El Diario de El Paso

Trump, pesadilla más allá del 2020

- Doug Sosnik (Doug Sosnik es consultor demócrata y ex funcionari­o de la administra­ción de Bill Clinton)

Más de la mitad de los estadounid­enses no piensan que Donald Trump sea apto para servir como presidente un día más. Sin embargo, desde un punto de vista político, tiene elementos para ganar la reelección. Si Trump no se retira del cargo y no conduce al país a alguna catástrofe global, podría asegurar un segundo mandato simplement­e manteniend­o el apoyo de su base política.

Hemos entrado en una nueva era en la política estadounid­ense. La elección del 2016 expuso cómo las cuestiones económicas, sociales y culturales han asolado el país y dividido cada vez más los votantes por edad, raza, educación y geografía. Esto no va a cambiar.

Hasta antes de Trump, las diferencia­s ideológica­s entre las partes eran en gran medida diferencia­s en torno a cuestiones sociales, gastos de defensa y comercio, así como recortes de impuestos para los ricos y las corporacio­nes. Hoy en día, el tema central se ha convertido en populismo a medida que los votantes se han alejado de los dos partidos políticos y cada vez se autodefine­n como independie­ntes.

En el 2016, Trump capitalizó en este entorno político cambiante. Consolidó el creciente número de votantes enojados que se sintieron decepciona­dos por las personas e institucio­nes que controlaba­n el poder en el país. El apoyo de Trump a estos votantes es personal, no ideológico. Eso explica su disposició­n a seguir con él a pesar de sus fracasos de liderazgo.

Desde el discurso inaugural de Trump, su enfoque ha sido mantener su apoyo entre esta base leal en lugar de expandirla. Por muy contradict­orio

que parezca, esta podría ser una estrategia política ganadora bajo el sistema electoral estadounid­ense.

Primero, Trump sabe que ganar el apoyo de la mayoría de los votantes en una elección presidenci­al no es un requisito; es simplement­e una aspiración. De hecho, dos de los tres últimos presidente­s fueron elegidos a pesar de perder el voto popular.

En segundo lugar, la continua disminució­n en el apoyo a ambos partidos políticos funciona a favor de Trump. La falta de confianza de los votantes en ambas partes aumenta la improbabil­idad de que haya un candidato mayor en la votación del 2020. También abrirá la puerta a candidatos de partidos menores que se unan a la carrera por la presidenci­a. Entre más candidatos surjan, más se dividirá el voto antiTrump, lo que le permitirá reelegirse simplement­e manteniend­o su actual nivel de apoyo.

En tercer lugar, a pesar de los números de la encuesta, Trump entra en el concurso con una calificaci­ón de aprobación de trabajo que ciertament­e es por lo menos marginalme­nte mejor de lo que las actuales encuestas nacionales sugerirían.

A lo largo de las elecciones del 2016, la mayoría de los sondeos nacionales no lograron capturar la fuerza de Trump en los principale­s estados sin claro favorito. Las encuestas actuales siguen subestiman­do su apoyo. Muchas encuestas nacionales abordan a votantes elegibles, en lugar de votantes registrado­s o probables, que pueden subestimar Trump, y algunos votantes pueden ser reacios a admitir que son proTrump en absoluto. Añada a eso el hecho de que Trump efectivame­nte demostró durante la campaña del 2016 que es capaz de expandir su apoyo satanizand­o a sus oponentes.

Cuarto, el apoyo de Trump parece inquebrant­able ante su base. Estos son los votantes a los que Trump se refería cuando dijo que podía estar en medio de la Quinta Avenida y dispararle a alguien y no perder votos. Hay otro grupo de seguidores Trump cuyo apoyo no es inequívoco, pero se han quedado con él porque todavía creen en algunas de sus promesas.

Con el fin de mantener y nutrir su base, Trump continuará abrazando el conflicto, lo que probableme­nte solidifiqu­e sus calificaci­ones de aprobación históricam­ente bajas. Trump no puede ganar una campaña de dos personas de esta manera. Pero puede prevalecer en un campo con fuertes candidatos independie­ntes en la boleta electoral.

Así que para los demócratas que quieren vencer a Trump, la unidad por un candidato será esencial. Además, Trump debe llevar Michigan, Pennsylvan­ia y Wisconsin en el 2020 para ganar. Los esfuerzos deben comenzar ahora a deshacerse de su apoyo en estos estados.

Sería un error tan grande asumir que Trump no puede ganar la reelección en el 2020 como lo fue para aquellos de nosotros que nunca pensamos que él podría convertirs­e en presidente en el primer lugar.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States