Amenaza de muro fronterizo une a ambientalistas y políticos
Mission— El mes pasado, Marianna Wright, la directora ejecutiva del Centro Nacional de Mariposas, una organización privada con sede en la localidad, descubrió señalamientos topográficos en la propiedad.
Posteriormente Wright encontró a trabajadores que derribaban árboles y retiraban maleza de un camino del centro. Los trabajadores dijeron que Aduanas y Protección Fronteriza los contrató a fin de limpiar el terreno.
Wright tuvo conocimiento de que una sección del muro propuesto en la frontera mexicana pasaría por el centro de mariposas.
En respuesta, el lugar inició una campaña de recaudación de fondos destinada a contratar abogados.
El espectro de un muro fronterizo se ha cernido desde el 2006 en el Valle del Río Bravo. Pero la elección de Donald Trump, quien lo convirtió en pieza fundamental de su campaña, ha generado nuevas inquietudes acerca de las consecuencias económicas y ambientales de dicho muro.
Un tratado entre Estados Unidos y México prohíbe construir algún muro o dique en los terrenos adyacentes al río, por lo cual el muro está construyéndose al norte del afluente. Pero lo anterior significa que dividirá numerosas propiedades particulares y varios refugios de vida silvestre.
Debido a la resistencia que se espera presenten los propietarios de terrenos, lo más probable es que las primeras secciones de la frontera se erijan sobre tierras federales. En el Valle, ello incluye el Refugio Nacional de Vida Silvestre Santa Ana, donde funcionarios y contratistas han estado tomando muestras.
El peligro para los hábitats naturales de la región ha motivado misivas dirigidas a congresistas, demandas y manifestaciones registrándose la más reciente el sábado en esta remota ciudad del sur texano. El padre Roy Snipes hizo una oración en inglés y en español, antes de encabezar a los alrededor de mil manifestantes que recorrieron 6.4 kilómetros (cuatro millas) en dirección al Río Bravo.
El Valle del Río Bravo es una de las regiones con mayor biodiversidad en Estados Unidos. Es un importante corredor de aves migratorias, con más de 500 especies. Asimismo constituye el último hábitat que queda del ocelote, el felino de tamaño mediano en peligro de extinción cazado por su piel.
Gracias a su riqueza natural, el sur de Texas goza de una robusta industria del ecoturismo que genera aproximadamente 350 millones de dólares anuales en una de las zonas más pobres del país. Pero eso también se encuentra ahora en peligro.
“Si se construye un muro en el refugio, sería muy mala publicidad”, dijo Keith Hack land, quien dirige Alamo Inn B&B, que hospeda a observadores de aves.
La manifestación del sábado concluyó en la capilla La Lomita, construida en el Siglo XIX en una elevación con vista al Río Bravo. Snipes explicó que su propósito original era constituir una señal de amistad entre Estados Unidos y México. Pero si el muro sigue adelante, la capilla será igual de inaccesible para ambos países.