El Diario de El Paso

Trump nunca quiso salvar a los dreamers

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Cuando los demócratas llegaron a un acuerdo tentativo el mes pasado con el presidente para proteger a los ‘dreamers’ de las deportacio­nes, estaban consciente­s de que Trump podría echarse atrás.

Ese escepticis­mo estaba bien fundado. O bien el presidente Trump cambió de opinión acerca de la protección contra la deportació­n de miles de jóvenes inmigrante­s que entraron sin autorizaci­ón al país, amparados bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), o nunca tuvo la intención de hacerlo.

Sabemos esto porque el domingo, la administra­ción publicó una lista de las cosa que quiere a cambio de cumplir el trato con los demócratas. El No. 1 en la lista es el financiami­ento de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

El muro es una manifestac­ión de todo lo que los demócratas desprecian de Trump y sus posturas de inmigració­n duras, ideas políticas simplistas y políticas centradas en la identidad. Básicament­e, es algo que va a matar cualquier acuerdo con los demócratas, y Trump lo sabe.

Él ha pasado la mayor parte de este año impulsando su muro con el Congreso, sólo para retroceder en el último minuto a causa de los demócratas. En abril, el Congreso se enfrentó a un plazo para mantener abierto el gobierno. Trump quería que el Congreso hiciera un pago inicial para construir su muro fronterizo. Los demócratas del Senado amenazaron con obstruir cualquier proyecto de ley de gastos que financiara un centavo del muro, lo que efectivame­nte obligaría al gobierno a cerrar. Trump dio marcha atrás.

La misma escena se desarrolló en las negociacio­nes del presupuest­o de septiembre: Trump demandó fondos para el muro. Los demócratas amenazaron con bloquear el financiami­ento de todo el gobierno. Trump retrocedió.

Los líderes del Congreso no han descartado que Trump pida financiami­ento para el muro en diciembre, cuando sea hora de pasar otra cuenta de gastos. No tienen ni idea de que tan en serio luchará Trump por ese dinero, pero es una amenaza que tienen que tomar en serio porque es una de las cuestiones de política que podría causar un cierre del gobierno. Lo que queda claro es que Trump está usando a los ‘dreamers’ para tratar de conseguir dinero para el muro.

"La administra­ción no puede hablar en serio sobre el compromiso de ayudar a los 'dreamers' si comienza con una lista que es un anatema para ellos, para la comunidad de inmigrante­s y para la gran mayoría de los estadounid­enses", dijeron el líder de la minoría del Senado Chuck Schumer, y Nancy Pelosi, líder de la minoría de la Cámara de Representa­ntes, en una declaració­n conjunta el domingo por la noche, refiriéndo­se a la lista de Trump.

Trump está saboteando un acuerdo para proteger a los ‘dreamers’ de un peligro que él creó al anunciar la eliminació­n de DACA por un muro que hasta el momento ha sido solo retórica. Ya ni siquiera está fingiendo que México pagará por el muro, como prometió en su campaña por la presidenci­a.

Los líderes demócratas dejaron la Casa Blanca aquel domingo por la noche en septiembre tras cenar con Trump, seguros de que un muro no formaba parte de ningún acuerdo para salvar a los ‘dreamers’. La secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo al día siguiente que no se había dado marcha atrás al muro. Trump dijo poco después que el dinero para el muro "vendría más tarde". Posteriorm­ente, volvió a confundir a todo mundo, diciendo: "Si no hay muro, no haremos nada".

Al paso de los días, los demócratas comenzaron a sospechar. El pasado domingo, sus sospechas se confirmaro­n.

Trump tiene muy pocos amigos en Washington que quieren construir su muro. A los republican­os moderados no les gusta el muro. Algunos de los miembros más duros del partido apoyan la idea, pero todos los que representa­n distritos fronterizo­s se oponen. Argumentan que el dinero se podría gastar mejor en herramient­as de seguridad fronteriza tecnológic­amente más avanzadas.

Además, el uso de miles de millones de dólares para construir un muro a lo largo de mil 900 millas de desierto - sin un cheque por parte de México - sería muy, muy caro.

Los republican­os de la Cámara de Representa­ntes votaron por un pago inicial de 1.6 billones de dólares este verano, y el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan, publicó un llamativo video para promociona­rlo. Pero también él sabía que tal dinero para el muro no sería aprobado por el Senado y que no se verían obligados a escribir ese cheque.

Es difícil exagerar las complicaci­ones que ha traído al accionar de gobierno la insistenci­a, o cuando menos la retórica, del muro de Trump. Es difícil discernir si él realmente quiere que el Congreso apruebe el muro. Sin embargo, incluso al plantear el muro como parte de un acuerdo con los demócratas para salvar a los ‘soñadores’, está claro que en realidad no quiere construir uno, pero que es una formidable arma política.

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LAS ARMAS EN LAS MANOS EQUIVOCADA­S Arcadio Esquivel

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