Desafían altas temperaturas los vendedores de ‘cohetes’
Recurren a ‘trucos del oficio’ para evitar la deshidratación
Ni las altas temperaturas ni el fantasma de las prohibiciones de pirotecnia de años pasados hicieron mella en los vendedores que aprovechan las festividades del 4 de Julio para hacer algo de dinero.
“Está caliente… pero varía. No es algo que no podamos manejar. Muchos de los que estamos aquí, somos jugadores de futbol americano, estamos acostumbrados a cargar 15 libras de peso de equipo, sin tomar en cuenta el casco. Así que no es tan duro para nosotros”, explicó Marcus Valverde sobre su percepción durante estos días pasados en lo que ha tenido que estar expuesto al caluroso clima.
Valverde es uno de las docenas de vendedores que buscaron las afueras de la ciudad para poder vender fuegos artificiales que algunas familias paseñas utilizaron para iluminar el cielo fronterizo y así celebrar esta fiesta nacional.
Su puesto, como el de los demás vendedores, está ubicado en espacios abiertos, lotes baldíos, con poca o nula vegetación, mucho polvo y nada de sombra.
Estas personas tienen que ingeniárselas para soportar el embate del clima y poder aguantar la jornada laboral, que les puede llegar a consumir más de 12 horas continuas de exposición, dependiendo de la demanda y la cercanía con el 4 de Julio.
La semana pasada la Corte de Comisionados aprobó el uso de fuegos artificiales en áreas no incorporadas del Condado de El Paso. El índice de calor, que debe superar los 575 puntos, no sobrepasó los 500 tantos este año, y con ello, la prohibición anual ya ha fallado en dos ocasiones consecutivas.
En ese sentido, la Corte también autorizó un cierre de calles preventivo, con el fin de mitigar diferentes problemas en Montana Vista: Stansbury, Paseo Del Este, Flager, Krag y Vista del Este al Este de la ciudad.
La venta de cohetes inició el jueves de la semana pasada, y continuó durante los siguientes días, con una temperatura promedio de 84 grados Fahrenheit.
“Para refrescarnos hemos estado usando toallas empapadas en agua, y las traemos en el cuello para que no nos venza el calor”, dijo Anthony Avilez, dueño de un stand de juegos pirotécnicos. Él y sus colegas mercaderes tienen botellas de agua y hieleras a la mano para consumo personal o de sus clientes y así evitar golpes de calor.
Carlos Bucio, uno de los compradores que pululaban entre los puestos, compartió su método para hacerle frente al calor: “Siempre cargo botellas con agua congelada en el carro, para nunca deshidratarme, y si me bajo, trato de no estar más de 10 minutos fuera”, dijo antes de volver corriendo a su coche.
“Nos llovió el sábado, luego se puso muy húmedo, pero soy originario de San Antonio, así que no es gran cosa. La venta va bien, por otro lado, muy bien, por eso ha valido la pena”, sopesó Valverde. “Estamos vendiendo mucho. Tenemos muchas promociones que la gente está aprovechando desde el jueves por la noche”, agregó.
“Nos hidratamos con mucha agua, tratamos de no exponernos al sol más de lo necesario. Ha sido un poco más caliente que en años pasados, pero estamos bien”, reflexionó Tirstin Tuialeuleu, otro vendedor.
Pasada la festividad, las autoridades deberán lidiar con el problema de la basura que se deja en la zona donde el público decide quemar los juegos pirtécnicos, siempre en los límites de la ciudad.