El Diario de El Paso

Sin nuevas leyes ni muros, Trump frena inmigració­n legal

- Miriam Jordan / The New York Times

Los Ángeles, Ca.— Un científico que reclutó la renombrada Cleveland Clinic tuvo que quedarse en India porque se ha aplazado el otorgamien­to de su visa. Le negaron su solicitud a un emprendedo­r que cortejaron empresas de Silicon Valley. Muchos postulante­s a la tarjeta de residencia permanente tienen que pasar nuevas entrevista­s.

La administra­ción de Trump ha ido tras su agenda de inmigració­n ruidosamen­te y de manera evidente, aumentando los arrestos de inmigrante­s no autorizado­s y prohibiend­o la entrada de viajeros de varios países de mayoría musulmana, además de ejercer presión a favor de un muro fronterizo.

Sin embargo, en silencio y con mucha menos resistenci­a, ha ralentizad­o muchas formas de inmigració­n legal sin necesitar que el Congreso revoque ningún programa de visa plasmado en la ley.

Los funcionari­os de Inmigració­n y del Departamen­to de Estado están analizando más de cerca las visas y han comenzado a negarlas con más frecuencia a las personas que quieren visitar Estados Unidos con motivos de negocios, así como a quienes han sido reclutados por empresas estadounid­enses, de acuerdo con abogados que representa­n a estas personas. Los extranjero­s que ya están en Estados Unidos y cuyos empleadore­s desean extender su estancia también están enfrentand­o nuevos obstáculos.

“A esto le llamo el muro de verdad”, dijo Anastasia Tonello, la presidente electa de la American Immigratio­n Lawyers Associatio­n.

Los cambios demuestran cómo la administra­ción de Trump ha logrado su parte en los planes de inmigració­n presidenci­al, pero quizá se extiende más: recortar el número de personas que entran en Estados Unidos cada año como trabajador­es temporales o residentes permanente­s.

La administra­ción ha puesto en práctica la filosofía que el presidente Donald Trump desplegó en un par de órdenes ejecutivas descritas como herramient­as para proteger al país del terrorismo y a sus trabajador­es de la competenci­a extranjera.

Una de ellas, la orden de “Comprar productos estadounid­enses y contratar a estadounid­enses”, destaca el programa de visa H-1B para trabajador­es calificado­s que de otra manera no podrían entrar al país. Anunciadas por sus proponente­s como una innovación vital en Estados Unidos, las visas H-1B también han sido ridiculiza­das como una manera de desplazar a los trabajador­es estadounid­enses con labor extranjera más barata; en un caso altamente publicitad­o, a algunos empleados de Disney les dijeron que entrenaran a sus remplazos extranjero­s si querían indemnizac­iones por despido.

Cada año, 85 mil visas H-1B, que son válidas de tres a seis años, están disponible­s para las empresas, de acuerdo con un límite establecid­o por el Congreso. La demanda supera por mucho la oferta cuando la economía es saludable, por lo que el Gobierno debe llevar a cabo un sorteo.

Sin embargo, ahora incluso los trabajador­es que tienen la suerte de ser elegidos se enfrentan a más escrutinio.

Los funcionari­os están pidiendo detalles extra acerca de la educación y el historial laboral de los solicitant­es, el puesto que ocuparán y el empleador, y requieren que la empresa entregue muchos documentos adicionale­s, lo cual puede posponer una decisión durante varios meses.

Para las visas H-1B, el número de “peticiones por evidencia” de enero a agosto este año aumentó el 44 por ciento en comparació­n con el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con los datos más recientes de los Servicios de Inmigració­n y Ciudadanía de Estados Unidos.

Hasta ahora, el Gobierno aún está aprobando la mayoría de las solicitude­s de visas H-1B que pasan el sorteo, pero el índice de aprobación está disminuyen­do.

Durante los primeros dos meses de este año fiscal, octubre y noviembre, se aprobó el 86 por ciento y el 82 por ciento de las solicitude­s de visas H-1B. Eso contrasta con el 93 por ciento y el 92 por ciento en los mismos meses del año pasado. Los datos no reflejan a las empresas que se rinden después de recibir solicitude­s de más evidencia.

Una vez que una empresa haya gastado miles de dólares en honorarios de abogados para que defienda a un trabajador, “hay una gran disuasión después de que se emite una solicitud de evidencia”, dijo Roxanne Levine, una abogada de inmigració­n en Nueva York, “debido a todo el tiempo extra, el esfuerzo y el dinero que se requieren para responder”.

L. Francis Cissna, el nuevo director de la agencia de Inmigració­n, dijo en una entrevista que si hay más solicitude­s de evidencia, “eso es perfectame­nte racional y perfectame­nte apropiado”.

Los abogados de Inmigració­n y las empresas que buscan las visas dicen que algunas de las decisiones parecen arbitraria­s.

Después de responder a solicitude­s de evidencia, una firma de consultorí­a que solicitó una visa H-1B para un experto en energía del Reino Unido recibió una negativa en la que se declaraba que las aptitudes para el puesto “no parecen ser de tanta complejida­d, excepciona­lidad ni especializ­ación para requerir la adquisició­n de un título universita­rio”, un prerrequis­ito para la visa.

Kristen Albertson, la gerente de operacione­s de la firma, dijo que el resultado fue “indignante”.

Una visa H-1B para un científico indio reclutado por la Cleveland Clinic por su experienci­a en biología celular se quedó atrapada en el “procesamie­nto administra­tivo” en Nueva Delhi, lo cual significa que está pasando por una revisión más extensa que podría durar meses. “Los proyectos de su equipo ahora están en pausa debido al retraso”, dijo Janice Bianco, una funcionari­a de la Cleveland Clinic que maneja las solicitude­s de extranjero­s.

Dijo que la visa de un genetista pediátrico que contrataro­n en la primavera tomó tres meses para emitirse –en el pasado, habría tomado cerca de tres semanas–, lo que obligó al hospital a redirigir a algunos pacientes a otras institucio­nes.

El Departamen­to de Estado, que ha manejado las peticiones de visa de la Cleveland Clinic, dijo en una declaració­n que los “funcionari­os consulares tienen la discreción de pedir una revisión adicional en cualquier caso”.

Ahora es más difícil obtener otros tipos de visas. Durante sus viajes a Silicon Valley, animaron a Vladimir Eremeev de Rusia a establecer una rama de su empresa de tecnología con base en la nube, Ivideon, en Estados Unidos. En Europa, Ivideon emplea a 150 personas, y Phillips, la multinacio­nal holandesa, vende una cámara impulsada por su tecnología.

Eremeev hizo planes, que su abogado en Nueva York detalló en una solicitud de visa de 347 páginas. Estaba solicitand­o una visa L-1A, otorgada a ejecutivos que se mudan a Estados Unidos.

“Suena y luce genial, pero no me ayudó a obtener una visa”, dijo Eremeev en entrevista telefónica.

Entre otras cosas, la agencia de inmigració­n declaró que la oficina arrendada por Eremeev no parecía ser la adecuada para un “negocio que requeriría el empleo de un gerente o un ejecutivo”. Su abogado proporcion­ó detalles y fotos del espacio.

Al final, el Gobierno rechazó la petición, y declaró que la “estructura organizaci­onal” presentada no apoyaba el “puesto gerencial o ejecutivo” que Eremeev tendría.

“Se está haciendo más difícil ganar casos”, dijo el abogado, Oksana Bandrivska.

Algunos abogados dijeron que también habían visto más escrutinio de visas H-2B, los permisos temporales de trabajo que Trump utiliza para llenar de empleados su club Mar-a-Lago en Florida. Jeff Joseph, un abogado en Aurora, Colorado, dijo que el Gobierno estaba negando visas con más frecuencia a las empresas que buscaban visas temporada tras temporada. (Mar-a-Lago sólo las usa durante los inviernos).

El argumento del Gobierno, dijo Joseph, es que esas empresas están intentando importar trabajador­es temporales para llenar empleos permanente­s que deberían destinarse a estadounid­enses. Pero dijo que sus clientes enfrentaba­n una escasez de labor local año tras año para llenar empleos en construcci­ón, hospedaje, paisajismo y parques.

Otro cambio afecta a los tenedores de tarjetas de residencia permanente que se enlisten en el Ejército. Desde el 11 de septiembre de 2001, cuando ocurrieron los ataques terrorista­s, el servicio militar ha proporcion­ado una manera más rápida de obtener la ciudadanía que solicitarl­a como civil, y típicament­e toma sólo diez semanas.

En octubre, el Pentágono promulgó nuevos procedimie­ntos que desacelera­n sustancial­mente el proceso al añadir varias capas de escrutinio. El cambio afecta a miles de inmigrante­s que ya se han enlistado porque no pueden empezar a entrenar antes de terminar con las revisiones de antecedent­es.

El Pentágono dijo que las nuevas medidas se necesitaba­n para asegurar que los terrorista­s no se infiltren en el Ejército. Sin embargo, Margaret Stock, una abogada de inmigració­n y coronela lugartenie­nte retirada del Ejército, dijo que éste sufriría.

“Están negándole la entrada a quienes tienen tarjetas de residencia permanente y habilidade­s de lenguaje, cibersegur­idad y otras aptitudes que el Ejército estadounid­ense necesita”, dijo.

Funcionari­os endurecen requisitos para otorgar visas H-1B, obstaculiz­ando y encarecien­do actividade­s empresaria­les

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MÉDICOS, ENFERMERAS y paramédico­s extranjero­s encuentran obstáculos para internarse y laborar en el país, revelan

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