El ultimátum de los procuradores a DACA
Donald Trump es reconocido por alardear de sus logros y habilidades. El principal de éstos es su fuerza como un negociador duro en cada contexto: negocios, asuntos exteriores, relaciones legislativas. A menos que el federalismo sea el único ámbito en el que esté dispuesto a admitir la debilidad de la negociación, no tiene por que ceder ante la presión de rescindir la Acción Diferida para los Llegados en la Niñez (DACA).
El entonces presidente Barack Obama en el 2012 proclamó DACA para suspender las deportaciones y dar permisos temporales de trabajo a indocumentados menores de 31 años que fueron traídos al país antes de cumplir los 16. También deben haber asistido a una preparatoria, colegio comunitario o universidad estadounidense.
La única razón para actuar en DACA ahora es una carta de amenaza de Texas y otros nueve estados emitida hace casi dos meses, en la cual establecen un “plazo” del 5 de septiembre para que Trump actúe. Pero esto es lo que sus consejeros deben decirle a Trump: el plazo del 5 de septiembre no significa nada.
La “amenaza” de los estados encabezados por Texas es que, el 5 de septiembre, si Trump no actúa, Texas le pedirá a la corte federal de Brownsville que permita que un caso preexistente contra la Acción Diferida para Padres de Estadounidenses (DAPA) sea enmendado para declarar inconstitucional a DACA. Al menos los demandados, que son representados por MALDEF, y tal vez el gobierno federal, se opondrían a cualquier solicitud de este tipo, por lo que tomaría varias semanas para una decisión sobre la autorización de enmendar, probablemente llevándonos a octubre.
Incluso si - en una salida extraordinaria del procedimiento ordinario de la corte federal - se permite a Texas que enmiende su caso, muy probablemente no buscaría una orden preliminar, como lo hizo contra la DAPA aún no implementada.
Un requerimiento preliminar requiere alguna razón para preservar el estado actual de las cosas, normalmente esto significa algún peligro de daño irreparable. A diferencia de DAPA, la iniciativa DACA ha estado en vigor durante más de cinco años; por lo tanto, el status quo sería dejar la DACA en su lugar. Texas tendría dificultades para demostrar que continuar una iniciativa que nunca desafió por más de cinco años de alguna manera va a dejar al estado daños irreparables mientras el tribunal trabaja para resolver su desafío legal.
Si Texas renuncia a solicitar una medida cautelar preliminar, cualquier orden judicial que afecte la capacidad de Trump de continuar DACA sólo podría llegar después de que el tribunal llegue a un fallo final. Antes de que el tribunal pudiera llegar a una decisión final, tendría que permitir el descubrimiento (recopilación de pruebas, y deposiciones, interrogatorio de testigos) y tendría que resolver controversias tácticas legales.
Muchas de estas disputas podrían centrarse en si Texas tiene algún daño comprobable contra DACA, o si los beneficios de DACA al estado no superan los costos. Cualesquiera que sean los problemas, llegar a una decisión final no sería rápido. Con toda probabilidad, una decisión final no llegaría hasta bien entrado el 2018, ni siquiera hacia finales de 2018.
Por lo tanto, lo más pronto que la DACA podría verse afectada por una orden judicial será dentro de muchos meses. Mientras tanto, Trump podría usar sus duras habilidades de negociación con el Congreso y con Texas y los demás estados para llegar a las protecciones para este grupo de inmigrantes que él ha declarado repetidas veces que merece protección. Él podría entonces terminar DACA en sus términos - con un substituto en el lugar. Pero, para lograrlo, Trump debe resistir primero a Texas y no ceder a un plazo arbitrario.
DACA se dirige a un grupo de inmigrantes que el presidente, los líderes de ambos partidos, y una mayoría significativa del público están de acuerdo es merecedor de protección, sin embargo, un puñado de fiscales generales del estado están ahora amenazando la iniciativa de inmigración.
Este no es el momento ni la ocasión para ceder a fiscales generales aislados, sino el momento de ser un duro negociador y líder para la nación.