Concluye cierre de Gobierno sin solución para dreamers
Pactan legisladores tregua hasta febrero; posponen discusión sobre inmigración
El Congreso puso fin ayer al cierre del Gobierno, luego de tres días de recriminaciones y un creciente descontento público sobre la suspensión de algunos servicios.
Al final del debate, los senadores demócratas cedieron ante la presión de adoptar un proyecto de ley a corto plazo para financiar las operaciones del Gobierno sin abordar primero el destino de los jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como ‘dreamers’.
La Cámara de Representantes aprobó rápidamente la medida, que financiará al Gobierno hasta el 8 de febrero y ampliará los fondos para el Programa de Seguro Médico Infantil (CHIP) por los próximos seis años. El presidente Trump firmó el acuerdo el lunes por la noche.
“Me alegra que finalmente podamos volver a trabajar aquí”, dijo después de la votación el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. Llamó al cierre una ‘crisis manufacturada’ por los demócratas.
Los demócratas tuvieron que conformarse con la promesa de los republicanos de que programarían un voto a mediados de febrero para legalizar a los ‘dreamers’, quienes fueron traídos al país sin autorización antes de que cumplieran 16 años de edad.
Algunos legisladores y activistas inmediatamente denunciaron el acuerdo y pusieron en tela de duda la sinceridad de los republicanos.
“Yo creo que se nos ha presentado una falsa promesa”, dijo la senadora demócrata Kamala Harris, de California. “Se podía resolver el cierre y lo de DACA simultáneamente”, por lo cual votó en contra del acuerdo.
El representante federal de Chicago, Luis Gutiérrez, mostró enojo contra los líderes de su partido.
“Esto me muestra que cuando se trata de inmigrantes latinos y sus familias, los demócratas todavía no están dispuestos a permitir que las personas de mi comunidad vivan en nuestro país legalmente”, dijo Gutiérrez, uno de los defensores más activos de los ‘dreamers’.
La organización United We Dream catalogó de ‘indignante’ la decisión.
“Los jóvenes inmigrantes sufrirán en los centros de detención y serán deportados porque ambos partidos retrasaron la posibilidad de un gran avance para hacer realidad el Dream Act. No necesitamos un voto simbólico, necesitamos una solución”, dijo Cristina Jiménez, directora ejecutiva y fundadora de United We Dream.
En El Paso, representantes de organizaciones pro inmigrantes reiteraron el sentimiento de inconformidad ante la pérdida de una oportunidad para obligar a los republicanos a legalizar a más de 700 mil ‘dreamers’ en el país, de los cuales entre 5 mil y 9 mil viven en esta frontera.
“Es una lástima que los senadores demócratas se hayan retirado de su promesa a la juventud inmigrante, y a cambio se hayan sumado a los juegos políticos de los legisladores del Partido Republicano”, dijo Roberto Valadez, ‘dreamer’ y miembro de las organizaciones ‘Soñando Juntos’ y ‘Educación, No Deportación’.
Valadez considera que cada día que pasa sin llegar a una resolución, cientos de personas como él, pierden su estatus migratorio y corren el riesgo de ser deportadas.
Académicos como Josiah Heyman, director del Centro de Estudios Interamericanos y Fronterizos, dijeron que los próximos días serán cruciales para redefinir la política migratoria.