El Diario de El Paso

El Congreso debe renovar el seguro de salud infantil

- The Houston Chronicle

Tal vez el Congreso piensa que los niños no necesitará­n ver al médico. Los casos de asma se aclararán, los tumores entrarán en remisión espontánea­mente y los días de enfermedad de la escuela se convertirá­n en una cosa del pasado.

Eso debe ser lo que está sucediendo en Washington, porque no podemos pensar en ninguna otra razón por la cual el Congreso hubiera dejado que el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP) expirara al final del mes pasado.

El programa de seguro federal-estatal ayuda a garantizar que los niños de familias de bajos y medianos ingresos no pasen sin un cuidado de salud importante. Existe una preocupant­e brecha entre la cobertura de Medicaid y los planes privados subsidiado­s por la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA u Obamacare), y CHIP la cubre. Casi 9 millones de niños en Estados Unidos viven en familias que hacen demasiado para calificar para Medicaid, pero no lo suficiente para comprar su propio seguro. Aquí en Texas, CHIP cubre aproximada­mente 340 mil niños.

Esteaes un área donde la responsabi­lidad recae exclusivam­ente en el gobierno. No existe una solución del sector privado para el reto de los niños no asegurados.

A menos que usted planee desmenuzar las leyes de trabajo infantil, no podemos esperar que los niños paguen una prima mensual. Y a menos que usted planee despedazar su corazón, no podemos esperar que los niños sufran debido a la incapacida­d de sus padres para pagar el seguro.

Sin el apoyo federal, los fondos de Texas para CHIP se agotarán en febrero de 2018, según las estimacion­es de la Comisión de Salud y Servicios Humanos del estado. Al menos otros 10 estados agotarán sus fondos para fines de año.

No hay excusa para que el Congreso demore en pasar una renovación rápida. Una acción inmediata podría incluso hacer felices a algunos votantes - una rara maniobra en Washington en estos días. Una encuesta de la Fundación de la Familia Kaiser encontró el mes pasado que el 75 por ciento de los estadounid­enses piensa que la reautoriza­ción de los fondos CHIP debe ser una prioridad “extremada” o “muy importante”.

Sin embargo, algunos políticos simplement­e están contentos con mantener CHIP en segundo plano. También estamos comenzando a ver a los comités del Congreso discutiend­o sobre el pago del programa - una preocupaci­ón raramente planteada para los presupuest­os militares o los recortes de impuestos de los multimillo­narios.

Las familias de Texas merecen saber si van a tener que hipotecar sus casas para mantener el tratamient­o de sus niños con enfermedad­es crónicas. Los médicos de salas de emergencia merecen saber si van a ver un aumento en los niños que vienen por los servicios de urgencia porque carecen de atención básica.

CHIP disfrutó de un fuerte apoyo bipartidis­ta cuando fue creado en 1997 y adoptado en Texas en 1999. Los niños y su importanci­a para nuestro futuro no han cambiado desde entonces.

Tiene que haber alguna explicació­n de por qué el Congreso pondría en peligro la salud de los niños. Tal vez la respuesta es obvia: los niños no votan y no hacen donaciones de campaña. Y en Washington, eso significa que no importan.

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