Le dictan cadena perpetua por matar a yerno
Era un asesino que no tuvo piedad de la víctima: fiscal
Un hombre de 66 años fue encontrado culpable de matar a balazos a su yerno y sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión.
Javier Arellano Quiñones escuchó ayer inexpresivo la condena de un jurado que tardó menos de 40 minutos en sentenciarlo por el homicidio de William Wolff en diciembre de 2015.
Wolff, quien era maestro en el Colegio de la Comunidad (EPCC) campus Valle Verde fue abatido a tiros por su suegro a fuera de la oficina de su hermano Erick Wolff. Omar Carmona, abogado de la defensa argumentó que su cliente fue utilizado como un “títere” por su hija Erika Quiñones, quien no soportaba la idea de que Wolff conviviera con la menor de entonces dos años.
“Estamos aquí porque Erika no pudo soportar la idea que William Wolff pasará tiempo con su hija y como no pudo manipular a la corte, acudió a la única persona que le creería cualquier cosa”, dijo Carmona.
Esto debido a que Erika hizo una serie de acusaciones contra Wolff diciendo que él era “un mal padre”, mismas que nunca pudo comprobar.
Carmona agregó que ninguna sentencia por alta o baja que se le dé a su cliente le devolverá la vida a Wolff.
Pero el fiscal James Montoya reiteró que Arellano Quiñones era un “asesino” que no tuvo piedad de la víctima.
“No dejen que su edad y apariencia (de Arellano Quiñones) los engañe, es peligroso, un asesino. Le disparó a Wolff en la calle como si fuera un perro”, enfatizó Montoya.
El fiscal aseguró que Arellano Quiñones planeó el homicidio por meses, ya que antes de los hechos recurrió a sus dos mejores amigos para intentar contratar un sicario en Ciudad Juárez.
“Como sus amigos le dijeron que como podía pensar que ellos conocían a un sicario, decidió hacer el trabajo por sí solo”, dijo.
Montoya agregó que el hombre tuvo 19 horas para pensar las cosas, ya que viajó desde Tecate, Baja California a El Paso para asesinar a su yerno.
“Tuvo muchas horas para pensarlo bien, para regresarse pero no lo hizo porque tenía claro su objetivo”, comentó Montoya.
Familiares expresan su sentir
Familiares de Wolff y de Arellano Quiñones subieron al estrado y expresaron su sentir ante este caso.
Sonia Wolff, hermana de la víctima no pudo contener las lágrimas mientras hablaba de la “falta” que le hace su hermano.
La mujer agregó que la forma en que la que le “arrebataron” a su hermano fue “brutal”.
“Fue asesinado brutalmente, nadie quiere que alguien de su familia muera así”, dijo llorando la mujer.
Por otro lado James Wolff, dijo que sin importar cuantos años pase Arellano Quiñones en la cárcel, eso no le regresará a su hermano.
“Pase lo que pase en el futuro (con Arellano Quiñones) nunca volveremos a estar completos”, expresó con lágrimas en los ojos.
La última en subir al estrado fue Mónica Castillo, sobrina de Arellano Quiñones, quien aseguró que el hombre “vivía para Erika”.
“Cuando nació Erika, él vivía para ella y ella sabía que mi tío haría lo fuera por ella. Sabía muy bien como manipularlo”, indicó Castillo.
‘Merece morir en la cárcel’
Montoya dijo sentirse conforme con la sentencia ya que es lo que según el fiscal Arellano Quiñones “merecía”.
“La evidencia era mucha y eso que la hija lo manipuló no es pretexto, él es un adulto y sabía lo que hacía. Merece morir en la cárcel”, dijo Montoya.
Mientras que Adolfo Quijano, abogado de la defensa dijo que respetaba la decisión del jurado.
En un mismo día quedó marcado el destino de Arellano Quiñones ya que la mañana del viernes los jurados tardaron menos de dos horas en declararlo culpable por el homicidio.
El jurado conformado por ocho hombres y cuatro mujeres declaró a Arellano Quiñones, culpable de asesinar a Wolff quien tenía una batalla legal con Erika por la custodia de la hija de ambos de entonces dos años.
Además del cargo por homicidio, Arellano Quiñones enfrentaba un cargo por interferir con la custodia de un menor, del cual también fue encontrado culpable y recibió una condena de dos años que servirá de manera conjunta.
Tras escuchar la decisión del jurado familiares de Wolff no pudieron contener las lágrimas al ver que el homicidio de su ser querido no quedo “impune”.
Durante los cuatro días que duró el juicio, la defensa intentó convencer al jurado que su cliente no era un asesino y que no había testigos presenciales que pudieran señalarlo directamente.
El abogado aseguró que la Policía de El Paso no hizo su trabajo “correctamente”, ya que en la escena del crimen se encontró la huella de un sujeto llamado Eddie Lamar Jordán, quien tenía un largo historial criminal.
“La comunidad ha visto como la Policía de El Paso no hace su trabajo, porque fue más fácil para ellos enfocarse en los Arellano Quiñones en lugar de irse por la huella de Jordán que encontraron en el lugar del homicidio”, comentó.
Mientras que Montoya sostuvo que Arellano Quiñones era culpable del homicidio del Wolff y que las evidencias eran “claras”.
“Creo que la evidencia es bastante clara, (el asesino) fue Javier Arellano Quiñones”, dijo Montoya.
El fiscal agregó que las mentes de Arellano Quiñones, su esposa Guadalupe y Erika estaban “envenenadas” ya que la víctima sólo buscaba convivir con la menor.
“Sus mentes estaban mal, envenenadas. Lo único que William Wolff quería hacer era estar con su hija y eso lo mató”, expresó el fiscal.