Termina el sueño republicano de ‘tumbar’ al Obamacare
El esfuerzo por retirar el seguro de salud de millones de personas –un plan contra el que se opusieron médicos, enfermeras, científicos, trabajadores de salud pública y una fuerte mayoría del pueblo estadounidense– fracasó la madrugada del viernes.
Fracasó por el más mínimo de los márgenes: un solo voto. Falló porque todos los senadores demócratas votaron en contra, como lo hicieron tres valientes republicanos, incluyendo a un John McCain enfermo de cáncer. Sobre todo, fracasó porque los republicanos del Congreso y el presidente Trump nunca desarrollaron una alternativa real de un plan de salud. Su propuesta consistió en hacer creer al público que el Obamacare es un fracaso y respaldando ese dicho no con hechos, sino con mentiras.
“A pesar de años de promesas, los republicanos no tenían objetivos de política de salud compartidos”, resumió Peter Suderman, de la revista libertaria/conservadora Reason.
Sin un plan real, Mitch McConnell, Paul Ryan y otros líderes del Congreso no podían vender a la gente sobre la sustancia. Ellos sabían que sus propuestas de ley eran un intento improvisado por mantener una promesa de campaña: derogar Obamacare. Pero cumplir esa promesa privaría a millones de personas de cobertura de salud. Así que en su lugar trató de apresurarse a través de otro proyecto de ley redactado en medio de un secreto sin precedentes. La votación final, en un proyecto de ley publicado sólo horas antes, se produjo después de las 2 de la madrugada, hora del Este.
Este proceso, una violación más impactante de las normas democráticas que cualquier cosa que Anthony Scaramucci ha hecho esta semana, es lo que finalmente impulsó a McCain, un ex prisionero de guerra actualmente muy enfermo, de presentarse al Senado para emitir el voto decisivo contra esta travestía.
“Hemos (como partido) intentado hacer esto con una propuesta a puerta cerrada en consulta con la administración, y luego imponiéndola sobre miembros escépticos, tratando de convencerlos de que es mejor que nada, pidiéndonos que tragáramos nuestras dudas y doblegáramos a una oposición unificada”, dijo McCain en su discurso previo. “No creo que eso vaya a funcionar”.
Los otros dos republicanos que votaron en contra de la derogación del Obamacare fueron Susan Collins de Maine y Lisa Murkowski de Alaska. Comprendieron que los diversos proyectos de ley harían daños terribles a familias de clase media y de bajos ingresos en sus estados.
Los tres republicanos, y los 48 senadores demócratas que permanecieron unificados durante todo este proceso, merecen nuestra gratitud.
Muchos estadounidenses –personas con graves problemas de salud, junto con sus parientes y amigos, que han visto este largo espectáculo con gran ansiedad– pueden finalmente respirar un suspiro de alivio.