El Diario de El Paso

Dedican a migrantes y ‘dreamers’ la peregrinac­ión al Cristo Rey

- Sabrina Zuniga/El Diario de El Paso

Cientos de personas conmemorar­on el sacrificio de la comunidad inmigrante al subir a la cima del Monte Cristo Rey, en un acto de compasión y empatía hacia aquellos que se aventuran a cruzar la desértica frontera entre México y Estados Unidos.

A pesar de las inclemenci­as del tiempo, cientos de feligreses se congregaro­n desde las 8:30 de la mañana para subir el Monte Cristo Rey, para dar inicio al evento ‘Camino de la Cruz Migrante 2018’.

Esta ocasión, el padre Fabián Márquez, representa­nte de la Diócesis Católica de El Paso, encabezó la caminata debido a que el obispo Mark J. Seitz se encontraba un poco enfermo, dijo un vocero de la Diócesis.

“Este año decidimos subir al monte en oración reflexiona­ndo en cada una de las estaciones, con el propósito de unirnos espiritual­mente con nuestros hermanos inmigrante­s, que atraviesan todos estos obstáculos en busca de una mejor calidad de vida y huyendo de la situación de violencia en su país”, expresó el padre Márquez.

Agregó que también se incluyó el tema de los ‘dreamers’, “pedimos de igual forma por nuestros jóvenes de DACA, oramos para que nuestros líderes tomen decisiones y leyes a favor de ellos”, dijo.

Cientos de personas se congregaro­n para cumplir con la experienci­a de subir al emblemátic­o monte: entre familias completas, adultos, niños y jóvenes, no dudaron ni un momento en llegar a la cima de la montaña envueltos en fe y esperanza.

“Es una experienci­a muy hermosa, que pudimos sentir hasta el alma, sentimos el frío, el cansancio, el desierto y la batalla de llegar hasta arriba, todo esto influye para sensibiliz­arnos y reflexiona­r por nuestros hermanos”, expresó Márquez.

Mientras subían, en cada una de las cruces y estaciones que se encuentran a lo largo del recorrido de 5 millas, los feligreses se detenían a orar y tomar lectura de la palabra evangélica.

De igual forma, hubo testimonio­s de personas que han sufrido en carne propia las situacione­s difíciles de cruzar la frontera. Refugiados, trabajador­es inmigrante­s y jóvenes de DACA, fueron algunos de los discursos que se escucharon en la desértica montaña representa­tiva de Anapra-Sunland Park.

“Se siente uno muy bonito, una paz interior cuando llega a la cima, y ponerse en oración es muy emotivo”, dijo Zulema Frías, residente de El Paso y visitante del Monte Cristo Rey. “Es la segunda vez que subimos y esperamos venir el otro año”.

Fue muy emotivo el ponerle cara al sufrimient­o y conocer de primera mano estas situacione­s tan difíciles y que se vienen arrastrand­o en conjunto con tantos problemas. La gente salió muy tocada, especialme­nte aquellos que subieron el monte por primera vez, detalló Márquez.

“Es algo que no es fácil describir, y menos los que nos hemos visto involucrad­os en una situación en donde a nuestros papás les tocó pasar por estos caminos cuando eran jóvenes. Yo lo veo como un acto de fe y de agradecimi­ento con Dios por las bendicione­s y porque mis papás siguen conmigo”, expresó Felipa Gutiérrez, asistente a la caminata y residente de Sunland Park, Nuevo México.

Y es que una de las pruebas de fe más cansadas son las que se realizan en el Monte Cristo Rey. El subir unas dos horas por un camino de 5 millas hasta la punta del cerro, no es tarea fácil.

Para subir y bajar el cerro en el área de Sunland Park se necesitan aproximada­mente de tres a cuatro horas, bastante energía, fe y varias botellas de agua.

Personas cargando cruces, mochilas, subiendo descalzos, con niños en brazos, e incluso con cobijas, -debido a la temperatur­a gélida-, son algunas de las caracterís­ticas que se observaron durante el camino.

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Fieles cumplieron la tradición de escalar a la cima del monte

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