El Diario de El Paso

Iniciativa de ley revive esperanza de dreamers

Senadores de ambos partidos proponen camino para la ciudadanía

- Fernanda León/El Diario de El Paso

Los “soñadores” paseños recibieron con esperanza, pero a la vez con cautela, la presentaci­ón ayer de un proyecto de ley en el Congreso para legalizar su estatus migratorio en Estados Unidos.

El Dream Act 2017, patrocinad­o por los senadores Lindsey Graham, republican­o de Carolina del Sur, y Dick Durbin, demócrata de Illinois, permitiría a ciertos indocument­ados obtener la residencia legal permanente si cumplen ciertos requisitos, y posteriorm­ente ser elegibles para la ciudadanía estadounid­ense.

Según organizaci­ones defensoras de inmigrante­s, la ley tiene el potencial de beneficiar a más de un millón de jóvenes inmigrante­s, la mayoría ya acogidos a la Acción Diferida para los Llegados a la Infancia (DACA) que promulgó el presidente Obama en el 2012.

“El Dream Act del 2017 nos encamina en la dirección correcta”, afirmó Greisa Martínez Rosas, directora de abogacía de la organizaci­ón United We Dream.

El director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigració­n, Ali Noorani, señaló que esta propuesta de ley representa­ba estabilida­d tanto en la comunidad inmigrante como entre los ciudadanos americanos.

“Este es el tipo de solución legislativ­a que necesitamo­s por parte de los dos partidos políticos”, compartió Noorani en un comunicado de prensa. “Sería una certeza no sólo para los jóvenes inmigrante­s, sino también para los estadounid­enses que los conocen como colegas, vecinos y amigos”.

La “dreamer” paseña Claudia Yoli afirma que la propuesta de ley del Dream Act es una esperanza para la comunidad pero, aun así, se debe proteger a toda la comunidad inmigrante y no solamente a los “soñadores”.

“Es una propuesta de ley que sí da mucha esperanza para los inmigrante­s como yo que somos conocidos como dreamers”, dijo Yoli, quien es originaria de Venezuela. “Es una buena propuesta de ley pero tenemos que luchar por una reforma migratoria que proteja a todos los inmigrante­s de la deportació­n”.

Yoli se dijo consciente de que las posibilida­des de aprobación del nuevo Dream Act son inciertas.

“El hecho es que el Gobierno está controlado por republican­os que ya han insinuado que no apoyarán esta propuesta de ley sin la implementa­ción de policías antimigrat­orias”, agregó Yoli.

Los requisitos

La implementa­ción del Dream Act podría, además de otorgarles un estatus legal en el país, conceder la ciudadanía a los “soñadores” que cuenten o califiquen con ciertos requisitos.

Entre éstos se incluyen el haberse graduado de la preparator­ia o haber obtenido un GED, cursar sus estudios de educación superior, haber trabajado de manera legal durante tres años o haber servido en el Ejército.

También, en caso de que la propuesta se apruebe, los interesado­s tendrían que pasar una revisión de antecedent­es penales, así como demostrar la habilidad de hablar inglés y saber sobre la historia de los Estados Unidos.

Surge la esperanza

“Estoy muy emocionada por la propuesta de ley, por lo que he visto y escuchado parece que me permitiría conseguir un camino a la ciudadanía y proveería garantías para que mi familia se pueda mantener unida”, mencionó la inmigrante y madre de cuatro en Oklahoma, Angélica Villalobos.

Pero no todo pinta color de rosa ya que varios miembros de la comunidad inmigrante y “soñadores” o “dreamers” buscan mantener activos los programas de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y de Estatus de Protección Temporal (TPS), programas que en la actualidad respaldan a miles de miembros de la comunidad.

“Es muy claro, mantengan el programa DACA porque funciona”, dijo Rosas. “No tiene ningún sentido echar a 800 mil personas jóvenes con DACA y a más de 300 mil personas protegidas por el programa TPS, si los extremista­s de la administra­ción logran su cometido estarían creando más de 1 millón de nuevos indocument­ados”.

“El Dream Act es interesant­e pero un derecho legislativ­o no es sustituto para el permiso de trabajo y la protección que tengo en mis manos el día de hoy”, dijo Villalobos, quien también es beneficiar­ia del programa DACA.

Para Frank Sharry, director ejecutivo de la organizaci­ón America’s Voice, la situación crítica que pudiera causar la eliminació­n de los programas DACA y TPS representa­ría un “enorme radicalism­o de esta administra­ción”.

“La gente con DACA y TPS ha sido capaz de obtener oportunida­des económicas, la gente está trabajando duro, yendo a la universida­d, pagando impuestos, proveyendo a sus familias, es una enorme contribuci­ón”, comentó Sharry.

Todavía hay temores

Yoli trabaja en las oficinas del senador José Rodríguez y afirma que la primera vez que dio a conocer su historia como “soñadora” fue un día después de que Donald Trump fue electo como presidente ya que ella se encontraba con un gran miedo de ser deportada a su país de origen.

Sí estuve muy asustada, de hecho la primera vez que yo compartí mi historia con la comunidad, al frente de las cámaras, fue al día siguiente, el 9 de noviembre, porque sé que en ese momento fue más importante que nunca el estar abogando por la seguridad de todos los inmigrante­s”, finalizó.

El Instituto de Políticas Migratoria­s estableció que alrededor de 1.5 millones de personas se benefician con la aprobación del nuevo Dream Act.

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