Descartan legisladores aplicar el impuesto ‘fronterizo’
Nueva York— El Gobierno del presidente Trump rechazó cualquier apoyo a un nuevo impuesto de ajuste fronterizo sobre las importaciones, según dos personas informadas sobre el asunto.
El impuesto en la frontera debe ser revisado más tarde, dijo una de las personas, pero fue archivado antes del estreno del miércoles del nuevo plan fiscal de la Casa Blanca.
Como parte de su reforma fiscal, la administración Trump propone aplicar un impuesto conocido como BAT, que busca limitar las importaciones de las empresas de Estados Unidos en aquel país.
Según fiscalistas, es un impuesto proteccionista que pretende desincentivar las importaciones.
El impuesto estaba destinado a ser la piedra angular de una propuesta de reforma fiscal desarrollada por los líderes republicanos de la Cámara de Representantes, pero se enfrentó con grandes retrocesos de dos empresas influyentes como son Wal-Mart y Toyota.
De decretarse, un nuevo impuesto de ajuste fronterizo provocaría daños significativos sobre los miles de millones de dólares en bienes importados.
Los minoristas en particular se habrían visto afectados significativamente, pues los productos que venden, desde las llantas hasta las camisetas (importadas por ultramar), habrían costado más de manera repentina.
Fabricantes de automóviles y otros fabricantes que dependen en gran medida de las partes extranjeras y los suministros también se verían afectados.
En una entrevista a finales de febrero, el presidente Trump dijo que el impuesto a la frontera podría conducir a muchos más puestos de trabajo en Estados Unidos, sin embargo, la propuesta recibió una recepción mixta entre sus principales asesores.
Por un lado, el estratega en jefe Stephen K. Bannon lo apoyó, mientras que el director del Consejo Económico nacional, Gary Cohn, se opuso.
En un anuncio público, se espera que Trump prepare un amplio plan tributario que incluya la reducción de impuestos corporativos hasta un 15 por ciento, incluso si hacerlo aumenta el déficit presupuestario.
El gravamen pretendía desincentivar las importaciones