Absorben clínicas a texanos sin cobertura
Les cobran módicas cuotas mensuales por consultas y atención básica; podría ser una opción ‘falsa’, advierten expertos
Austin— Darrell Kenyon había estado ignorando por años varias señales de peligro: fatiga, dolores de cabeza, cambios de humor. El carpintero de 43 años estaba particularmente preocupado por su presión sanguínea, que se disparó cuando se la revisaron en el supermercado.
Entonces oyó hablar de una clínica que proporcionaba atención médica básica por una cuota mensual.
“El seguro médico particular está por las nubes”, dijo el carpintero, quien ahora se atiende en la clínica de Loy Graham, un poblado a 40 millas de Austin.
Bajo el modelo llamado ‘atención primaria directa’, los pacientes pagan mensualmente entre 20 y 75 dólares, dependiendo de su edad y estado de salud, a la clínica, vayan o no.
El modelo es apoyado como una opción al seguro médico por la Academia Americana de Médicos de Familia, ya que dicen puede proporcionar una red de seguridad con opciones de tratamiento limitado, incluidos los no asegurados y personas con estancia ilegal en el país.
La alternativa es particularmente útil en estados como Texas, que no ha ampliado el acceso a Medicaid y donde vive una considerable población de inmigrantes que no califican para los subsidios de Gobierno, añaden los defensores.
Pero hay un inconveniente considerable: La atención primaria directa no es un seguro. Si usted tiene un accidente grave, tendrá que pagar el 100 por ciento del cuidado, y si se le detecta una enfermedad catastrófica, no hay cobertura.
Carolyn Engelhard se preocupa de que las personas sin seguro médico decidan que un acceso más fácil a la atención primaria es “lo suficientemente bueno” y no investiguen las opciones de seguro. “Puede ser una falsa seguridad”, dijo Engelhard, quien dirige el programa de políticas de salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia en Charlottesville.
Los texanos de bajos ingresos estarían mejor con la cobertura del seguro Affordable Care Act, donde podrían obtener un subsidio para reducir el costo de sus primas, dijo Engelhard. La póliza tendría un deducible, “que podrían sentir que no pueden pagar, pero estarían protegidos si tuvieran cáncer o un accidente automovilístico”, dijo.
Graham estima que al menos tres cuartas partes de sus 450 pacientes carecen de seguro, pese a que les aconseja llevar algún tipo de cobertura catastrófica para los principales gastos de salud. Pero el costo de estas políticas puede ser desalentador.
Al igual que Kenyon, algunos de los pacientes de Graham trabajan por cuenta propia con ingresos variables o lo hacen para empresas que no ofrecen cobertura. Incluso si su empleador ofrece una cobertura asequible, las primas para los dependientes podrían poner la cobertura financieramente fuera del alcance.