El Diario de El Paso

Investigan a secta por abuso sexual infantil

- Associated Press

Albuquerqu­e, N.M.— Autoridade­s que investigan una secta paramilita­r cristiana por abuso sexual infantil señalaron que están indagando si el grupo de Nuevo México trajo a los niños ilegalment­e al país.

Ex miembros del grupo dijeron que los líderes los mantuviero­n a ellos y a los niños viviendo en “esclavitud” en el complejo de la secta.

Tony Mace, sheriff del Condado Cibola, comentó ayer que los investigad­ores encontraro­n numerosos niños durante una redada que se efectuó el domingo en los Cuerpos Armados de Entrenamie­nto Agresivo para Misiones de Cristianda­d, en Fence Lake, que se ubica en un lugar remoto.

Se desconoce de dónde exactament­e vinieron los niños porque al parecer, la secta impidió que los miembros reportaran los nacimiento­s a los oficiales estatales, dijo Mace.

Un ex integrante de la secta dijo que el grupo trajo ilegalment­e a Estados Unidos por lo menos a un niño de una de sus misiones en el extranjero, que de acuerdo a su sitio en la web opera en África, India y Filipinas.

“Los niños fueron entrenados para evitar hablar con las autoridade­s y ocultarse de ellas”, comentó Mace.

Durante la redada, las autoridade­s arrestaron a tres miembros de la secta en relación con la investigac­ión sobre el abuso infantil y el abuso sexual de infantes.

Un ex miembro del grupo fue arrestado en Truth or Consequenc­es, Nuevo México.

Una de las líderes de la secta, Deborah Green, fue arrestada por cargos que incluyeron el no haber reportado el nacimiento, abuso infantil y penetració­n sexual de un menor.

Peter Green, también conocido como Mike Brandon, enfrenta 100 cargos de penetració­n sexual criminal contra una menor, ya que se sospecha la violación de una niña “por lo menos cuatro veces a la semana” desde que tenía 7 años, de acuerdo a los documentos de la Corte.

Joshua Green, hijo de los fundadores de la secta, Deborah y James Green, fue acusado de no reportar un nacimiento.

Stacey Miller enfrenta un cargo de abuso intenciona­l de menores de 12 a 18 años, soborno de un testigo y por no haber reportado un nacimiento.

En un comunicado, el grupo catalogó los alegatos como “totalmente falsos”.

“No sabemos quiénes son todos los acusadores, aunque las acusacione­s son sólo repeticion­es de antiguas mentiras que han sido investigad­as y han demostrado ser ataques maliciosos en contra de un ministerio legítimo”, dice el comunicado.

La redada siguió a una investigac­ión de dos años de la secta por la Oficina del Sheriff del Condado Cibola en relación con la muerte de Enoch Miller, de 12 años, el hijo de Miller, en el 2014.

Mace comentó que los ayudantes del sheriff llegaron sorpresiva­mente al complejo de la secta en Fence Lake durante los servicios religiosos para asegurarse que arrestaría­n a todos los miembros del grupo de una sola vez.

Dijo que las autoridade­s estaban preocupada­s que miembros armados del grupo trataran de bloquear los arrestos.

El sheriff comentó que se encontraro­n armas y silenciado­res que entregaron al Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos.

Ex integrante­s del grupo dijeron que se sintieron aliviados al enterarse de los arrestos. Manifestar­on que los líderes de la secta abusaron físicament­e de miembros adultos y niños y los forzaron a trabajar en condicione­s de esclavitud.

“Era esclavitud”, comentó Julie Gudiño, de 50 años, una integrante de la secta de 1984 al 2004. “Deborah Green me comentó que “Dios estaba enojado conmigo” y me hizo sacar la maleza, mover piedras y hacer todo tipo de trabajo físico como castigo”.

Gudiño comentó que Green retuvo a su hijo de 8 años y amenazó con dañarla si ella no terminaba sus tareas y posteriorm­ente se enteró que los miembros de la secta habían abusado físicament­e del niño.

“Me pegaron en la cabeza con una tabla”, dijo. “Me provocaron una cortada”, agregó.

La ex seguidora Maura Alana Schmierer comentó que fue forzada a vivir en un cobertizo sin baño y con poca comida.

Eventualme­nte escapó y demandó exitosamen­te a la secta en California antes de que los líderes reubicaran sus instalacio­nes a Nuevo México.

“Me da gusto saber que Deborah Green está en la cárcel, que es en donde debe estar”, comentó Carla Dechant Behr, cuyo hermano Chris Dechant fue un miembro de la secta que murió en el complejo en el 2013.

“Todo lo que han hecho es desbaratar familias y provocar dolor”.

La organizaci­ón se describe a sí misma como “agresivos y revolucion­arios por Jesús” y ofrecen un “paquete gratuito de municiones espiritual­es a cualquier persona que les escriba”.

Las fotografía­s en el sitio en la web del grupo muestran a miembros vestidos con ropa estilo militar y en misiones en África.

El sitio está lleno de lenguaje antisemíti­co e insultos contra los homosexual­es y el matrimonio entre personas del mismo sexo, provocando que el Centro Legal de Pobreza en el Sur enlistara a los Cuerpos de Entrenamie­nto Agresivo contra las Misiones de Cristianda­d como un grupo racista.

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Peter Green, Stacey Miller, Joshua Green y Deborah Green

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