El Diario de El Paso

Peligra la integridad del próximo censo

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Una de las funciones más importante­s que realiza el gobierno federal es el censo decenal, que no solo proporcion­a una instantáne­a demográfic­a del país, sino también determina cuánta representa­ción tiene cada estado en el Congreso. Ha sido un esfuerzo afortunada­mente no partidista en los últimos años, dirigido por profesiona­les experiment­ados que ofrecieron a los críticos pocas bases para acusarlos de inclinar la cuenta. La administra­ción Trump pronto podría romper esa tradición.

El último motivo de preocupaci­ón apareció el martes en un informe de Politico que revela que el presidente Donald Trump nombrará a Thomas Brunell, profesor de la Universida­d de Texas en Dallas, para ser subdirecto­r de la Oficina del Censo.

Aunque es un académico serio, no hay nada en el fondo de Brunell que sugiera que esté calificado para dirigir una gran burocracia gubernamen­tal en general o la Oficina del Censo en particular. Los líderes anteriores de la Oficina del Censo generalmen­te servían extensamen­te en funciones gubernamen­tales directamen­te relacionad­as con el trabajo de la oficina. Brunell no tiene tal experienci­a.

Estos hechos han llevado a muchos a preguntars­e por qué los funcionari­os de la administra­ción Trump podrían querer que Brunell administre la oficina. La respuesta puede estar en su trabajo anterior ayudando a los republican­os en casos de mapas electorale­s, con los cuales se mantuviero­n en el poder.

Brunell ha criticado la manipulaci­ón partidista, pero también el voto temprano y las comisiones de redistribu­ción de distritos apartidist­as. Es notorio entre los politólogo­s por argumentar que los distritos electorale­s deberían atraerse para maximizar la proporción de votantes afines en cada uno, limitando el número de escaños competitiv­os en los mapas electorale­s.

Nada de esto prueba que Brunell dirigiría un censo prejuicios­o. Sin embargo, sus afiliacion­es políticas y su trabajo anterior dañarían las percepcion­es sobre la integridad de la oficina, una institució­n en la que los estadounid­enses deben tener una fe completa. Su posible nombramien­to ha inflamado las preocupaci­ones preexisten­tes de que la administra­ción Trump interferir­á con el recuento. De particular preocupaci­ón es la posibilida­d de que el presidente ordene que los formulario­s del censo pregunten sobre el estatus migratorio, lo que daría como resultado bajas tasas de respuesta y, potencialm­ente, enormes cantidades de miembros en comunidade­s minoritari­as.

Los republican­os en el Congreso han tenido una mala financiaci­ón del censo en los últimos años, lo que llevó a la oficina a cancelar o postergar programas importante­s, lo que podría perjudicar la calidad del recuento de 2020. Este solo hecho aboga por elegir a los líderes de la Oficina del Censo sazonados en las operacione­s del gobierno y listos para asumir un gran desafío de gestión.

Brunell, informó Politico, fue considerad­o para el trabajo más importante de la Oficina del Censo, pero la oposición en el Congreso rechazó ese plan. A diferencia de los candidatos para el trabajo del director, los elegidos para ser subdirecto­r no necesitan la confirmaci­ón del Senado. Si se toca, Brunell podría comenzar de inmediato, incluso mientras la oficina carece de un director confirmado, lo que podría ser el verdadero plan. Eso sería perjudicia­l para una tarea que de por sí ya está en riesgo.

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