Desquiciará arena tráfico en el centro
Mi nombre es Matt Carroll. Es posible que me hayan visto aquí antes, luchando por la preservación histórica y natural y los derechos de los peatones y los ciclistas.
Mi participación en este tema fue motivado por mi compromiso de toda la vida de oponerme a la pauta de los líderes de la ciudad trabajando en conjunto con agentes de bienes raíces y otros intereses creados para bloquear la participación pública en las decisiones públicas hasta que estas ya se han tomado.
Ahora sabemos por qué Richard Dayoub, quien recientemente ha anunciado su renuncia a la presidencia de la Cámara Regional de Comercio, se opuso tanto el año pasado a una encuesta histórica de todo el condado, que sería pagada –en gran parte– por el estado. Sin duda, la elección de Duranguito para el sitio de la Arena ya se había hecho en secreto, pero el retiro del acuerdo dependía de suprimir la conciencia pública del significado histórico del área.
La declaración pública de Sylvia Firth (abogada municipal) de que no hay nada de importancia histórica en el área de la “huella” de construcción, y el infame “Quórum transitorio”, que actualmente está siendo investigado por los Rangers de Texas como una posible violación criminal de la ley de Reuniones Públicas, apestan hasta el cielo.
¿Qué pensaban los líderes de la Ciudad cuando decidieron ubicar un lugar de 12 mil asientos justo al lado del Centro de Convenciones? Cuando haya un juego de pelota al mismo tiempo que un evento del Centro de Convenciones Teatro Plaza, el centro de la ciudad entero está bloqueado.
Más estacionamientos no ayudarán si las calles están saturadas. Si el público se hubiera involucrado desde el inicio, podríamos haber tenido un resultado beneficioso para todos: el estadio Cohen, que ya estaba vacante y decadente, propiedad de la Ciudad, con un amplio estacionamiento y acceso a autopistas... Los vecinos del Noreste, que siempre se quejan de que los principales lugares públicos nunca se encuentran allí, probablemente habrían apoyado esta opción abrumadoramente, dada la elección.
Por último, sostengo que es ilegal, o por lo menos no ético, para la Ciudad contratar talento legal externo para defender una posición a la que yo y muchos otros contribuyentes de la ciudad nos oponemos.