Perdieron seguro médico 3 millones de personas más
Un año después del sabotaje de la administración Trump a la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA u Obamacare), las familias comienzan a sentir los resultados.
Según el Índice Gallup-Sharecare, la tasa de personas sin seguro aumentó en 2017 en 1.3 puntos porcentuales, la mayor alza anual desde la recesión del 2008, hasta quedar en el 12.2 por ciento. El alza representa 3.2 millones de personas más que carecen de seguro de salud. Eso es mucho dolor y sufrimiento en el mundo real.
El presidente Donald Trump y los republicanos han tomado tantas medidas hostiles que es imposible atribuir la causa precisamente a una sola. Un año de retórica negativa y cambios en las reglas pueden haber disuadido a los estadounidenses de ingresar al sistema.
La eliminación de Trump de los subsidios a las aseguradoras por participar en el sistema Obamacare sacudió los mercados de atención médica. El presidente recortó a la mitad el período de inscripción abierta de Obamacare y redujo sus presupuestos de publicidad y extensión.
Luego, justo cuando la inscripción abierta se estaba preparando, los republicanos en el Congreso agregaron a su factura de impuestos una derogación del mandato individual de Obamacare, que requiere que los estadounidenses lleven cobertura de atención médica si pueden pagarla. La pérdida de esta importante pieza de Obamacare podría repercutir aún más durante el próximo año.
Algunos pueden ver estas noticias con indiferencia, argumentando que cuando las personas ya no se ven obligadas a comprar algo, simplemente comprarán menos. Este ha sido el argumento favorito del presidente de la Cámara, Paul Ryan. Pero pocas personas realmente quieren encontrarse sin seguro de salud si se enferman. Además, cuando menos personas compran seguros, los costos aumentan para todos los demás.
El debate de derogar el Obamacare reveló que los estadounidenses, en general, quieren que el gobierno se asegure de que todas las personas tengan cobertura de atención médica. Es, y debería ser, inaceptable que más de una décima parte del país enfrentaría dificultades financieras en caso de enfermedad grave, o incluso ver a los médicos por problemas más rutinarios.
Otros 3 millones de personas sin cobertura significan otros 3 millones que no recibirán exámenes preventivos, que tendrían dificultades para recibir quimioterapia si se les diagnostica cáncer repentinamente, que se presentarían en la sala de emergencias sin tarjetas de seguro y necesitarían cuidados pagados por todos los demás si tuvieron un accidente.
Hay formas de contener este desastre en desarrollo, pero requerirá que suficientes republicanos decidan arreglar el sistema de salud de la nación en lugar de sabotearlo aún más.
Pero la administración de Trump continúa proponiendo cambios en las reglas que minarían aún más el sistema; una política particularmente dañina permitiría la venta de planes prácticamente inútiles que las compañías aún podrían llamar "seguro de salud". Estos ataques regulatorios deberían cesar.
Finalmente, los estados deben llenar las lagunas que los republicanos de Washington están abriendo. Por ejemplo, pueden imponer políticas de mandato individual dentro de sus propias fronteras.
El Obamacare nunca fue perfecto, pero estaba reduciendo constantemente la proporción de estadounidenses sin seguro de salud. ¿Por qué alguien querría revertir ese logro?