kim Wahl, bióloga de plantas del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, quien está encabezando el esfuerzo de la restauración.
“Sin ellos, los roedores y conejos las masticarían y las convertirían en pequeñas protuberancias”, comentó Wahl la semana pasada.
“También protegen contra los elementos naturales como la luz del sol, el rocío se condensa dentro del tubo y corre hacia abajo”, agregó. “La humedad dentro de esos tubos es más alta, la temperatura es un poco más baja”.
Los tubos también reducen parte de los eternos vientos del Valle, las plantas terminan con un mejor ambiente para crecer.
Restablecer el hábitat original de lo que ahora son los predios de cultivo del Valle del Río Grande requiere un trabajo intensivo. Hace sólo 100 años, antes de que arribara la revolución agrícola con la electricidad, bombas e irrigación, prácticamente todo el Valle estaba cubierto con una densa maleza espinosa.
Wahl comentó que aproximadamente 275 acres fueron replantados entre octubre y marzo de este año para restaurar la maleza tamaulipeca en los Condados Cameron e Hidalgo.
La mayoría de los acres fueron plantados sin la protección de los tubos de los árboles de tres pies de alto.
Entre las especies que fueron plantadas en Laguna Atascosa fueron ojos de víbora o reina malvada, plantorcha de Texas, crucita o arbusto navideño, trixis, lantana, crotón Berlandier y la Manzanita, comentó Wahl.
Por su parte, Wahl está menos interesada en el tiempo de recuperación de la restauración total y más en que los animales y especies de plantas se adapten a su nuevo hábitat.
Comentó que los animales silvestres pueden usar los terrenos casi inmediatamente después de plantarlos.
“No sé si fue una buena idea ni cuánto tiempo tomará concluir la restauración del hábitat de la maleza espinosa”, dijo Wahl.
“Sin embargo, desde el momento en que plantemos, será útil inmediatamente para los pequeños mamíferos, roedores, polinizadores como las abejas y mariposas en ese primer año, y luego será útil para los pájaros, es necesario empezar la producción de semillas o que los árboles sean lo suficientemente grandes para que hagan sus nidos”, dijo.
“De allí, empieza a ser más benéfico para los mamíferos más grandes y finalmente trataremos de hacer esas áreas más propicias para el hábitat de los ocelotes”, comentó Wahl.
En cualquier momento, hay unas 15 subespecies de ocelotes que están en peligro de extinción en el refugio de la Laguna Atascosa, y aproximadamente 80 en el sur de Texas.
La restauración del hábitat está considerada como un componente clave para salvar a los gatos salvajes, que a diferencia de sus primos, los linces, pueden ser muy especiales cuando se trata de su hábitat preferido.
Hilary Swarts es una bióloga del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos que está apostada en Laguna Atascosa. También es experta en ocelotes.
Swarts comentó que existen tres amenazas primarias para el ocelote de Texas: las muertes en la carretera, la falta de diversidad genética y la pérdida del hábitat.
“Según mi punto de vista, su peligro inmediato es la mortalidad en las carreteras, existen dos maneras de combatir eso”, dijo ayer. “Una es mantenerlos fuera de las carreteras, instalando cruces, otra es mantenerlos fuera de la carretera estableciendo buenos y contiguos hábitats en donde no tengan que correr hacia la mitad de algún lugar”.
“La amenaza de mediano rango es el problema genético”, incluyendo la endogamia dentro de la población de ocelotes que está aislada de las poblaciones de esos animales en México”, dijo.
“Sin embargo, su verdadero problema a largo plazo es el espacio”, agregó Swarts.
“Así que, es en donde entra el hábitat. Inicialmente, la pérdida de esos lugares es lo que ha provocado que se presenten otros dos peligros”.
“Entre más he trabajado en este proyecto, más entiendo que el hábitat es el primer paso para entender los problemas de estas especies”, dijo Swarts.
El problema de la mortalidad en la carretera está siendo solucionado por una docena de nuevos pases que están siendo instalados a lo largo de los caminos por el Departamento de Transporte de Texas en áreas que son amigables para los ocelotes, como el FM 106 entre Río Hondo y el refugio que está en Buena Vista Road.
Lo segundo sería emplear cierta diplomacia para convencer a los oficiales mexicanos de que compartan una o dos ocelotes hembras para reforzar la línea genética de las subespecies de Texas.
El tercer problema –la restauración del hábitat– está siendo atacado con tubos para los árboles.
Wahl comentó que los tubos se quedarán en donde están durante nueve meses, para ese tiempo, las raíces de las plantas estarán bien afianzadas y les proporcionarán cierta defensa contra los animales. Los tubos serán reusados en otro lugar de restauración.
En el predio de la Laguna Atascosa, la plantación tomó unas seis semanas. Wahl aceptó que no tuvo una gran intervención en eso.
Implementan plan en Texas sobre el cuidado de plantas con la intención de preservar el hábitat