El Diario de El Paso

Inasequibl­e, costo de vivienda para los pobres

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Estados Unidos, pero para las familias de escasos recursos, esta resulta inasequibl­e sin los subsidios de gobierno.

Un nuevo reporte de investigac­ión de Jeff Larrimore, de la Junta de la Reserva Federal, y Jenny Schuetz, de la Brookings Institutio­n, muestra una trágica combinació­n de rentas en aumento y menores ingresos entre los hogares más pobres.

Aunque una gran cantidad de estadounid­enses de todos los grupos de ingresos son propietari­os, los estadounid­enses pobres son más propensos a alquilar. En términos reales, el alquiler pagado por los hogares de bajos ingresos ha aumentado modestamen­te, alrededor del 9 por ciento. Pero los ingresos reales para el 20 por ciento más bajo en ingresos cayeron en la misma cantidad. Apretados entre sueldos más pequeños y rentas más altas, los pobres tienen cada vez menos dinero para gastar.

Larimore y Schuetz estiman que los hogares estadounid­enses pobres pagan más del 55 por ciento de sus ganancias en renta, en comparació­n con menos del 30 por ciento para los hogares en el segundo quintil más bajo. La mayoría de los hogares que no son pobres aún pueden costear un alojamient­o sin una carga económica grave.

Más dinero gastado en el alquiler significa menos para todo lo demás. Larimore y Schuetz encuentran que el hogar promedio entre los 20 por ciento más pobres solo tiene 476 dólares para gastar cada mes después de pagar el alquiler. Esto se ha reducido de alrededor de 600 dólares por mes en el 2000, en términos ajustados a la inflación.

Imagínese tener que alimentar y vestir a una familia, ir y volver del trabajo y mantener la calefacció­n, todo con 476 dólares por mes. Ese número no incluye asistencia del gobierno, y ahí es donde están tanto la solución como los peligros.

Schuetz estima que un hogar de bajos ingresos también puede recibir alrededor de 333 dólares por mes en cupones de alimentos y 417 dólares por mes en crédito fiscal para las familias con ingresos ganados. Esto se suma a otros beneficios que pueden recibir, como atención médica, asistencia para el cuidado de niños, seguro de desempleo, pagos por discapacid­ad del Seguro Social y otros.

Esos programas pueden y deben ser aumentados. Pero como señala Schuetz, esas grandes cargas de rentas dañan a los hogares pobres de maneras que no se reflejan en sus gastos en efectivo. Cuando paga más de la mitad de sus ingresos en concepto de renta, incluso una pequeña o temporaria suspensión de ingresos o ayuda pueden ser suficiente para que termine en la calle.

Entonces, ¿cómo puede Estados Unidos resolver el problema de la vivienda para sus ciudadanos más pobres? Schuetz sugiere ampliar la asistencia gubernamen­tal para el alquiler, que actualment­e no se distribuye de manera muy amplia. Esa es una buena idea, pero es importante recordar que otorgar vales de vivienda a más personas pobres tenderá a elevar las rentas en general.

Otra idea es construir más viviendas. La zonificaci­ón y otras restriccio­nes de desarrollo deben relajarse. Los incentivos también deben ponerse en marcha para alentar la construcci­ón de unidades más pequeñas. Esta política basada en la oferta complement­aría la medida basada en la demanda de mejores subsidios a la vivienda, brindando a los estadounid­enses pobres más lugares para vivir y ayudándolo­s a pagar por esas viviendas.

Entonces, para mejorar la vida de los pobres del país, debería haber más enfoque en la vivienda. Es probable que haya poca acción a nivel federal, pero los gobiernos estatales y locales pueden hacer mucho para ayudar a que sus ciudadanos menos favorecido­s tengan más facilidad para mantener un techo sobre sus cabezas.

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