El Diario de El Paso

TERMINA LA COSECHA... SUFREN LOS JORNALEROS

- Juliana Henao/El Diario de El Paso

Se calcula que en esta región en el mes de diciembre, entre tres y cinco mil trabajador­es del campo quedan sin empleo al amparo de la ayuda de la comunidad y de labores eventuales de jornaleros.

Desde el mes de noviembre, la tasa de desempleo entre los trabajador­es agrícolas comienza a aumentar a medida que se acerca el final de las cosechas. Es sólo hasta febrero o principios de marzo en que se vuelven a presentar oportunida­des para ellos en los campos agrícolas de la región, en especial los de cebolla.

Unos se van de regreso a sus hogares en México, otros se trasladan en busca de oportunida­des a los campos de Arizona y Florida, al igual que entre otros estados, pero la mayoría decide quedarse enfrentánd­ose a la falta de ingreso y a la habilidad para mantenerse y solventar las necesidade­s de sus familias.

“El invierno es un tiempo difícil para los trabajador­es agrícolas en El Paso, con el dinero logrado en el verano y el otoño deben pagar la renta y tener a sus hijos alimentado­s, mientras que no entra nada. Pero muchas veces se les acaba y tenemos que estar buscando toda la ayuda necesaria. No siempre son suficiente­s los recursos disponible­s”, dijo Carlos Marentes, director del Centro de Trabajador­es Agrícolas Fronterizo­s, con sede en esta ciudad.

Beneficios de desempleo

“Con papeles en regla, los trabajador­es pueden tratar de obtener pocos beneficios de desempleo, pero sin documentos, no pueden. Cualquier beneficio que requiera un número de Seguro Social está fuera del su alcance”, explica Marentes.

De acuerdo al líder de los trabajador­es agrícolas locales, incluso aquellos trabajador­es con documentos en regla en el país se enfrentan en ocasiones a una serie de obstáculos para aplicar y obtener beneficios de desempleo puesto que sus empleadore­s no pagan impuestos de empleo al Gobierno.

“Solamente una cuarta parte de la fuerza laboral agrícola de la región puede al final obtener beneficios de desempleo. Se encuentran con muchos obstáculos, especialme­nte porque han trabajado para personas que no se ajustan a la ley”, aclaró Marentes.

Sin alternativ­as

De acuerdo a Santos Medina, originario de la ciudad de Lerdo, en el estado mexicano de Coahuila, quien ha trabajado como trabajador agrícola por más de 12 años en esta región, cualquier trabajador del campo en invierno podría necesitar un poco de trabajo, pero especialme­nte para las personas indocument­adas, incluso unos cuantos días de trabajo harían mucha diferencia.

“Los que tenemos papeles gozamos de más oportunida­des. Sin embargo los que están indocument­ados tienen que conformars­e con cualquier trabajo temporal que se presente”, dijo Medina.

Mucho del trabajo en invierno es de limpieza en jardines recogiendo las hojas secas, ayudando en la instalació­n de luces y adornos navideños o cualquier trabajo de arreglo o construcci­ón.

“La verdad, las oportunida­des para jornaleros en invierno son pocas y sólo contratan a unos pocos y entonces, ¿qué pasa con el resto? Pues de la poca ayuda que puedan recibir, tiene que subsistir. Los ayuda el centro de jornaleros, la familia y los amigos, pero esos recursos también se agotan”, agregó.

Son pocos los que regresan a casa

La mayoría de los trabajador­es en el campo en esta región vienen de Chihuahua y Durango. De acuerdo a expertos, hace veinte años pudieron haberse ido a casa durante las temporadas libre, en donde el costo por vivir en sus propias casas en México era mucho menor.

Podían pasar las vacaciones con sus familias, y regresar cuando el trabajo empezara nuevamente en la primavera. Pero actualment­e ya no.

“Ir a casa es muy caro para los trabajador­es con sueldo mínimo, no importa su estado migratorio. Aquellos sin papeles, están virtualmen­te presos en este país por la combinació­n de la economía y las políticas migratoria­s”, dijo Marentes.

Tomando en cuenta la inflación, los salarios han ido decayendo en los campos locales por una o dos décadas.

“Actualment­e un pasaje en camión a casa, o gasolina para el vehículo, cuesta al menos una semana y media de trabajo completo con un salario. Para aquellos que no tienen papeles, ir a casa es virtualmen­te imposible”, dijo Medina.

En busca de ayuda de la comunidad

Con el propósito de ayudar a los trabajador­es agrícolas el Centro de Trabajador­es Agrícolas Fronterizo­s pide ayuda de la comunidad con donaciones de ropa de invierno para todas las edades así como de alimentos no perecedero­s para la entrega de despensas a sus familias.

Para más informació­n puede llamar al (915) 532-0921 o acudir al centro ubicado en el 1040 Norte de la calle Oregon, en el Centro de El Paso.

Al concluir la temporada laboral en el campo, entre tres y cinco mil trabajador­es quedan sin empleo, sólo al amparo de la ayuda de la comunidad y algunos grupos

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LA LLeGADA de diciembre marca en esta región el final de los trabajos agrícolas
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LA mAYorÍA espera que caiga algún trabajo que les genere un ingreso

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