Temen centroamericanos perder visa humanitaria
Elimina Casa Blanca TPS para haitianos; hondureños, salvadoreños y nicaragüenses también dependen de amparo
Miles de salvadoreños, hondureños y nicaragüenses que entraron al país con visas humanitarias después de terremotos e inundaciones a principios de la década del 2000, temen perder su Estatus de Protección Temporal (TPS), y ser objeto de deportación el próximo año.
La alerta que tiene en vilo a los centroamericanos en Texas y otros lugares nació a raíz de la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de terminar el estatus para los ciudadanos de Haití y recortar de 18 a seis meses el beneficio para los nacionales de Sudán, que también podría ser finiquitado.
El TPS puede ser concedido a los ciudadanos de un país por un conflicto armado en curso, un desastre ambiental, o condiciones extraordinarias y temporales que impidan a las personas de dicho país vivir una vida normal.
Pero al ser removido el TPS, los beneficiarios regresan al estatus migratorio que la persona tenía antes de recibirlo, a menos que la persona haya adquirido con éxito un nuevo estatus migratorio.
“Esto resulta muy difícil para miles de personas que han venido renovando, por años, su situación”, comentó Melissa López, directora de los Servicios Diocesanos para Migrantes y Refugiados en El Paso.
Según López, si estas personas dispusieran salir del país para que les concedieran un nuevo estatus, serían castigadas y no podrían volver a los Estados Unidos en, por lo menos, 10 años.
De acuerdo a datos de USCIS, más de 350 mil centroamericanos están amparados por el TPS. A finales de 2016 había 263 mil 282 salvadoreños protegidos hasta el 9 de marzo de 2018; 86 mil 163 hondureños y 5 mil 349 nicaragüenses están registrados bajo el programa, que vence el 5 de enero del próximo año.
López explicó: “para aplicar a la residencia, uno tiene que haber entrado de manera legal a los Estados Unidos. En ciertas partes del país, el TPS es considerado una entrada legal al país y las personas con esta protección pueden aplicar para un proceso migratorio sin problema”.
La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito determinó que el beneficio del TPS implica una aceptación legal en el país y por lo tanto sus beneficiarios son candidatos a solicitar la residencia permanente, explicó Marta Arévalo, directora ejecutiva del Centro de Recursos Centroamericanos (Crecen).
“Por desgracia, en Texas y Louisiana, que pertenecen al Quinto Circuito, no reconocen al TPS como una entrada legal y por eso lo que se han venido amparando en él, la tienen muy difícil si lo llegan a quitar”, comentó López.
Huyeron del desastre
A raíz de una serie de desastres naturales en Centroamérica, salvadoreños, hondureños y nicaragüenses fueron elegibles para el TPS, el cual ofreció protección provisional contra la deportación y dio autorización de trabajo a aquellas personas que se encontraban en territorio estadounidense cuando se aprobó la medida.
Ese fue el caso de Olga Enríquez, originaria de Olancho, Honduras, donde en 1998, el huracán Mitch dejó a su paso muerte, destrucción y muchos damnificados. Ella emigró a este país en busca de su madre y hermana y meses más tarde recibía la protección temporal que ahora teme le puedan quitar el próximo año.
“Si se los quitó a los haitianos y quiere quitar el DACA, ¿qué lo detiene de deportarnos a nosotros?”, reflexionó la hondureña.
De acuerdo con cifras del Censo de población de Estados Unidos, la mitad de los inmigrantes centroamericanos se han establecido en tres estados: California (27 por ciento), Texas (12 por ciento) y Florida (11 por ciento).
En el período 2011-15, los cuatro condados principales con inmigrantes centroamericanos fueron Los Ángeles en California, Harris en Texas, Miami-Dade en Florida y Prince George en Maryland. Estos cuatro condados en conjunto representaron alrededor del 30 por ciento de la población total de inmigrantes centroamericanos en Estados Unidos.
Un alivio temporal
El Congreso creó el Estatus de Protección Temporal (TPS) con la Ley de Inmigración de 1990.
Hasta agosto de 2017, 10 países tenían TPS vigente: El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Nicaragua, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
Una designación de TPS se puede hacer por 6, 12 o 18 meses a la vez. Por lo menos 60 días antes de la expiración de TPS, el secretario debe decidir si extender o terminar una designación basada en las condiciones en el país extranjero.
El temor de perder ese estatus se acrecentó entre los beneficiados de este programa en abril de este año, luego de que se filtrara a los medios una carta en la que James McCament, director interino del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), recomendara no renovar el beneficio que el Gobierno de Barack Obama brindó en 2010 a los ciudadanos de Haití, tras sufrir un devastador terremoto.
En dicha misiva, McCament argumentaba que las condiciones en Haití habían mejorado lo suficiente como para poner fin al amparo temporal.
Los beneficiarios de TPS que entraron a los Estados Unidos sin inspección y que no son elegibles para otros beneficios de inmigración, por ejemplo, volverían a ser indocumentados al final de una designación de TPS y estarán sujetos a remoción.
Lo que recomienda la abogada migratoria Melissa López es buscar asesoría legal lo más pronto posible para sopesar las opciones que las personas bajo esta protección tienen, antes de que sea demasiado tarde.