La crueldad republicana en el cuidado de la salud •
Los fundamentos de la legislación de salud republicana, que no han cambiado mucho en las diferentes iteraciones de Trumpcare, son fáciles de describir: quite el seguro médico de decenas de millones, haga que sea mucho más caro para otros tantos millones y use el dinero así ahorrado para reducir los impuestos a los ricos.
Donald Trump no puede admitir esto públicamente, pero todos en el Congreso saben de qué se trata.
La pregunta verdadera aquí es por qué el Partido Republicano está empujando esta agenda áspera, moralmente indescriptible.
La pérdida de cobertura de salud es una pesadilla para los pobres y la clase media, especialmente los adultos mayores y quienes padecen enfermedades crónica. Y puesto que los estadounidenses con esas características son precisamente las personas a las que esta legislación perjudica, decenas de millones pronto se vivirán esta pesadilla.
Mientras tanto, los impuestos que caen principalmente en una minúscula y rica minoría serían reducidos o eliminados. Más del 40 por ciento de los recortes tributarios del proyecto de ley del Senado irían a personas con ingresos anuales de más de un millón de dólares, pero incluso estos afortunados pocos verían que su ingreso después de impuestos aumentó sólo un 2 por ciento apenas visible.
Por lo tanto, es un gran sufrimiento –incluyendo, según las mejores estimaciones, alrededor de 200 mil muertes evitables– que les espera a muchos de nuestros conciudadanos con el fin de dar a un puñado de personas ricas lo que equivale a un cambio de bolsillo extra.
El público aborrece la idea: la encuesta muestra abrumadora oposición popular, a pesar de que muchos votantes no se dan cuenta de lo cruel que es realmente el proyecto de ley. Por ejemplo, sólo una minoría de votantes son conscientes del plan para hacer recortes salvajes a Medicaid.
De hecho, tiene aprobación baja incluso entre esos que conseguirían un corte de impuesto significativo. Warren Buffett ha denunciado el proyecto de ley del Senado como la “Ley de Alivio para los Ricos”, y seguramente no es el único multimillonario que se siente así.
Lo que nos lleva de nuevo a la pregunta de por qué los republicanos quieren hacer esto?
Hay dos grandes postulados –en realidad, dos grandes mentiras– detrás de la crueldad republicana en el cuidado de la salud.
En primer lugar están los “horrores” imaginarios de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, que los republicanos afirman ha aumentado el costo de la atención de la salud para aquellos que no están en los intercambios de seguros del gobierno.
No lo han derogado porque incluso el Partido Republicano tiene que enfrentarse a la realidad de que el Obamacare, lejos de ser el fracaso que ellos retratan, ha hecho lo que se suponía que debía hacer: utilizar los impuestos más altos sobre los ricos para pagar una vasta expansión de la cobertura de salud para los pobres. En consecuencia, tratar de revertir la actual ley de salud significa quitar el seguro médico a las personas que lo necesitan desesperadamente.
En segundo lugar, esta el discurso que comenzó con una mentira políticamente conveniente durante la presidencia de Ronald Reagan: que los subsidios de gobierno recompensan a las personas perezosas que no quieren trabajar.
Esto nunca fue cierto, y en una era de creciente desigualdad e industrias tradicionales en declive, lo irónico es que algunos de los beneficiarios de las bolsas de seguro de salud son miembros de la clase obrera blanca que apoya a Trump.
Todavía no sabemos si los republicanos lograrán aprobar su “reforma” de salud, en la cual ni ellos mismos logran ponerse de acuerdo. Ya sea que pase o no, lo que el público estadounidense ahora sabe es quiénes son realmente los republicanos.