Inevitable, un diálogo con Norcorea
El presidente Trump parece haber absorbido por lo menos un consejo de Barack Obama: el programa nuclear de Corea del Norte es un problema urgente que debe resolverse. Eso se tornó evidente el martes cuando el Norte probó un misil que parece ser capaz de golpear Alaska.
Trump también puede estar aprendiendo otra lección, que no puede confiar sólo en China para forzar a Corea del Norte a frenar su programa nuclear. Lo que no ha comprendido es que una solución eventualmente requerirá un diálogo directo con el Norte.
Trump ha insistido durante mucho tiempo en que China, principal proveedor de alimentos y combustible de Norcorea, debe forzar a ese país a abandonar su programa nuclear, ya con una docena o más de armas nucleares. Y después de una reunión con el presidente Xi Jinping en Mar-a-Lago en abril, Trump parecía confiado en que China lo haría. Pero pasa el tiempo y China sigue renuente a ejercer el tipo de presión que podría forzar al Norte a desnuclearizarse. Pekín teme que las duras sanciones puedan desestabilizar a Corea del Norte, provocando el colapso de su gobierno, el caos, una oleada de refugiados a través de la frontera y la absorción del país por parte de Corea del Sur, un aliado estadounidense.
Después de que Trump reconoció en un reciente tuit que, según China, “no ha funcionado”, su administración tomó medidas que reflejaban su molestia: aprobó una venta de armas de mil 400 millones de dólares a Taiwán, que China considera una provincia rebelde, acusó a un banco de actuar como un conducto de la actividad financiera ilegal de Corea del Norte, y un destructor naval estadounidense pasó cerca de territorio reclamado por China en el Pacífico.
Ahora se habla en Washington de subir los aranceles del acero, lo cual afectaría a China, y tanto Estados Unidos como Corea del Sur realizaron sus propios ejercicios de lanzamiento de misiles en el Pacífico. El secretario de Estado, Rex Tillerson, también anunció planes para usar tácticas diplomáticas tradicionales, incluyendo pedir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que promulgue sanciones más fuertes.
Las medidas de presión son casi una certeza en estos casos. Lo que falta es una genuina diplomacia.
El Laboratorio Nacional de Los Álamos, escribió recientemente a Trump, instándole a iniciar conversaciones como la “única opción realista” para prevenir el uso potencial de Corea del Norte de las armas nucleares. El 60 por ciento de los estadounidenses, independientemente de su afiliación política, está de acuerdo con ellos en que ambas naciones deben hablarse. Es una opción, y no hay indicios de que Trump tenga una mejor estrategia.