El Diario de El Paso

El ataque de Trump contra los trabajador­es

- Jared Bergman y Ben Spielberg

El Día del Trabajo pronto estará sobre nosotros, y aunque es importante celebrarlo, también debemos señalar la campaña contra los trabajador­es que está llevando a cabo la administra­ción Trump.

Cuando se postulaba para el cargo, el Trump prometió que, “los trabajador­es estadounid­enses tendrán finalmente un presidente que los protegerá y luchará por ellos”. Esa afirmación era falsa, como demuestra la siguiente lista.

La lista combina órdenes ejecutivas que han sido firmadas y están siendo implementa­das, legislació­n que apoya Trump que ha sido aprobada por la mayoría republican­a en el Congreso. El tema más amplio es cristalino y no debe perderse: cuando se trata de apoyar el empleo y el nivel de vida de muchos de los votantes que lo ayudaron a elegirlo, Trump no está simplement­e fallando. Él está trabajando activament­e para empeorar la vida de las personas.

La lista:

Socavar la paga de los trabajador­es

La regla de las horas extraordin­arias de la era de Obama tenía la intención de entrar en vigor el 1 de diciembre de 2016, pero fue bloqueada sin sentido por un juez federal antes de que tuviera la oportunida­d de ponerse en marcha. En vez de luchar por esta tan necesaria actualizac­ión de un estándar laboral importante El umbral de salario por debajo del cual los trabajador­es deben obtener pago de horas extras es 56 por ciento por debajo de su nivel de 1975, después de ajustar por inflación), el Departamen­to de Trump Labor ha iniciado un proceso para revisar la regla para que cubra menos trabajador­es. Se puede esperar que millones de trabajador­es continúen trabajando más horas con salarios más bajos.

A merced de los bancos

Esto habría requerido que los asesores financiero­s actuaran en el mejor interés de sus clientes (en lugar de elegir inversione­s

que proporcion­en a los asesores la mayor cantidad de honorarios). Sólo 15 días después de su presidenci­a, Trump instruyó al Departamen­to de Trabajo para revisar esta regla, una táctica que retrasó su implementa­ción inicial de abril a junio. El corazón de la regla - la parte que “da la regla de sus dientes” - ahora puede ser retrasado por lo menos un año y medio, de enero de 2018 a julio de 2019. El retraso en la aplicación inicial por sí solo es de costos un combinado de 3.7 billones en el transcurso de su jubilación, ya que sus ahorros se canalizan en inversione­s menos gratifican­tes.

El salario mínimo federal

Se ha atascado en 7.25 dólares por hora durante ocho años y ahora vale el 25 por ciento menos. Mientras que 29 estados más el Distrito y decenas de ciudades se han tomado sobre sí mismos para elevar sus pisos salariales, muchos estados todavía están vinculados al salario mínimo federal, que es muy necesario en un aumento. Y mientras que la población de asalariado­s mínimos ha llegado a ser más vieja, más bien educada y más probable ser padres, Trump no ha dicho una palabra sobre la necesidad de restaurar su piso del sueldo desde que él asumió el cargo.

No defiende la seguridad de los trabajador­es

Una regla que habría hecho que los empleadore­s presentara­n informació­n sobre lesiones y enfermedad­es relacionad­as con el trabajo a la Administra­ción de Seguridad y Salud Ocupaciona­l (OSHA) y habría prohibido que los empleadore­s tomen represalia­s contra los trabajador­es que reportan lesiones y enfermedad­es se supone que entrarán en vigor el 1 de enero; Ahora no entrará en vigor hasta al menos diciembre de 2018.

Sindicatos y leyes laborales

El gobierno de Obama implementó una regla de sentido común que hace más difícil para las compañías que violan las leyes laborales obtener contratos federales. La administra­ción Trump y la mayoría republican­a usaron una táctica legislativ­a (la Ley de Revisión del Congreso) para bloquear la regla. Ahora los contratist­as federales no tienen que preocupars­e de que romper salario y hora, seguridad y salud, o leyes de negociació­n colectiva incidirá en su capacidad para ganar las ofertas pagadas por los dólares de los contribuye­ntes.

El gobierno de Trump apoya abiertamen­te las llamadas leyes de “derecho al trabajo”, las leyes estatales que prohíben que los sindicatos exijan cuotas de membresía, socavando así su capacidad de sobrevivir. Una extensa investigac­ión muestra que estas leyes, lejos de conceder flexibilid­ad a los trabajador­es y ayudar a las economías estatales, sólo sirven para debilitar a los sindicatos y reducir el salario de los trabajador­es en los estados que los tienen en relación con los trabajador­es de los estados que no lo tienen. Tales leyes representa­n una seria amenaza para la capacidad de los trabajador­es de tener voz en el lugar de trabajo, así como la miríada de otros beneficios que los sindicatos traen a los miembros del sindicato ya los trabajador­es no sindicaliz­ados por igual.

Recortes presupuest­arios

El presupuest­o de la administra­ción de Trump y las propuestas de atención de salud golpearían muchos de los servicios en los que la gente trabajador­a confía, destruyend­o programas de capacitaci­ón de trabajador­es, asistencia de transporte, cuidado de niños y vivienda asequible. Y, por supuesto, el presidente ha agresivame­nte, aunque hasta ahora sin éxito, abogó por reducir el acceso a la cobertura de salud asequible, lo que hubiera dejado sin seguro médico a millones.

De manera que este Día del Trabajo no hay mucho que celebrar y sí mucho que reprocharl­e a Donald Trump.

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