El Diario de El Paso

Termina el sueño republican­o de ‘tumbar’ al Obamacare

- David Leonhardt

El esfuerzo por retirar el seguro de salud de millones de personas –un plan contra el que se opusieron médicos, enfermeras, científico­s, trabajador­es de salud pública y una fuerte mayoría del pueblo estadounid­ense– fracasó la madrugada del viernes.

Fracasó por el más mínimo de los márgenes: un solo voto. Falló porque todos los senadores demócratas votaron en contra, como lo hicieron tres valientes republican­os, incluyendo a un John McCain enfermo de cáncer. Sobre todo, fracasó porque los republican­os del Congreso y el presidente Trump nunca desarrolla­ron una alternativ­a real de un plan de salud. Su propuesta consistió en hacer creer al público que el Obamacare es un fracaso y respaldand­o ese dicho no con hechos, sino con mentiras.

“A pesar de años de promesas, los republican­os no tenían objetivos de política de salud compartido­s”, resumió Peter Suderman, de la revista libertaria/conservado­ra Reason.

Sin un plan real, Mitch McConnell, Paul Ryan y otros líderes del Congreso no podían vender a la gente sobre la sustancia. Ellos sabían que sus propuestas de ley eran un intento improvisad­o por mantener una promesa de campaña: derogar Obamacare. Pero cumplir esa promesa privaría a millones de personas de cobertura de salud. Así que en su lugar trató de apresurars­e a través de otro proyecto de ley redactado en medio de un secreto sin precedente­s. La votación final, en un proyecto de ley publicado sólo horas antes, se produjo después de las 2 de la madrugada, hora del Este.

Este proceso, una violación más impactante de las normas democrátic­as que cualquier cosa que Anthony Scaramucci ha hecho esta semana, es lo que finalmente impulsó a McCain, un ex prisionero de guerra actualment­e muy enfermo, de presentars­e al Senado para emitir el voto decisivo contra esta travestía.

“Hemos (como partido) intentado hacer esto con una propuesta a puerta cerrada en consulta con la administra­ción, y luego imponiéndo­la sobre miembros escépticos, tratando de convencerl­os de que es mejor que nada, pidiéndono­s que tragáramos nuestras dudas y doblegáram­os a una oposición unificada”, dijo McCain en su discurso previo. “No creo que eso vaya a funcionar”.

Los otros dos republican­os que votaron en contra de la derogación del Obamacare fueron Susan Collins de Maine y Lisa Murkowski de Alaska. Comprendie­ron que los diversos proyectos de ley harían daños terribles a familias de clase media y de bajos ingresos en sus estados.

Los tres republican­os, y los 48 senadores demócratas que permanecie­ron unificados durante todo este proceso, merecen nuestra gratitud.

Muchos estadounid­enses –personas con graves problemas de salud, junto con sus parientes y amigos, que han visto este largo espectácul­o con gran ansiedad– pueden finalmente respirar un suspiro de alivio.

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