Con drones y cámaras, la Policía nos espía
Los comisionados de la Junta de Policía de Los Ángeles votaron este mes para permitir que el Departamento de Policía use drones en un programa piloto de un año. Independientemente de lo que uno piense de esta tecnología, el debate público sobre el tema y el voto de la junta, un grupo de supervisión civil de cinco miembros, fue abierto al público. La información detallada sobre las herramientas de vigilancia que la Policía está utilizando o considerando a menudo se mantiene en secreto.
Un proyecto de ley del Consejo de la Ciudad de Nueva York presentado en marzo requeriría que el Departamento de Policía de Nueva York divulgue cualquier tecnología de vigilancia que utilice y haga públicas las políticas sobre restricciones al uso de esta tecnología. Pero el alcalde Bill de Blasio dijo que el proyecto de ley “alerta a los malos”, ya que podría ayudar a los delincuentes o incluso a los terroristas al informarles sobre las tácticas de aplicación de la ley.
Esta preocupación está errada. El riesgo real es que sin este tipo de legislación, los ciudadanos comunes están sujetos a escrutinio sin siquiera saberlo.
Este es un problema a nivel nacional. Es por eso que, el año pasado, la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU) comenzó un esfuerzo legislativo de que busca aumentar la transparencia de la vigilancia y permitir el aporte de las comunidades en las ciudades de todo el país. Esta transparencia se necesita con urgencia debido a algo que los opositores de la legislación de transparencia no están dispuestos a reconocer: que muchos dispositivos modernos de vigilancia policial recopilan información sobre ciudadanos inocentes.
Uno de esos dispositivos, el StingRay, imita una torre de telefonía celular y permite a las fuerzas de seguridad rastrear los teléfonos de los sospechosos. Esto les permite recopilar información sobre el paradero de las personas y sus datos de comunicación... así como los de todos sus vecinos. Una solicitud de la Ley de Libertad de Información de ACLU reveló que de 2008 a mayo de 2015 el Departamento de Policía de Nueva York utilizó StingRays más de mil veces. Setenta y dos agencias federales en 24 estados y el Distrito de Columbia tienen StingRays, y se deduce que los usan.
El reconocimiento facial es otra tecnología de vigilancia preocupante cuyo uso va en aumento. La mitad de los adultos estadounidenses ya están en una red de reconocimiento facial de las fuerzas del orden público, si es que han pasado por un aeropuerto o un cruce internacional. Combinado con la tecnología de cámaras corporales de la policía, el reconocimiento facial podría facilitar una mayor vigilancia y la erosión de la privacidad que la mayoría de los ciudadanos asume cuando se dedican a sus asuntos.
La Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos y Upturn, un grupo de investigación tecnológica y de políticas, examinó el año pasado las políticas de cámaras corporales de 51 departamentos de policía en todo el país, incluidos los de Chicago, Los Ángeles y Houston. De los 51 departamentos, ninguno pone límites estrictos a la fusión del reconocimiento facial y la tecnología de cámara corporal.
Una cosa es ser identificado por la policía una vez que te detengan por ser el sospechoso de un crimen; otra es que la Policía pueda identificarte en todo momento y saber dónde has estado.
Este uso del reconocimiento facial podría tener un efecto sofocante sobre la actividad protegida por la Primera Enmienda, como las protestas. Los ciudadanos pueden estar menos dispuestos a participar si creen que la Policía va a catalogar su participación y ver dónde han aparecido en público.
La misma preocupación se aplica a los aviones teledirigidos (drones), que, aunque son comparativamente raros, también serán parte habitual de los kits de herramientas de los departamentos de Policía pronto.
Los estadounidenses se preocupan por esto. El análisis del comportamiento en línea sugiere, como era de esperar, que algunos cambiaron su comportamiento de búsquedas en la web después de las revelaciones de Edward Snowden de que la Agencia de Seguridad Nacional se había involucrado en una amplia vigilancia de internet.
La relación entre seguridad y libertad es un acto de equilibrio. Por eso, cuando se trata de tecnología de vigilancia, los estadounidenses deben exigir saber si la Policía graba y almacena sus movimientos.