¿POR QUÉ FRACASA EL CONTROL DE LAS ARMAS EN EU?
Después del tiroteo masivo en Las Vegas, nuevamente se escuchan voces a favor de una discusión sobre como regular con mayor eficiencia la venta de armas en Estados Unidos.
El problema es que el debate se tiene, pero no todo mundo concuerda en que reglas más estrictas hubieran evitado las masacres en Newtown u Orlando o Las Vegas.
Hace 20 años se podría argumentar que los derechos de armas eran una causa estrictamente minoritaria que prosperó debido a la intensidad de sus partidarios y la influencia de su lobby y su dinero. Pero eso ya no es una verdad absoluta. A pesar de los mejores esfuerzos de Barack Obama, políticos demócratas y una serie de activistas, celebridades y presentadores de programas de entrevistas, a pesar de un dramático cambio hacia la izquierda en muchos otros temas sociales ya pesar de la cobertura mediática de los tiroteos disparos masivos, el apoyo al derecho a las armas es más popular de lo que era en la década de los 90. Los derechos de arma es uno de los pocos temas en los que el Partido Republicano está en contacto con lo que muchos estadounidenses parecen querer.
¿Por qué pierde siempre el lado a favor del control de armas? Una respuesta es por la cultura. La posesión de armas es una forma de individualismo expresivo y un consuelo contra la percepción del crimen. La ansiedad por la autodefensa es parte de esto, pero también lo es el lado oscuro del individuo: la desconfianza de su vecino y de su gobierno, la percepción de la decadencia de las comunidades y las familias, a la sensación de estar desprotegido.
Pero la causa del control de armas también tiene un problema político más específico. Los activistas antiarmas de fuego aprovechan los actos más horripilantes de sangre para pedir la acción legislativa. Pero luego las medidas reguladoras que proponen a menudo carecen de conexión directa con las masacres mismas.
Si usted vuelve a la lista de atrocidades masivas recientes, pocos de los asesinos compraron armas a través de los “shows” de ventas de armas o sin haber tenido que pasar por un chequeo de antecedentes. Algunos de los asesinos pasaron chequeos de antecedentes, otros no los hubieran pasado pero hubo errores humanos y burocráticos y otros simplemente usaron a alguien más para adquirir su armamento, eludiendo completamente los obstáculos legales y reglamentarios.
La diversidad de armas utilizadas en las masacres también ha hecho difícil afirmar que la reactivación de la prohibición de armas de asalto de la era Clinton funcionaría.
Nidal Hasan, Jiverly Wong y Dylann Roof mataron a mucha gente con tan solo pistolas. Aaron Alexis fue impedido de comprar un rifle de asalto; mató a una docena de personas en una instalación de la Marina en Washington con una escopeta. En una sociedad libre, los locos y los monstruos encuentran la manera de matar. Ese fue el caso del asesino en Las Vegas, un hombre de medios económicos y sin antecedentes penales significativos. Aun con más estrictas reglamentaciones de armas y verificaciones de antecedentes más rígidas, Stephen Paddock hubiera adquirido sus armas.
Pero hay una forma en que la última masacre podría ser diferente. Si, como parece ahora, había un vínculo entre el aparente uso de Paddock de un adaptador que permite disparar un arma semiautomática al ritmo de una ametralladora, los defensores del control podrían simplemente pedir que ya no se vendan estos artículos.
Las regulaciones estrictas sobre armas totalmente automáticas son ya parte establecida de nuestras leyes de armas, y han resultado relativamente eficaces: ningún multiasesino ha adquirido o usado un rifle automático, sino que lo modificó.
Además, están los medios de comunicación. Las masacres de armas de fuego son una forma de contagio social, cuyos perpetradores copian a sus predecesores y buscan audiencias inconscientes pero dispuestas a reaccionar cada vez.
Esta realidad ha llevado a algunos a instar a los medios de comunicación a reducir su cobertura de las personalidades, obras y motivos de los asesinos.