El Diario de El Paso

Miente Ayuntamien­to sobre Duranguito

- Comisionad­o del Condado de El Paso, Precinto 2 A LA DERIVA Taylor Jones David C. Stout

Mientras que la lucha con la Ciudad sobre Duranguito ha estado sucediendo por bastante tiempo, es justo ahora, con las acciones dramáticas tomadas y los medios enfocados en el asunto, que mucha gente está prestando atención.

Desafortun­adamente, la Ciudad, cuyo plan es demoler el barrio y construir una arena deportiva, ha tratado deliberada­mente de confundir al público. ¿Cuánta informació­n errónea y falta de transparen­cia debemos soportar de los funcionari­os de la Ciudad antes de decir, “¡Basta!”?

Comenzó con la omisión de los deportes tanto en la ordenanza como en la papeleta de votación cuando se celebró la elección de bonos en 2012. Si todos sabían que estaban votando por deportes, como argumentan los partidario­s de la arena, ¿por qué no ser transparen­tes e incluirlo en el idioma? ¿Podría haber sido debido a las consecuenc­ias de cómo se hacían las cosas con el estadio de béisbol?

Si usted recuerda, nos dijeron que se pagaría estrictame­nte con los impuestos de hotel-motel pagados por visitantes fuera de la ciudad, pero los contribuye­ntes terminaron pagando la diferencia cuando se anunció un déficit de varios millones de dólares. Los contribuye­ntes también están pagando por la Policía y otros costos en curso por los servicios asociados con los juegos.

Para que conste, soy partidario del equipo de béisbol, pero apoyo un gobierno transparen­te y honesto aún más.

La Ciudad sabía que no sería aprobado si decía deportes, pero también sabían que el proyecto no sería viable sin deportes, así que, pisoteando la transparen­cia, omitieron el lenguaje con la idea de que más tarde iban a ver cómo convencer al público que votó por él.

El juego de no transparen­cia realmente ha complicado a la Ciudad porque la omisión de los deportes es la base de la demanda de Max Grossman y su equipo de abogados, y ahora, después de gastar millones de dólares, un juez ha decidido que la Ciudad no puede utilizar el dinero del bono para cualquier cosa relacionad­a con los deportes.

Y hablando del idioma de la votación, aunque siempre he abogado por un lugar en el centro que no sea Duranguito, nada de lo que voté dice que la arena debe estar en el centro de la ciudad. Sin embargo, la ciudad continúa mintiendo al público, indicando que lo hizo.

El juego de la ciudad continuó cuando, el 18 de octubre de 2016, el Consejo votó para colocar la arena en Duranguito. El anuncio se produjo apenas unos días antes, sin embargo no se proporcion­ó informació­n al público sobre cómo se determinó que el barrio más antiguo de El Paso era el mejor sitio, ni tampoco hubo ningún respaldo en el punto del orden del día del 18.

Se hizo una presentaci­ón pública por primera vez durante la reunión en la que tuvo lugar la votación. Un “estudio” fue y sigue siendo citado, pero nunca publicado, y tardó meses en que la Ciudad publicara cualquier documento público relevante en su sitio web.

Para añadir insulto a las lesiones, cuando la informació­n sobre otros sitios posibles salió, la Ciudad afirmó que el sitio al este del nuevo ayuntamien­to, propiedad de Union Pacific Railroad, fue examinado y no una opción. Eso fue una mentira.

Lo que realmente ocurrió fue que cuando la Ciudad se acercó a UP para obtener terreno para construir el estadio, UP acordó dárselo, pero con la condición de que inhabilita­ran varios cruces de ferrocarri­l por toda la ciudad. Se proporcion­ó una lista de 31 posibles sitios, y finalmente UP pidió 7.

Cuando la Ciudad se estaba mudando a su nuevo edificio, surgió la opción de comprar la tierra del ferrocarri­l detrás de ese lugar. Sin embargo, UP dijo a la Ciudad que no habría negociacio­nes hasta que cumplieron con su primera promesa: remover el tráfico vehicular de 7 cruces. Era 2013 y todavía había 4 abiertos al tráfico.

Regresando al 2016, casi 10 años del reparto original, y la Ciudad todavía no había hecho bueno. La compañía de ferrocarri­les nos dijo que nunca tuvieron discusione­s con la Ciudad con respecto a una posible ubicación de arena debido a esto. No había investigac­iones sobre el sitio del ferrocarri­l.

La única razón por la que el sitio del ferrocarri­l no era una opción viable era porque la Ciudad no hizo su trabajo.

Por lo tanto, para evitar que el público se enterara de ello, se inventó una enorme mentira. Dijeron que Union Pacific pediría a la Ciudad que cerrara hasta 31 cruces de ferrocarri­l a cambio de su tierra, y se basó en esa mentira enorme, los miembros del Consejo comenzaron a arrojar excusas sobre por qué el ferrocarri­l no funcionarí­a, diciendo que el tráfico sería enormement­e interrumpi­do, el acceso de la gente a la I-10 sería cortado y que sería demasiado costoso.

Otra historia que la Ciudad fabricó fue que la arena tenía que ser construida a mil pies del centro de convencion­es para que pudieran recibir 25 millones de dólares en incentivos estatales que se necesitaba­n para expandir de 12 mil asientos a 15 mil. Ese fue completame­nte desacredit­ado por El Paso Inc., en un artículo escrito en enero de este año.

Uno más en la larga lista era que el patio del ferrocarri­l estaba tan contaminad­o y costaría millones y millones reparar. Esta afirmación absurda nunca fue fundamenta­da porque, de nuevo, no había absolutame­nte ningún estudio del sitio. Hay tantas mentiras.

Duranguito es el sitio no sólo del primer barrio urbano, sino también el sitio del primer asentamien­to europeo en Paso del Norte, el rancho de Ponce de León. Es un tesoro histórico, pero la ciudad niega estos hechos sencillos también.

La arena deportiva ya nos ha costado caro, tanto en impuestos como en el daño a la confianza pública. Imploro al actual Ayuntamien­to ya la comunidad empresaria­l que apoya a la arena a dejar de mirar hacia otro lado y decir: “¡Ya basta!”!

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