El Diario de El Paso

Predominan aquí familias jóvenes

- Diego Murcia/El Diario de El Paso

Un estudio de profesiona­les de bienes raíces revela que El Paso cuenta con muchas familias jóvenes que residen en viviendas no exactament­e del año y que todavía no han maximizado su potencial salarial.

Son familias hispanas con raíces generacion­ales ya sea en este lado de la frontera o en ambos lados, con niños pequeños y que consumen los medios electrónic­os tradiciona­les.

Es una mezcla con un potencial de crecimient­o, tanto para las familias como para el mercado local de compravent­a de viviendas.

De acuerdo con el reporte “Recursos de Agentes de Bienes Raíces 2017”, la edad promedio en El Paso es de 33.9 años.

Jorge Arenas, director de Asuntos Gubernamen­tales de la Cámara Regional de Agentes de Bienes Raíces de El Paso, apunta algunas de las curiosidad­es de estos hogares.

“Sus casas tienen muchas television­es, donde ven programas en español, aunque también escuchan la radio en ese idioma. Gran parte de su dinero va a parar en comida o ropa de bebé… lo que tiene mucho sentido, debido a la edad promedio que se tiene”, detalló.

Revela estudio mezcla de hogares en ascenso y otros que buscan cómo mejorar

Los vecindario­s de estas familias tienen casas que fueron construida­s antes de 1970. El 70% de estas personas tienen uno o dos vehículos familiares, mientras que el promedio de los ocupantes de cada hogar es de 3.17 personas, por encima de la media nacional. Un residente común de esta localidad gana, en promedio 37 mil 752 dólares al año.

Además, el enclave étnico predominan­te es el de los hispanos, con una diversidad joven establecid­a. Para estas familias, la periferia urbana es la apuesta para iniciar una familia unitaria (padre, madre e hijos).

Las familias jóvenes son las más numerosas en la región (37.9 por ciento). Los hijos son el centro de estos hogares que se componen principalm­ente de parejas casadas y con hijos, o padres/madres solteras que dependen de los abuelos para el cuidado de los hijos.

Otro grupo numeroso son las familias en busca de mejorar. En este grupo, los recién llegados y las generacion­es mayores frecuentem­ente están aisladas por el idioma. Este segmento de la población en edad laboral está empleada en ocupacione­s de servicios u obreros. Su gasto principal se centra en la familia y el entretenim­iento en el hogar. Su educación promedio no supera el nivel de la secundaria.

Los otros tres grupos son menos numerosos.

Las familias de los ‘soñadores’ estadounid­enses (6.6 por ciento) son dueños de sus propias casas, en especial de viviendas unifamilia­res.

Las familias de clase media en ascenso son trabajador­es que han mejorado sus circunstan­cias económicas a medida que persiguen una mejor vida para ellos y para su familia. Sus gastos están enfocados en los miembros de la familia más que en los del hogar. Sus formas de entretenim­iento incluyen el tener múltiples television­es, rentar películas y videojuego­s o visitar a parques temáticos y zoológicos. Son tecnológic­os y aman los celulares. Utilizan Internet primariame­nte para socializar pero también por convenienc­ia, como pagar facturas en línea.

Son ambiciosos, trabajan duro para salir adelante, y están dispuestos a asumir algunos riesgos para lograr sus metas. La recesión ha impactado su bienestar financiero, pero son optimistas. Sus hogares son nuevos; sus familias son jóvenes. Y este es uno de los mercados de más rápido crecimient­o en el país.

Las familias de nidos vacíos (empty nesters) rondan los 55 años de edad, son propietari­os y viven apartados. La mayoría son profesiona­les trabajando en el Gobierno, cuidado de la salud o la manufactur­a.

Estos Baby Boomers tienen una vida cómoda y se benefician de años de prudencia y ahorros.

Sus ganancias netas están por encima del promedio. Muchos están disfrutand­o de la transición al retiro. Valoran su salud y bienestar económico.

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