Están errados los millonarios ofendidos de la NFL
Mis hijos ven las noticias conmigo. Y, en estos días, mucho de lo que ven los confunde.
Por ejemplo, el espectáculo de millonarios jugadores de futbol americano afroamericanos que tienen mucho por lo que deben estar agradecidos y al mismo tiempo muestran poco respeto por el país que les proporcionó tales oportunidades. En lugar de poses, lo que necesitan es un terapeuta para ayudarles a quitarse su “culpa de superviviente” sobre el hecho de que ya no pueden relacionarse con la realidad de todos los días de los afroamericanos.
Por cierto, como alguien a quien se le paga para hablar claramente y expresar su opinión, me gustaría poder cumplir con esa obligación en este caso y aún mantener a los amigos afroamericanos que han profundamente enriquecido mi vida. Algunos de ellos pueden pensar que estoy dando poca importancia a sus preocupaciones acerca de policías que son demasiado rápidos para usar la fuerza mortal cuando se encuentran con sospechosos afroamericanos. Esa es una discusión legítima; pero decir, como algunos lo han hecho, que los policías “cazan” y “linchan” a los afroamericanos es obsceno.
Aun así, me gustaría aferrarme a mi patriotismo. Estados Unidos no es perfecto, pero es lo más cercano a lo perfecto que encontrarás en todo el mundo. Una gran parte de eso es su capacidad incorporada para autocorregir y mejorarse a sí mismo después de cada error. No muchos países lo hacen.
Pero no estoy ansioso por ceder el poder moral sobre el himno nacional a un presidente que usó los aplazamientos estudiantiles y médicos para evitar prestar su servicio militar durante la guerra de Vietnam.
Ahora siento que tengo que elegir entre mis amigos y mi país, y eso me molesta. Pero no estoy enojado con el presidente Trump. Es el pirómano de las guerras culturales, seguro, pero esta vez, aunque encendió la mecha, el polvorín estaba listo para estallar. Alguien o algo iba a detonarlo tarde o temprano.
Todos mis hijos ven que algunas personas están arrodilladas para el himno nacional, y que otras personas se enojan con ellos.
Esa fue mi señal para darles una lección. No es fácil crecer latino en América de Trump, donde la minoría más grande de la nación se le dice constantemente que son peligrosos, defectuosos o dañados.
Así que aquí hay tres lecciones que quiero que mis hijos aprendan del fiasco de la NFL.
Uno, no seas una víctima. La vida no es justa. Nadie dijo que lo fuera. En algún momento durante tu vida, probablemente serás víctima de algún tipo de injusticia. Supéralo. Hagas lo que hagas, no actúes como una víctima. Cuando haces eso, tus rivales ganan. Les da poder y los debilita. Es la superación de la adversidad que construye el carácter, no deslizándose por la vida en una alfombra mágica sin experimentar ningún contratiempo.
Dos, no tienes que pasar por la vida tratando de acomodar a los blancos como lo hicieron las generaciones anteriores. Si haces o dices algo que los pone incómodos, ni modo. Eso es algo que ellos pueden superar. Pero eso no significa que hay que salir a antagonizarlos. Todos tenemos que vivir juntos en este país maravillosamente diverso. Así que todos debemos hacer nuestra parte para vivir en paz.
Tercero, alguna gente tendrá expectativas negativas de ti. Por ejemplo, los desinformados pueden pensar que las personas de color son –a pesar de enlistarse en el ejército a un ritmo más alto que otros grupos desde la Segunda Guerra Mundial– menos patriotas que los anglos. Eso es una estupidez. Pero la gente tiene derecho a ser estúpida. Esto no significa que debes agitar la bandera mexicana, o darle la espalda a la estadounidense. Esas cosas dan gusto y poder a tus rivales estúpidos.
Siéntase libre de tomar prestadas estas lecciones que yo doy a mis hijos, a medida que usted hable con los suyos. Está en nuestras manos encaminar a la próxima generación.
Eso ya es demasiado tarde para los jugadores de la NFL que han protestado el himno nacional.