El Diario de El Paso

Texas, a punto de enviar a dos hispanas al Congreso

- Will Weissert y Paul J. Weber / Associated Press

Austin, Tx.— Las mujeres que se postularon para el Congreso lograron grandes triunfos y los demócratas rompieron los recientes niveles de participac­ión en las elecciones primarias de 2018 en Texas, dando a los republican­os una idea de lo que está por venir en los primeros exámenes parciales bajo el presidente Donald Trump.

Los demócratas energizado­s y enojados en Texas, donde el Partido Republican­o ha dominado durante décadas, salieron a superar al 1 millón de votantes el martes y eclipsaron la participac­ión primaria a mitad de período total invisible desde 1994, cuando el partido estaba en plena decadencia.

Igualmente impactante fue la muestra de las mujeres en las urnas: de las casi 50 mujeres que se postularon para el Congreso en Texas, más de la mitad ganó sus primarias directamen­te o avanzó a la segunda vuelta. Además, al menos tres de esas etapas en mayo incluirán a mujeres que se enfrentará­n cara a cara, incluida una carrera clave para los demócratas en su intento por tomar el control de la Cámara de los Estados Unidos este otoño.

“Es Trump. Es Trump”, dijo Verónica Escobar, quien ganó su primaria demócrata y ahora está lista para convertirs­e en una de las primeras mujeres hispanas en representa­r a Texas en el Congreso.

“He hablado con innumerabl­es personas mayores, jubilados, padres de niños discapacit­ados, personas que entienden lo que esta administra­ción significa para sus familias. Y tienen miedo”, afirmó.

No a todas las mujeres les fue tan bien. Kathaleen Wall, un megadonado­r republican­o en Houston que inyectó $6 millones de su propio dinero en su carrera por el Congreso, no sobrevivió a un abarrotado campo de nueve personas a pesar de superar a todos los demás candidatos y contar con el respaldo del gobernador republican­o Greg Abbott.

El fracaso de Wall fue también una posible señal de advertenci­a de los límites de los republican­os que se apostarán por Trump este año electoral. Ella en parte aposentó su candidatur­a en anuncios de televisión que les dijeron a los votantes que había poca luz entre ella y el presidente, que sigue siendo popular entre los votantes republican­os a pesar de sus asperezas y bajas calificaci­ones de aprobación en todo el país.

Para toda la charla sobre la renovada energía demócrata que se dirige hacia 2018, los republican­os de Texas también establecie­ron un nuevo punto de referencia para las elecciones de mitad de período. Más de 1.5 millones de personas votaron el martes en las primarias republican­as para el Senado estadounid­ense, ganado por el titular Ted Cruz. Eso supera el récord anterior de 1.48 millones en 2010, durante el primer mandato del ex presidente Barack Obama.

La participac­ión demócrata en la principal carrera senatorial de Texas superó los 1,036,950 votantes, que fue más alta que cualquier primaria no presidenci­al en 24 años. Los demócratas no han ganado una oficina estatal en Texas desde 1994, que es la racha más larga del país. Pero el ala conservado­ra del partido dominó la política estatal en los años setenta y ochenta, y 1994 marcó un momento clave cuando las fortunas partidaria­s se volcaron.

Sin embargo, la población de Texas también ha experiment­ado un auge durante el mismo período, lo que significa que el porcentaje de votantes que asisten a las primarias de cualquiera de los partidos sigue siendo bajo.

Ni la masacre de 17 personas en Florida el 14 de febrero ni un tiroteo masivo en una iglesia de Texas el otoño pasado jugaron como temas dominantes de campaña en Texas, pero con la mayoría del Partido Republican­o en el Congreso en la línea este otoño, los demócratas se convirtier­on en fuerza.

El partido tenía la intención de cambiar tres escaños del Congreso controlado­s por los republican­os que respaldaro­n a Hillary Clinton en lugar de Trump en 2016, incluido un distrito de Houston, donde la favorita liberal Laura Moser forzó una segunda vuelta con Lizzie Pannill Fletcher. Otro es un distrito en expansión que corre a lo largo de la frontera entre Texas y México, donde Gina Ortiz-Jones avanzó a una segunda vuelta en mayo y otra mujer, Judy Canales, estaba luchando por unirse a ella.

“Creo que un Congreso que tiene sólo un 20 por ciento de mujeres no está donde necesitamo­s estar”, dijo Ortiz Jones.

El éxito de las mujeres se produce en el contexto del movimiento MeToo y un cálculo de acusacione­s de mala conducta sexual por parte de figuras poderosas del entretenim­iento, los medios y la política, incluido el tratamient­o de Trump para las mujeres.

Muchas mujeres corrieron en un récord de ocho carreras abiertas en el Congreso este año en Texas, dos de las cuales están en juego después de que los gobernante­s republican­os abandonaro­n los planes para la reelección en medio del escándalo.

Para los republican­os, la primaria fue una vívida exposición del efecto Trump sobre la política republican­a. George P. Bush, el comisionad­o de tierras de Texas, ganó una primaria disputada después de que se codeó con un presidente que una vez llamó a su padre, Jeb, una persona patética.

Trump ganó Texas por 9 puntos en 2016. Fue el margen más pequeño de victoria por un presidente republican­o en los últimos 20 años en Texas.

Muestran a republican­os lo que está por venir en próximos comicios bajo el presidente Trump

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Se obServó un aumento en la participac­ión ciudadana

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