Postura de Trump anti-NAFTA afecta industria del gas natural
Houston — De todas las industrias puestas en duda por la promesa del presidente Trump de volcar el libre comercio con México, la industria del gas natural es fácilmente la más importante.
Más de un cuarto de la electricidad de México es alimentada con gas natural de Estados Unidos, dejando al país especialmente vulnerable a cualquier agitación provocada por una batalla comercial con Estados Unidos.
Pero venderle gas natural a México también es una bendición para la industria energética estadounidense, la cual está cabildeando en la Casa Blanca para enfatizar lo importante que es la relación con México.
Con miles de millones de dólares en juego y las zigzagueantes posturas de la administración en torno al comercio, las compañías energéticas de Estados Unidos no quieren dejar nada al azar. También están poniendo en la mira a un viejo amigo a que les ayude en su posición: Rick Perry, el ex gobernador de Texas, quien recientemente sirvió en el consejo de una compañía gasera que transporta gas natural a México y quien ahora es el secretario de energía de Trump.
“Lo que haremos ahora es ponernos en contacto con nuestro texano, el secretario de energía Rick Perry, y hacer que nos escuche”, dijo Steven H. Pruett, jefe ejecutivo de Elevation Resources, una compañía de gas y petróleo de Texas. “Y decirle, ‘Por favor convenza a la administración de Trump a que abandone su retórica de querer cancelar en NAFTA y que nos permita continuar con el boom económico que el gas natural ha creado para Texas”.
Bajo el Tratado de Libre Comercio de Norte América (NAFTA), el cual Trump ha amenazado con ponerle fin al menos que pueda entablar un acuerdo que sea “justo” para Estados Unidos, la autorización para exportar gas natural es virtualmente automática.
Pero si Estados Unidos abandona el tratado, quedará en manos del Departamento de Energía aprobar las futuras exportaciones de gas, las cuales se considera que son de interés nacional.
Esto pone a Perry en un importante papel en estos momentos tan tensos, y hay buenas razones para considerarlo un amigo de la industria. Como gobernador de Texas, Perry defendió controversiales prácticas, como el fraking, para promover la producción petrolera estatal y las exportaciones de gas natural. Durante su mandato, la producción de gas natural en su estado se elevó a un 50 por ciento.
Tras abandonar la gubernatura, Perry se unió al consejo de Energy Transfer Partners, una compañía que ha terminado de construir cuatro gasoductos con rumbo a México en los últimos dos años.
Y cuando se lanzó para presidente en el 2016, el jefe ejecutivo de la compañía se convirtió en el más grande contribuidor de la fallida campaña de Perry.
Kelcy Warren, jefe ejecutivo de Energy Transfer, donó más de seis millones de dólares de los 16.7 millones que fueron recaudados para la campaña presidencial de Perry en el 2016, de acuerdo con información de la Comisión Federal Electoral compilada por el Centro de Política Receptiva.
La mayor parte del dinero le fue luego regresado a Warren cuando Perry se retiró de la contienda.
“Rick Perry es un muy buen amigo mío y es un tipo muy brillante”, dijo Warren. “Él entiende muy bien a la industria energética, y me da un gran confort saber que él esté en dicha posición”.