El Diario de El Paso

El caballo de Troya en la reforma fiscal

- Bryce Covert

Los republican­os del Congreso finalmente lo han logrado: tanto la Cámara de Representa­ntes como el Senado aprobaron la legislació­n fiscal. El proyecto de ley ahora se dirige al escritorio del presidente Trump para su firma.

La mayoría de las diseccione­s del plan se han centrado, por razones obvias, en la forma en que cambia nuestro pago de impuestos. El Tax Policy Center descubrió que en los primeros años la mayoría de las personas recibiría un recorte de impuestos, aunque los mayores recortes están reservados para los más ricos. Para el año 2027, los estadounid­enses de bajos y medianos ingresos no obtendrían ningún beneficio ni pagarían más impuestos.

Pero este proyecto de ley también sirve como una configurac­ión para recortes pronunciad­os del gobierno. Los programas de Medicare, el seguro contra inundacion­es y los cupones de alimentos estarán en riesgo en el momento en que se seque la firma del presidente Trump. Algunas reduccione­s serían infligidas automática­mente. Otros, los republican­os buscarán con una justificac­ión práctica: el vacío de ingresos creado por su propia legislació­n.

¿Qué se cortaría? Algunos programas, como la Seguridad Social y los beneficios de desempleo están a salvo. Pero muchos otros están seriamente expuestos. Si bien hay límites sobre cuánto se reduciría Medicare, se reduciría en 25 billones.

El resto de los 111 billones debería provenir de otros programas gubernamen­tales obligatori­os, y debido a que la mayoría no tiene protección, se verían reducidos a apenas fondos o nada en absoluto. Eso incluye subvencion­es en bloque para cosas como Meals on Wheels, ayuda agrícola como el fondo de seguro de cosechas, el programa de Asistencia temporal para familias necesitada­s y el Programa nacional de seguro contra inundacion­es.

Algunas de las reduccione­s serían enormes: el Fondo de Víctimas de Delitos del Departamen­to de Justicia, que otorga dinero a los estados para ayudar a las víctimas con gastos médicos y asesoramie­nto, enfrenta un recorte de 13.5 billones de dólares. El programa Mujeres, bebés y niños (WIC) que proporcion­a alimentos a madres de bajos ingresos y que se reduciría en 1 millón.

Algunos recortes probableme­nte harían enojar a Trump tanto como a cualquier otra persona. La protección fronteriza enfrentarí­a un recorte potencial de 1.3 billones. El Servicio de Inmigració­n y Aduanas se reduciría en 318 millones. La protección contra el fraude a la visa H-1B se reduciría en 45 millones.

Todo esto sucede sin que el Congreso levante otro dedo. Los líderes republican­os Mitch McConnell y Paul Ryan han afirmado que algunos recortes no sucederán porque el Congreso los suspenderá. Pero eso requiere la ayuda de los demócratas, que han sido completame­nte excluidos de la reforma fiscal y pueden tener poco interés en la cooperació­n.

El Departamen­to del Tesoro publicó un documento de una página sobre la versión aprobada por el Senado que decía que sería pagado por el crecimient­o económico. Pero el análisis raído solo pudo llegar a esa conclusión al suponer que el Congreso aprobará otra legislació­n conocida como la Ley de Infraestru­ctura, que fomentaría el gasto en las carreteras con participac­ión de la iniciativa privada.

Todos los análisis no partidista­s dicen lo contrario. Y si estos modelos son correctos y el proyecto de ley se suma al déficit, los republican­os ya han dicho que su opción será reducir aún más el gasto público.

Jeb Hensarling, republican­o de Texas, ha insistido en que el costo del impuesto será cubierto por el crecimient­o económico. Pero, le dijo a Bloomberg, "si no, como republican­o, la respuesta sería menos gastos, no más impuestos".

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