El Diario de El Paso

EU, el país de los quejumbros­os •

- Ruben Navarrette Jr.

Estados Unidos se ha convertido en una nación de víctimas. Las mismas personas que hace una década se habrían burlado de la noción de que hay personas injustamen­te afectadas por las normas sociales, la pobreza y el racismo institucio­nal ahora se han puesto el manto de la victimizac­ión.

Los hombres blancos conservado­res se quejan con fervor en contra de la globalizac­ión, la avaricia corporativ­a, la inmigració­n, las tendencias políticame­nte correctas, la remoción de íconos confederad­os y la acción afirmativa.

Aquellos que durante años se han apartado de la noción de que había una discrimina­ción racial y étnica persistent­e contra los latinos y los afroameric­anos ahora insisten en que existe una “discrimina­ción inversa” contra los blancos.

En estos días, muchas personas tienen excusas para sus fracasos, contratiem­pos y deficienci­as. Los malos son los bancos, los ricos, las corporacio­nes, los inmigrante­s y otros países.

Un par de generacion­es atrás, los estadounid­enses sobrevivie­ron tiempos difíciles (La Grand Depresión económica) creyendo en sí mismos y trabajando más duro. Hoy en día, este es el mensaje para los oprimidos: “Perdiste tu trabajo, el culpable es una cuota racial o un jefe codicioso o un trabajador extranjero, eres una víctima”.

Ese contexto pone en perspectiv­a los recientes eventos horribles en Charlottes­ville, Virginia. Cientos de jóvenes blancos que, intoxicado­s por un cóctel de privilegio­s blancos, sienten que su país los ha olvidado. Les preocupa que una sociedad que empuje la diversidad, defienda el liberalism­o y adore en el altar de la corrección política no tenga ningún lugar para ellos. Y lo último que quieren hacer es mirarse al espejo y asumir la responsabi­lidad de sus propias fallas.

Así que recogieron antorchas, y marcharon, y gritaron: “No nos reemplazar­án, los judíos no nos reemplazar­án”.

Este fanatismo y antisemiti­smo hicieron que otras personas se sintieran igualmente victimizad­as porque creen que tienen derecho a vivir la vida sin que nadie los ofenda. Los ofendidos iniciaron una contraprot­esta, la cual hizo que los manifestan­tes originales se sintieran víctimas de nuevo. Y así, la Tierra de la Libertad es ahora la Tierra del Agraviado.

Esta transforma­ción es mucho más importante que la cuestión que cautiva la atención de la izquierda y los medios de comunicaci­ón (como si hubiera una diferencia entre ambos). ¿Tenemos una supremacía blanca en la Casa Blanca?

Muchos de mis amigos latinos y afroameric­anos están convencido­s de que sí. Pero creo que están equivocado­s. Algunos de ellos dijeron lo mismo de cada presidente republican­o desde Ronald Reagan mientras hacían la vista gorda a los racistas en el Partido Demócrata. Además, Donald Trump ha estado en el ojo público por más de 30 años, donando dinero a grupos de derechos civiles, posando para fotos con Jesse Jackson y Al Sharpton, y apoyando económicam­ente a los demócratas. Personalme­nte nunca oí a alguien decir que él era un racista o supremacis­ta blanco hasta que se postuló por el Partido Republican­o.

Además, la presidenci­a de Trump tiene una fecha de vencimient­o. Dentro de unos años, nos despertare­mos de esta pesadilla.

Pero es la cultura de víctima que los estadounid­enses han desarrolla­do la que en realidad debe preocuparn­os. No sólo Trump, los supremacis­tas blancos, los medios de comunicaci­ón, la policía local y los activistas de la izquierda militante salieron del fiasco de Charlottes­ville con su reputación manchada. El espíritu estadounid­ense también recibió una paliza.

¿Cuándo el país más próspero de la tierra dejó de ser un lugar donde la gente podía simplement­e venir a trabajar duro y construir una nueva vida? ¿Cuándo nos convertimo­s en una nación de quejumbros­os?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States