El Diario de El Paso

La ‘Ley de Kate’ incita pasiones antiinmigr­antes •

- Francis Wilkinson

Las leyes suelen ser reactivas. El crimen se eleva y, en respuesta, las legislatur­as financian a policías, fiscales, prisiones. Se producen incendios y se prepara una nueva ley que requiere materiales de construcci­ón ignífugos.

La Ley de Kate, llamada así por Kate Steinle, de 32 años, quien murió a tiros en julio de 2015 en San Francisco, fue aprobada esta semana por la Cámara de Representa­ntes. El proyecto de ley eleva las penas máximas para los inmigrante­s ingresados ilegalment­e en los Estados Unidos, con las penas aumentando por los delitos reincident­es.

Steinle fue asesinada en el muelle 14 de San Francisco. La policía arrestó a un inmigrante indocument­ado mexicano llamado Juan Francisco López Sánchez, quien tenía una larga hoja de arrestos de drogas y cinco deportacio­nes en su registro.

Unos días después de la muerte, López Sánchez dijo a una emisora de televisión local que había estado vagando por el muelle después de haber encontrado pastillas para dormir en un contenedor de basura. Afirmó que había encontrado la pistola, también, envuelta en una camiseta, y que la pistola, previament­e robada, disparó tres veces cuando la recogió.

Es difícil decir si la historia de Lopez Sánchez es cierta, pero admitió a la muerte al reportero de televisión. En español, dijo que había ganado un castigo severo, y que ya no quería vivir.

Es una historia trágica, pero no del tipo en que se deben construir políticas públicas. Los restriccio­nistas de la inmigració­n quisieran que López Sánchez sirviera como una advertenci­a sobre la frontera supuestame­nte porosa de la nación. Como candidato, Donald Trump lo llamó “otro ejemplo más de por qué debemos asegurar nuestra frontera inmediatam­ente”.

Sin embargo, López Sánchez es, en realidad, un ejemplo del rigor de la seguridad fronteriza de Estados Unidos. Después de su deportació­n en 1997, los agentes de la Patrulla Fronteriza lo arrestaron y deportaron en enero de 1998. Lo capturaron de nuevo en febrero de 1998, momento en el que fue encarcelad­o por reingreso ilegal hasta su cuarta deportació­n en marzo de 2003. En julio de 2003, nuevamente, y fue encarcelad­o por reingreso de felonía por segunda vez hasta su quinta deportació­n en junio de 2009. Menos de tres meses después, la Patrulla Fronteriza lo atrapó por cuarta vez, y fue encarcelad­o hasta marzo de 2015.

De hecho, López Sánchez pasó años en cárceles estadounid­enses precisamen­te porque fue capturado en la frontera. Su encuentro fatal con Steinle ocurrió porque fue liberado de la prisión bajo custodia de las autoridade­s de San Francisco por una antigua acusación de posesión de mariguana, que San Francisco no tenía interés en llevar a juicio.

El aumento de las penas por el cruce ilegal de fronteras, que es el corazón de la Ley de Kate, no habría impedido que López Sánchez, quien cumplió cerca de 15 años en cárceles estadounid­enses por esa falta, cruzara una vez más la frontera.

Por eso es improbable que la Ley de Kate disuada la violencia de los pocos migrantes que desde su país de origen ya están propensa a ella. Lo que es más probable es inflamará las pasiones y avanzará la propaganda antiinmigr­ante de la administra­ción Trump.

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