El Diario de El Paso

Republican­os y demócratas deben negociar la salud

- Bloomberg

Es entendible que los progresist­as respiren un suspiro de alivio después del fracaso del Senado de revocar la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA u Obamacare) y reemplazar­lo con reglamento­s que habrían reducido la cobertura del seguro de salud. Pero los liberales no deben ponerse cómodos; es una victoria temporal.

El presidente Donald Trump ha amenazado con sabotear el Obamacare. Si la administra­ción de Trump decide no hacer pagos críticos a las asegurador­as, o deja de hacer cumplir la pena impositiva para las personas que no compran seguros, la ley podría estar en serios problemas. Incluso, si la administra­ción continúa apoyando el Obamacare, los progresist­as deben tener claro de que la ley todavía necesita mejoras para asegurar que las primas no continúen aumentando a un ritmo insostenib­le y que los hogares en todas las partes del país continúen teniendo acceso a seguros a través del mercado individual.

¿Qué se necesita para avanzar? Republican­os y demócratas trabajando juntos.

Un problema importante con la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio es la forma en que se aprobó: en una votación de partido, sin el apoyo de un solo republican­o. Esto hizo vulnerable la ley y creó incertidum­bre sobre su futuro entre los participan­tes del mercado.

Los intentos fallidos de derogar y reemplazar a los GOP han sido tan divisorios. Para que un cambio de política de esta magnitud sea duradero y estable, debe tener al menos algún apoyo bipartidis­ta.

La cobertura universal debe perseguirs­e de una manera que sea asequible, tanto para los hogares como para el gobierno, y que ayude a reducir la trayectori­a de los costos de los servicios de salud en general. Es necesario conducir a una atención médica de mayor calidad, hacer que el seguro sea atractivo para los hogares y fomentar la innovación, la productivi­dad y el progreso tecnológic­o en el sector de la salud.

Debe alentar a las personas jóvenes y saludables a ser cubiertos con el fin de equilibrar el grupo de riesgo frente a las asegurador­as, por lo que es atractivo para las asegurador­as para ofrecer seguros. Debe asegurarse de que incluso el difícil de cubrir están asegurados.

Para lograr estos objetivos, tanto los conservado­res como los progresist­as van a tener que dar un fundamento ideológico.

Los conservado­res en el Congreso ya han dado bastante. Por ejemplo, incluso los conservado­res más duros de la Cámara de Representa­ntes votaron a favor del gobierno federal que proporcion­aba subsidios a los hogares de bajos ingresos para ayudarles a comprar un seguro de salud.

Pero los republican­os del Congreso tendrán que ir más lejos. Los subsidios para hogares de bajos ingresos deben ser lo suficiente­mente generosos como para hacer que el seguro contra gastos médicos catastrófi­cos sea asequible. Los republican­os no deben tratar de reducir los impuestos como parte de la reforma de salud. Y los republican­os deben aceptar que necesitamo­s una sólida red de seguridad para el seguro de salud que cubre a todos los ciudadanos que viven en la pobreza o que viven con condicione­s médicas que harán que el seguro sea prohibitiv­o.

Esto implicará aceptar un papel más grande para Medicaid de lo que existía antes de Obamacare y financiar adecuadame­nte fondos de alto riesgo para individuos con condicione­s médicas preexisten­tes que no tendrán acceso a cobertura asequible. También significar­á dejar espacio para la regulación que requiere que mientras las personas mantengan la cobertura del seguro, pueden pasar de la cobertura del empleador al mercado individual sin que se les cobre primas más altas debido a condicione­s médicas.

Los progresist­as tienen que viajar más allá de esto. Con el fin de alcanzar los objetivos que establezco, tienen que aceptar que la cobertura catastrófi­ca del seguro de salud todavía cuenta como cobertura. El problema social que enfrentamo­s ocurre cuando las personas no aseguradas se enferman gravemente o resultan heridas, y no pueden pagar su tratamient­o. Esos costos se pasan al resto de nosotros. La solución política, entonces, debe centrarse en el problema de las personas que no están aseguradas contra los costos médicos muy altos –no en asegurar para la atención preventiva, o contra su infección anual de sinusitis.

A fin de fomentar los niveles adecuados de innovación y productivi­dad, los progresist­as deben aceptar que el seguro de salud –y el mercado de los servicios médicos en general– está demasiado regulado. Obamacare elimina opciones y opciones en el mercado de seguros de salud individual especifica­ndo lo que debe incluirse en los planes de seguro. Además, el mandato individual de la ley que penaliza a las personas que no compran seguros es demasiado débil para ser eficaz, pero un mandato más fuerte es políticame­nte insostenib­le e indeseable.

Los eventos catastrófi­cos son difíciles de prever y difíciles para los hogares, pero los hogares deberían estar más expuestos a los costos reales de los cuidados de rutina.

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