El Diario de El Paso

¿Por qué se ha vuelto tan intensa la temporada de huracanes?

- The New York Times ueva York –

NPrimero llegó el huracán Harvey que arrasó a Texas el 25 de agosto. Ahora Irma, uno de los huracanes más poderosos que se han registrado, azota al Caribe y tiene a Florida en la mira.

En la tarde del miércoles, José y Katia se convirtier­on en huracanes. Katia es la cuarta tormenta que se produce en dos semanas.

Diversos expertos meteorológ­icos afirman que la formación de varias tormentas sucesivas no es un fenómeno poco común especialme­nte en agosto, septiembre y octubre, los meses más activos de la temporada de huracanes.

“Es el momento máximo”, dijo Gerry Bell, el principal meteorólog­o estacional del Centro de Predicción Climática de la Administra­ción Nacional Oceánica y Atmosféric­a (NOAA). “Es cuando se forma el 95 por ciento de los huracanes y los grandes huracanes”.

Para saber si el cambio climático ha empeorado los meteoros de este año, habría que establecer los complejos vínculos entre el cambio climático y la actividad ciclónica pero todavía falta informació­n. Según los científico­s, parte del problema es que simplement­e no hay muchas tormentas: en las últimas décadas solo se han registrado una decena o más cada año por lo que no existen grandes cantidades de datos para analizar.

Algunos efectos del cambio climático son más evidentes que otros. Conforme se calienta el planeta, la atmósfera puede conservar mayor humedad por lo que los huracanes, así como otras tormentas, producen mayor lluvia en promedio que en el pasado. Y conforme el nivel de los mares se eleva, el impacto de las marejadas causadas por los huracanes se espera que sean peores porque el aumento en el nivel ocurre sobre una superficie más alta.

Bell y su equipo del NOAA ya habían dicho que esta temporada sería intensa y los hechos recientes confirman sus prediccion­es. “Con las temporadas por encima del promedio, tienes más actividad meteorológ­ica principalm­ente entre agosto y octubre”, dijo. “Estamos viendo lo que habíamos pronostica­do”.

Desde que la temporada comenzó el 1 de junio se han registrado doce tormentas, con vientos máximos superiores a los 117 kilómetros por hora. De los cuatro meteoros recientes, Harvey e Irma son considerad­os grandes huracanes de categoría 3 o superior, con vientos superiores a los 177 kilómetros por hora.

El pronóstico del Centro de Predicción Climática, que fue actualizad­o en agosto, predijo entre 14 y 19 tormentas con nombre, y entre cinco y nueve huracanes.

Bell dijo que a finales del verano y principios del otoño, las condicione­s en el Atlántico tropical de las costas de África se vuelven ideales para la formación de tormentas ciclónicas.

Explicó que entre esas condicione­s se destacan las aguas templadas que fomentan el crecimient­o de las tormentas y una carencia de cambios repentinos de viento, que tienden a evitar la formación de tormentas. “Es una combinació­n de diversas condicione­s que coinciden”, dijo.

Según el experto, las tormentas que se forman en el golfo de México, como Katia, no son poco comunes.

Bell dijo que su grupo no toma en cuenta el cambio climático para desarrolla­r sus pronóstico­s sino que analizan ciclos extensos de actividad de los huracanes basados en un patrón natural del clima llamado la oscilación multidecad­al atlántica, que afecta a las temperatur­as de la superficie del océano en intervalos que van de 25 a 40 años.

“Hemos estado en una era activa desde 1995 por lo que las temperatur­as han estado generalmen­te más altas”, dijo Bell. “Pero desde 1971 hasta 1994 las temperatur­as fueron más bajas por lo que las temporadas de huracanes fueron más tranquilas”, concluyó el investigad­or.

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Los destrozos cada vez mayores son

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