Cuestiona obispo rechazo a inmigrantes ‘pobres’
Denuncia tendencia de culpar a extranjeros por males de EU
Frente a cientos de inmigrantes que ayer se hicieron ciudadanos de este país, el obispo de El Paso, Mark J. Seitz, cuestionó las medidas que condicionan el ingreso al país por el nivel económico y educativo.
Seitz, invitado especial de la ceremonia de naturalización realizada por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) para mil 117 inmigrantes, arremetió contra leyes que “violan la dignidad humana’.
El discurso del obispo se contrapone a la política de la administración Trump, que actualmente promueve un plan para recortar la migración legal del país a la mitad, implementando un sistema más competitivo, basado en las aptitudes y educación del solicitante, no en relaciones familiares aquí, como hasta ahora.
“Todos tenemos derecho a superar nuestras vidas queriendo venir a este país. Todos los inmigrantes deberíamos tener el mismo derecho de ingresar al país, sin cuestionar cuánto estudio o cuánto dinero tenemos. Todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos”, dijo el obispo.
Aclaró además que los inmigrantes debían ser tratados con humanidad, que no deben ser explotados, ni ser culpados por los males sociales y económicos.
El obispo católico explicó que intervenir en temas políticos en diferentes escenarios es parte de la tradición de la religión que profesa, y que sus líderes tienen la responsabilidad de desempeñar un rol en la vida política de cualquier nación.
“Servimos de conciencia a las naciones, y buscamos formar a sus ciudadanos para que, dentro del sistema político elegido, trabajen guiados por los principios básicos que extraemos de las enseñanzas de Cristo, que por su naturaleza deben provocar un impacto en nuestra cotidianidad y en los juicios y elecciones que realizamos, como individuos y como sociedad. Seguiremos tratando de cumplir con esta responsabilidad”, explicó.
Esta no es la primera vez que Seitz arremete contra la administración Trump, el pasado mes de julio hizo pública una carta pastoral de 16 páginas donde aseguró que los inmigrantes “serán bienvenidos y protegidos en las iglesias de la Diócesis de El Paso” y rechazó la ‘demonización’ de la comunidad inmigrante y el lenguaje destructivo en contra de esta frontera.
“Este año, las acciones severas para la aplicación de la ley y las de deportaciones de aquellos sin antecedentes han aumentado. La desconfianza ha crecido entre las comunidades y los que hacen cumplir la ley”, dictó el obispo en la carta pastoral.
El pasado 7 de agosto, Seitz también asistió a una reunión con autoridades migratorias de El Paso para solicitar que una madre mexicana no fuera deportada dejando a su hija de 8 años de edad con un padecimiento de cáncer.
Gracias a los esfuerzos de Seitz, la madre María de Loera obtuvo una prórroga de seis meses de estancia en el país.
Nuevos ciudadanos
Fueron mil 117 las personas que hicieron su juramento de ciudadanía y se convirtieron en nuevos ciudadanos de Estados Unidos el miércoles durante dos ceremonias en el Teatro Abraham Chávez de El Paso.
Los nuevos ciudadanos son nativos de 37 diferentes países entre los que se cuentan México, Colombia, Venezuela, Salvador, Honduras, Israel, Rumania, Vietnam y el Reino Unido.
Cada nuevo ciudadano recibió una pequeña bandera estadounidense y todos citaron su Juramento de Lealtad, con sonrisas y hasta lágrimas en el rostro.
Originalmente del estado de Durango, Jesús María Díaz fue uno de los nuevos ciudadanos estadounidenses y el de mayor de todo el grupo, con 88 años de edad.
Díaz llegó a Estados Unidos hace 62 años y desde ese día soñó con convertirse en estadounidense y portar un pasaporte azul.
“No puedo describir cómo me siento en este momento”, dijo Díaz. “Estoy muy feliz de ser ciudadano estadounidense y ser parte de este país asombroso”.
Junto a Díaz, estaba Cecilia González, la inmigrante más joven que se hizo ciudadana ayer, con 18 años y originaria de Ciudad Juárez.
“Estoy muy feliz, yo llegué siendo una bebé a este país desde Ciudad Juárez y me siento súper orgullosa de contar este privilegio de ser ciudadana”, dijo González.
Margaret Hartnett, directora de la oficina de campo de USCIS en El Paso, dijo que “los nuevos miembros de la comunidad estadounidense se sumarán al tejido diverso de esta nación y ahora podrán disfrutar de los derechos, privilegios y responsabilidades de la ciudadanía de los Estados Unidos”.
Harnett dijo que en la ceremonia de naturalización, las personas juran apoyar y defender la Constitución de este país antes de ser declarados oficialmente estadounidenses.
“Hoy se marca el final de una serie de trámites para los inmigrantes en un proceso que puede durar varios años y que incluye someterse a un examen de conocimientos cívicos sobre la historia y las leyes de este país. Es un día muy feliz para todos”, dijo Hartnett.
Los honores a la bandera los condujo la Guardia de Honor de la Patrulla Fronteriza y la Guardia de Honor de la Oficina de Operaciones de El Paso.
El himno nacional fue interpretado por César de La Rosa, oficial de Deportación de El Paso.