Va Casa Blanca contra estampillas de comida
Proponen entregar cajas con alimentos en vez de vales; desata ira de consumidores y comerciantes
Washington— La Casa Blanca quiere recortar la ayuda alimentaria a familias de bajos ingresos y compensar la diferencia con una caja de productos enlatados, un cambio que la Oficina de Administración y el director de presupuesto, Mick Mulvaney, describieron en un informe del lunes como un “programa Blue Apron”.
“Blue Apron” (mandil azul) es un servicio que envía a sus clientes cada semana ingredientes tipo gourmet para preparar comidas de acuerdo con las instrucciones en el paquete.
“Lo que hacemos es proponer que para las personas que reciben estampillas de alimentos, parte (no todos, sólo parte) de sus beneficios sean del tipo real, y no quiero robarle el derecho de autor a alguien, sino un programa tipo Blue Apron, donde en realidad se recibe la comida en lugar de recibir el efectivo”, dijo Mulvaney. “Nos baja el costo porque podemos comprar –a precios mayoristas– mientras que los consumidores tienen que comprarlo al por menor. También se asegura de que reciban alimentos nutritivos. Así que estamos muy entusiasmados con eso”, agregó.
Los comentarios de Mulvaney llamaron la atención de algunos críticos, que acusan al funcionario de la administración Trump de establecer una comparación injusta entre el programa de cupones para alimentos, que ofrece un promedio de 1.37 dólares por comida a los más pobres de EU y Blue Apron, un paquete de comidas de alta gama con un costo de 10 dólares por porción.
La administración de Trump propuso recortar los cupones de alimentos, formalmente conocido como el Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP), en 17 billones de dólares en 2019 y más de 213 billones en la próxima década. Las dramáticas reducciones vinieron como parte de una propuesta de presupuesto que hizo recortes generalizados en los programas populares de redes de seguridad, incluidos los subsidios federales a la vivienda y Medicaid.
Pero la propuesta SNAP de la administración fue particularmente llamativa, dijeron defensores y expertos, porque aboga por un cambio fundamental en la administración del programa. Durante los últimos 40 años, el Departamento de Agricultura ha distribuido beneficios en forma de cupones de papel o desembolsos virtuales en tarjetas electrónicas de transferencia de beneficios, lo que permite a los beneficiarios utilizarlos como dinero en efectivo en alimentos de su elección y en su propia tienda de comestibles.
Pero bajo la propuesta de Trump, que el Departamento de Agricultura ha denominado “Caja de Cosecha de Estados Unidos”, todas las familias que reciben más de 90 dólares por mes en beneficios –81 por ciento de los hogares inscritos en SNAP en general– comenzarían a recibir aproximadamente la mitad de sus beneficios en forma de compras del Gobierno, como alimentos no perecederos.
Pero la propuesta SNAP de la administración fue particularmente llamativa, dijeron defensores y expertos, porque aboga por un cambio fundamental en la administración del programa. Durante los últimos 40 años, el Departamento de Agricultura ha distribuido beneficios en forma de cupones de papel o desembolsos virtuales en tarjetas electrónicas de transferencia de beneficios, lo que permite a los beneficiarios utilizarlos como dinero en efectivo en alimentos de su elección y en su propia tienda de comestibles.
El plan desató no sólo la ira de consumidores, sino también de minoristas de alimentos –en particular las grandes cadenas–, las cuales perderían miles de millones de dólares si se cortan los beneficios de estampillas de comida, según dijeron analistas.
El Food Marketing Institute, una asociación de comerciantes, calificó de cara, ineficiente y poco práctica la propuesta de la Casa Blanca.
“Con Blue Apron puedes elegir tus comidas y decidir cuándo llega. Y te da todos los ingredientes que necesitas para completarlas”, repitió el escritor de opinión del New York Times, Bryce Covert. “Según el plan de Trump, el Gobierno decide qué obtienes y cuándo lo obtienes”, advirtió.
Muchos defensores y analistas contra el hambre son igualmente escépticos con respecto a la propuesta “caja de alimentos”, que, si se aprueba, afectaría a 16.4 millones de hogares. Dicen que no está claro cómo el USDA entregaría las cajas y cuánto costaría. Igualmente incierto es si el USDA asignaría los mismos alimentos a, digamos, un adulto mayor diabético y una familia con niños pequeños.
“Alucina la forma en que eso se llevaría a cabo”, dijo Kathy Fisher, directora de política de la Coalición contra el Hambre de Filadelfia. “Sabemos que SNAP funciona ahora, cuando las personas pueden elegir lo que necesitan. Cómo distribuirían alimentos a personas con dietas especializadas, o a personas en áreas rurales... es muy caro y muy complicado”, concluyó.