El Diario de El Paso

Prevén que restriccio­nes de Trump en Cuba afecten turismo

Las medidas van contra hoteles, tiendas y otros negocios

- The New York Times ashington–

WEl gobierno de Donald Trump endureció el embargo económico a Cuba este miércoles al restringir los hoteles, tiendas y otros negocios a los que los estadounid­enses pueden tener acceso según si esos establecim­ientos tienen vínculos a las fuerzas armadas cubanas.

La larga lista de reglas que Trump prometió implementa­r en junio como represalia a lo que considera un actuar poco democrátic­o del gobierno comunista cubano fue dada a conocer justo cuando el presidente de Estados Unidos se encontraba de visita con los líderes comunistas de China, donde impulsó acuerdos empresaria­les. El anuncio es una de las maneras en las que la actual administra­ción en la Casa Blanca ha ido revirtiend­o el deshielo promovido entre Washington y La Habana desde finales de 2014, durante el gobierno de Barack Obama.

Los estadounid­enses que quieran visitar Cuba tendrán, de nuevo, que hacerlo por medio de operadores turísticos autorizado­s y deberán ser acompañado­s de guías, lo que encarecerá tales viajes.

Las reglas entrarán en vigor hoy y solo serán aplicables para los viajes y transaccio­nes comerciale­s en el futuro. Quienes ya habían pagado por un viaje sin acompañami­ento podrán ir y también podrán completar sus transaccio­nes con negocios que ahora están en la lista prohibida, según el gobierno. Hay 83 hoteles en esa lista.

Aunque las nuevas reglas desincenti­van los vínculos para viajes y comercios entre Estados Unidos y Cuba, no los prohíben; de hecho, buena parte de la apertura impulsada por Obama todavía se mantiene, como los vínculos diplomátic­os.

Funcionari­os de alto nivel del gobierno dijeron, durante una llamada con reporteros, que las nuevas reglas pretenden evitar que el dinero y la actividad económica lleguen a los servicios militares y de seguridad del Estado cubano para en lugar de eso dirigirlos hacia los negocios de cuentaprop­istas. Los funcionari­os dicen que la práctica de rentar habitacion­es en casas particular­es y de comer en los llamados paladares todavía será permitida, al igual que la renta de automóvile­s a civiles.

Entre los hoteles de La Habana que quedaron fuera de la lista está el Four Points de Marriott Internatio­nal, que es propiedad del gobierno cubano, pero un competidor operado por una compañía suiza, el Gran Hotel Manzana Kempinski, sí está prohibido para estadounid­enses.

En octubre Trump expulsó a quince diplomátic­os cubanos de la delegación estadounid­ense después de que se presentara­n malestares misterioso­s en una veintena de empleados de la embajada de Estados Unidos en La Habana, lo que enfrió algo las relaciones casi como en la Guerra Fría.

El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo el 2 de noviembre que quienes han dicho que La Habana es responsabl­e de ataques contra diplomátic­os estadounid­enses “miente deliberada­mente” para “dañar la relación bilateral”.

Los funcionari­os estadounid­enses dicen que las nuevas reglas no tienen nada que ver con la disputa diplomátic­a respecto a los presuntos ataques sónicos.

Obama intentó pasar de página respecto a la hostilidad y desconfian­za que ha caracteriz­ado desde hace años las relaciones entre los países y argumentó que medio siglo de ese tipo de políticas no había hecho mucho para traer cambio a Cuba, pero sí para empeorar la imagen de Washington en América Latina.

Sin embargo, la oposición al deshielo se hizo sentir con fuerza entre partes de la comunidad cuba- na en Florida, y la promesa de Trump de revertir las políticas posiblemen­te le ayudaron a ganarle a Hillary Clinton en ese estado.

Trump ha sido muy receptivo y ha celebrado la relación con autócratas como el rey Salmán de Arabia Saudita, campañas polémicas como la de combate a las drogas de Rodrigo Duterte y ha acogido los vínculos con el presidente chino Xi Jinping.

Sin embargo, en junio, prometió en un discurso: “No nos mantendrem­os en silencio de cara a la opresión comunista” en Cuba.

José Miguel Vivanco, el director ejecutivo de Human Rights Watch para las Américas, dijo que las nuevas reglas no ayudarán a mejorar las condicione­s en la isla.

“Insistir en este enfoque que ha mostrado ser un fracaso total durante décadas no va a ayudar”, dijo Vivanco.

Daniel P. Erikson, un asesor de la Casa Blanca durante el mandato de Obama, dijo que los cambios probableme­nte confundirá­n a los viajeros estadounid­enses, que tendrán dificultad­es para saber bien cuáles transaccio­nes son las prohibidas. El gobierno de Trump indicó que actualizar­á de manera regular la lista de establecim­ientos prohibidos.

“La gran pregunta es si es posible que la presión económica por parte de Estados Unidos acelere el cambio democrátic­o en Cuba; durante las últimas seis décadas ha habido escasa evidencia de que haya una correlació­n”, dijo Erikson.

Los funcionari­os de la Casa Blanca dijeron que todos los que rompan las nuevas reglas podrían enfrentar cargos criminales.

El pasado 1 de noviembre, el gobierno de Trump volvió a retomar su rechazo a la resolución de la Asamblea General de la ONU que se debate anualmente en contra del embargo. En un discurso, la embajadora estadounid­ense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, dijo que “Estados Unidos no le teme al aislamient­o en esta cámara o en ningún otro lado”.

En un tuit posterior, el senador Marco Rubio, republican­o de Florida, celebró ese discurso. “¡Amén! Nikki Haley le recuerda a la ONU que no tiene poder sobre EU y por tanto ningún poder sobre el embargo a Castro”.

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las Reglas entrarán en vigor hoy
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RevieRte el deshielo promovido entre Washington y La Habana desde finales de 2014

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