El Diario de El Paso

DeVos debe marcar nueva pauta en violacione­s en algunas universida­des

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Durante gran parte de esta década, los estadounid­enses han debatido cómo los administra­dores universita­rios deben resolver denuncias de asaltos sexuales en el campus, cómo equilibrar los derechos de la víctima y el acusado, cómo castigar a los abusadores y disuadir a los depredador­es, y cómo hacer los planteles más seguros.

El gobierno de Obama instó a las universida­des en una notoria carta de 2011 para castigar las agresiones sexuales o perder millones en fondos federales. La guía de 19 páginas recordaba a los funcionari­os que debían usar una carga de prueba baja, “prepondera­ncia de evidencia”, cuando se pesaba la culpabilid­ad o inocencia de un estudiante acusado. También incitó a la Oficina de Derechos Civiles del Departamen­to de Educación a abrir más investigac­iones en las universida­des por su presuntame­nte descuidado manejo de las denuncias de violencia sexual.

Pero la represión también generó una reacción intensa entre los estudiante­s acusados y sus familias, quienes afirmaron que sus derechos fueron pisoteados por ineptos sistemas judiciales del campus demasiado inclinados a favor de las presuntas víctimas.

Ahora la secretaria de Educación Betsy DeVos ha señalado que la administra­ción Trump pronto enviará la carta a la triturador­a.

“A través de la intimidaci­ón y la coerción, el sistema fallido ha empujado claramente a las escuelas a superar”, dijo DeVos en un discurso reciente. “Con la pesada mano de Washington inclinando el equilibrio de su escala, la triste realidad es que Lady Justice no está ciega en los campus hoy”.

Y agregó: “No es de extrañar que tantos llamen a estos procedimie­ntos ‘ir ante el juez de la soga’”.

Entonces, ¿cómo DeVos cambiará la política federal? Ella dice que todavía está evaluando propuestas. En su discurso, sin embargo, DeVos mencionó varias propuestas de grupos de abogados que elevarían los estándares de evidencia o establecer­ían paneles independie­ntes para manejar las quejas, posiblemen­te sobre una base regional.

Tenemos una mejor idea, secretaria DeVos: No reinvente la rueda. Deje el sistema de justicia penal en su lugar, deje que los fiscales locales y la policía investigue­n estos casos. Eso es lo que están preparados para hacer de manera que los tribunales universita­rios y los administra­dores bienintenc­ionados no lo están.

Las autoridade­s policiales tienen mucha experienci­a porque la agresión sexual no es, lamentable­mente, un crimen aislado o limitado a las universida­des. Es alarmantem­ente extendido, en el campus y fuera.

Más del 20 por ciento de las estudiante­s de varias universida­des dijeron que fueron víctimas de agresión sexual y mala conducta, según una encuesta realizada en 2015 por la Asociación de Universida­des Estadounid­enses.

¿Por qué dejar de lado a los administra­dores de la universida­d, los miembros de la facultad y las fuerzas de seguridad en estos casos? Porque carecen de la experienci­a y los recursos de las autoridade­s locales para investigar las denuncias, procesar las pruebas, entrevista­r a los testigos y averiguar la verdad.

En años, las autoridade­s universita­rias han manejado mal los casos de asalto sexual en el campus. Una razón: Algunos funcionari­os de la universida­d están más preocupado­s por la reputación de sus escuelas (y, posiblemen­te, por sus trabajos) que por ayudar a la policía y los fiscales a perseguir agresivame­nte las acusacione­s.

Las autoridade­s policiales pueden acercarse a un caso sensible sin preocupars­e por la reputación o la clasificac­ión de una universida­d. Déjalos hacer su trabajo.

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